Gobierno en equilibrio: Sánchez coge las riendas de un Ejecutivo en minoría

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Este sábado, el nuevo presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tomará posesión de su cargo en Zarzuela ante el rey Felipe VI, después de que su nombramiento se haya publicado ya en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Durante las próximas horas tendrá que encargarse del traspaso de poderes  y de estructurar de manera exprés su Ejecutivo y los nombres que lo compondrán, que se conocerán previsiblemente la semana que viene. Después, vendrá lo más complicado: gobernar solo con 84 diputados.

Sánchez cuenta en sus filas parlamentarias con un 'experto' en traspasos, José Enrique Serrano, exjefe de gabinete de Felipe González y de José Luis Rodríguez Zapatero. Tras la salida de este último, preparó hasta 11.000 folios que entregó a Soraya Sáenz de Santamaría. Lo excepcional de la situación (un presidente gobernando con ministros en funciones de otro partido) obliga a apretar el paso y a hacerlo todo en días. Durante la última semana, todos los acontecimientos se han ido precipitando sin dar lugar a previsiones.

Lo verdaderamente complejo vendrá cuando el Ejecutivo eche a andar, una circunstancias que algunos de los diputados se lo tomaban como un "reto". Realmente lo es. Ningún presidente ha tenido que Gobernar con el Senado en contra y con un grupo parlamentario tan menguado. Por tanto, su duración dependerá de la pericia política de Sánchez para tejer consensos. Por el momento, 180 escaños le han llevado a Moncloa. Su investidura ha descansado en un crisol político y de intereses como lo es Unidos Podemos, PNV, ERC, PDeCat, Compromís, Bildu y Nueva Canarias.

El Ejecutivo de Rajoy ha paralizado tantas leyes en el Congreso que solo con sacarlas del congelador, el nuevo Gobierno podría encontrar proyectos en común con el resto de grupo. La remodelación de RTVE o la derogación de algunos artículos de la Ley Mordaza podrían ser puntos de partida sobre los que discutir. También se esperan medidas sociales de alto consenso, aunque Sánchez tendrá que tener en cuenta la partida presupuestaria que requieran.

Podemos ya se ha ofrecido a entrar en el Gobierno para que haya estabilidad, pero los socialistas hasta ahora han planteado un gobierno del PSOE. Sin embargo, comienza a escucharse otro discurso político más útil para los tiempos que vienen. "Es una oportunidad de hacer cosas nuevas", decía una diputada tras la votación. El propio Ábalos en una intervención en La Sexta también abrazaba esta idea cuando se le preguntaba por los morados: "Hay que empezar a plantear otra cultura política". Lo cierto es que con un parlamento tan fragmentado, donde se reparte el juego entre cuatro partidos, la estabilidad pasa por los pactos con otras formaciones.

El Senado en contra y un Congreso complicado

Aunque el PP tiene mayoría absoluta en el Senado, a la hora de legislar, el Congreso sigue siendo determinante. La Cámara Alta puede entorpecer o retrasar las propuestas legislativas y devolverlas al Congreso, pero será este último el que tenga la última palabra. Solo en situaciones excepcionales, como la aprobación del 155 el Senado, es decisivo. La tramitación de los Presupuestos Generales del Estado 2018 también serán otro momento clave.

Por el momento, no cambiarán ni la presidencia de las cámaras ni la Mesa del Congreso, formada por nueve miembros y donde PSOE y PP suman cinco. Si Sánchez se ve apurado para sacar sus leyes, podrá tirar de decretos-ley que después refrende la cámara. El nuevo presidente del Gobierno tendrá que tener cuidado con no descuidar el grupo parlamentario socialista y conservar su control con nombres solventes.

La oposición se reconfigura y será dura

El discurso del portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, ha sido un aperitivo de la oposición que le puede esperar a Pedro Sánchez por parte del grupo parlamentario mayoritario. Le ha acusado de pactar con “populistas, los golpistas y los amigos de la ETA”, en referencia a Podemos, los nacionalistas catalanes y Bildu. Aún así, los socialistas están acostumbrados a aguantar las embestidas 'populares' fuertes desde el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Se espera una oposición dura y contundente.

El hecho de que el PP deje la Moncloa abre la puerta a elevar su discurso y endurecerlo contra la gestión del nuevo Ejecutivo. Ante este cambio de roles, Ciudadanos puede quedar eclipsado y corre el riesgo de perder fuerza mediática o limitarla a su papel de cuarto partido del Congreso. Comienza la guerra por ser el líder de la oposición de la derecha.

Además, la situación en Cataluña sigue abierta. Sánchez ya ha ofrecido diálogo al nuevo Govern y la oposición vigilará atentamente las maniobras del nuevo presidente del Gobierno. Si hasta hace unos días, Sánchez acusaba a Rivera de hacer electoralismo con la confrontación territorial, puede que ahora haya dos partidos dispuestos a jugar con esas cartas.

La quinielas de los ministrables

La primera tarea de Sánchez será estructurar su Gobierno para poder después publicar en el BOE los decretos con los nombramientos de los ministros. Aún poco se sabe de quién ocupará ese Ejecutivo que perfilará en los próximos días, pero se prevé que los nombres de su núcleo duro, como la vicesecretaria del PSOE, Adriana Lastra, o el secretario de Organización, José Luis Ábalos, tengan un gran peso en esta nueva hoja que abre Sánchez, aunque aún no se sepa su ubicación exacta.

En sus filas, los socialistas cuentan con nombres con experiencia, como las exministras Carmen Calvo, Beatriz Corredor y Cristina Narbona. La actual portavoz del grupo parlamentario, Margarita Robles, fue subsecretaria de Justicia entre 1993 y 1994 y secretaria de Estado del Ministerio del Interior de 1994 a 1996 bajo el mandato de Felipe González, por tanto, no sería una sorpresa que cogiera cartera. Durante los últimos meses, Sánchez también ha contado con el apoyo de Josep Borell, exministro y expresidente del Parlamento Europeo, al que podría ofrecerle alguna responsabilidad.

Aunque ha pasado demasiado tiempo desde que Sánchez presentó su 'gobierno en la sombra' en mayo de 2016, nombres como el de la catalana Meritxell Batet podrían conservarse en sus planes.

 

1 Comment
  1. florentino del Amo Antolin says

    Con 84 Diputados, no llegó Pedro Sanchez. Lo hizo con 180, que en algun momento se juntarán seguro y puntualmente; ahora bien, si no tienen un escudo con Podemos… La situación puede ser realmente fatal para realizar los cambos minimos y dar la sensación de alargar la legislatura por otros objetivos.
    Cuando el Kukusklan vea que el juguetico de no tener mayoria absoluta, no funciona… Pues el apoyo factico del PsoE en la sombra, les hizo creer que estaban en el » País de Jauja «… Una cosa muy peligrosa, hay que presentar cuentas al votante y militante; osea a la sociedad. Aquí, es donde el PsoE perdió la honrradez. La firmeza se marchó por las cloacas de un Estado factico y desvirtuador de una fragil democrácia. El compartir, es un verbo que por plural y transversal debe de usar este Pedro Sanchez y su partido…
    Los desengañados somos tantos y desde hace muchos años, que tendrán que mejorar muchisimo para ser minimamente creibles. ¡ Cuarentena !.

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