España rinde homenaje por primera vez a las víctimas españolas de los campos nazis

  • La medida llega tarde para varias víctimas que han fallecido recientemente sin haber recibido homenaje alguno en España
  • Magdalena García cuenta la historia de su abuelo, uno de los miles españoles que fueron deportados y, masivamente, asesinados en Mauthausen-Gusen

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Más de 70 años después el Estado español reivindica oficialmente la memoria de los alrededor de 10.000 españoles que estuvieron en campos de concentración nazis. Este 5 de mayo se celebra por primera vez el 'Día de Homenaje a los españoles deportados y fallecidos en Mauthausen y en otros campos y a todas las víctimas del nazismo de España'. La medida fue aprobada el pasado viernes por el Consejo de Ministros para recordar “esta parte fundamental de la memoria de España”. También para brindar “un reconocimiento público al más alto nivel” para estos “luchadores por la democracia y la libertad”, según la resolución publicada en el BOE.

La medida llega tarde para varias víctimas que han fallecido recientemente sin haber recibido homenaje alguno en España. La tarraconense Neus Catalá, superviviente del campo de Ravensbrück y con una vida dedicada a reivindicar a sus 92.000 compañeras que no corrieron su misma suerte, falleció a los 103 años la víspera del pasado 14 de abril. Tampoco acogerá el reconocimiento el cántabro Ramiro Santisteban, quien sobrevivió a cuatro años y nueve meses en Mauthausen, y falleció a los 97 años el pasado mes de febrero. Además, a finales de 2018, también murió a los 99 años el último valenciano superviviente de la tragedia, Paco Aura Boronat, quien al menos si cuenta con un puente en su recuerdo en su localidad natal, Alcoy.

Tan solo quedan cuatro españoles supervivientes de campos de concentración en Europa y ninguno de ellos reside en España, al menos según los cálculos de Amical, la organización de familiares que llevan reivindicando la memoria de las víctimas españolas del nazismo desde 1962, en la clandestinidad de la dictadura franquista. Los republicanos deportados eran pocos comparados con los de otras nacionalidades, pero vivieron un gran sufrimiento sumado al olvido. Estos “primeros luchadores antifascistas” fueron víctimas de Franco y de Hitler y después se vieron “obligados a rehacer sus vidas en el exilio o a permanecer en silencio en la España franquista”, recuerda Amical.

La portavoz de Amical Concha Díaz tilda de “muy importante” el gesto del Gobierno al establecer este día oficial en recuerdo a los deportados españoles, aunque lamenta que sea tarde para la inmensa mayoría. La organización ha trabajado junto al Ministerio de Justicia para impulsar este homenaje anual y acompañará a la ministra Dolores Delgado en la Appellplatz de Mauthausen (Austria) en el acto internacional que se celebra todos los años para conmemorar la liberación de este campo de concentración por las tropas aliadas en 1945. También anuncia a Cuartopoder.es un plan para construir en Madrid un monumento en recuerdo a los represaliados del régimen nazi.

"Calefacción y ventanas", las cartas de Juan Antonio desde el campo de concentración

Quienes sí podrán por fin ver reconocidos a sus familiares en este día de homenaje son sus familiares. Magdalena García cuenta la historia de su abuelo, uno de los miles españoles que fueron deportados y, masivamente, asesinados en los campos de concentración nazis. Juan Antonio García Acero nació en Villanueva de la Serena (Badajoz) en 1893 en el seno de una familia pobre y para intentar escapar de la pobreza se alistó en el Ejército. Le enviaron Melilla, donde el paludismo le forzó a regresar.

Después, ingresó en el cuerpo de carabineros y le destinaron a Madrid, donde vivió con sus seis hijos y su esposa. Poco antes del golpe de Estado de 1936 se quedó viudo con seis niños a su cargo y los dejó repartidos entre sus familiares para marcharse a combatir por la República. Participó en la defensa de Madrid de la Casa de Campo y acabó siendo ascendido a teniente por méritos de guerra. Después participó en la Batalla del Ebro en el 38 y fue enviado como supervisor a un campo de prisioneros republicano en 1939, pero la guerra ya estaba acabando y salió huyendo a Francia con otros compañeros.

Fue confinado en la localidad francesa de Argelès-sur-Mer, pasó después a Barcarès y luego al conocido como Camp de Judes –campo de judíos-- en Septfonds, donde fueron internados miles de republicanos españoles. Desde allí Juan Antonio mandaba cartas a la familia, a nombre del padre de Margarita. “Como en 'La vida es bella' contaba que estaba muy bien, que tenía una habitación con dos ventanas con calefacción. Solo quería saber cómo estaban sus hijos”, narra su nieta.

En diciembre de 1940, tras dos días de viaje en convoy, hacinado con cientos de víctimas y sin nada con lo que protegerse de unas bajas temperaturas a las que los españoles no estaban acostumbrados, Juan Antonio llega a Mauthausen, el campo de concentración nazi donde estuvieron presos más republicanos, y después fue destinado a la cercana Gusen, conocido como 'el cementerio de los españoles', donde acabó falleciento.

Cuentan los testimonios de aquel momento que cuando a alguno de los prisioneros lo mandaban a las duchas de gas procuraba despedirse de los compañeros y pedirles que, si sobrevivían, contaran lo que allí pasó. Hoy por fin el Estado quiere recordar ese mensaje que las víctimas como Juan Antonio quisieran que nunca se olvidara. Es un homenaje para él y para las más de  víctimas españolas de aquel horror que hasta este viernes nunca habían sido oficialmente reconocidas por España.

2 Comments
  1. Transcripciones Paleográficas says

    Mauthausen, destino final: descubre cómo llegaron los deportados españoles al campo de concentración.

    https://bit.ly/2IN3qVw

  2. ninja45 says

    Dijo Piqué, exministro de industria y exlider del PP catalán: «Veo demasiados
    fascistas en el sector soberanista catalán». Perdone, pero la exclusiva del
    fascismo la han tenido siempre Vdes. Me da que el españolismo más rancio tiene
    un problema freudiano con Hitler. No lo digo por su reiterada obsesión en
    considerar a todo independentista un émulo del asesino de masas. Ese pérfido
    recurso del clásico «reductio ad Hitlerum», es decir, la maniobra de usar el
    espantajo de Hitler para ganar un debate -con la idea de que mentar a la bicha
    anula el contrario-, ha sido usado por todos los salvadores de la España
    eterna desde que empezó el proceso catalán. Nada nuevo pues, bajo el sol de
    unos tipos -algunos de ellos con acta de diputado y otros como exministros
    (Sr. Margallo, por ejemplo)- que en su intento de frenar un movimiento
    democrático banalizó la peor matanza de la humanidad. ¿Creen que ganan un solo
    adepto decente para su causa? Porque usar a Hitler para machacar al
    independentismo solo sirve para solidificar las posiciones más intolerantes
    y hacer huir a los más razonables. Puede que sea eso, que sólo quieran un
    ejército de adeptos a la cruzada y no una población pensante. Hasta aquí hemos
    llegado. Vergonzoso. A la m. con los Borbones ladrones, una JEC parcial y
    politizada, la Injusticia española prevaricadora, títere de fascistas y
    corruptos, vergüenza de Europa y sus «valientes» esbirros aporreadores de
    viejecitas y gente indefensa. Si me pegan, me divorcio. Som República !!*!!

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