Mauricio Valiente: “Cuesta mucho construir espacios unitarios y se rompen muy rápido”
- Entrevista con el ex concejal de Ahora Madrid y responsable de la Oficina de Derechos Humanos y Memoria del consistorio
Inmerso en el proceso de desmantelamiento de las políticas e iniciativas que el gobierno de Ahora Madrid impulsó en la capital, el actual alcalde, José Luis Martínez-Almeida (PP) anunciaba a finales del mes de junio pasado el cierre de la Oficina de Derechos Humanos y de Memoria. Sin embargo, la evidencia parece empeñada en responder al primer edil, como ya ocurriera con los pronunciamientos de la justicia contrarios a poner fin a Madrid Central. Hace unos días, el Alto Comisionado de Naciones Unidas en materia de derechos humanos reconocía, en su Informe Anual, el papel del Ayuntamiento de Madrid con su Plan de Derechos Humanos como una buena práctica a seguir para otros municipios y administraciones locales.
Por este motivo, hablamos con el que fuera el tercer teniente de alcalde de Manuela Carmena y responsable de esta oficina, Mauricio Valiente (Madrid, 1966). El co-portavoz de IU Madrid y responsable del PCE en materia de memoria histórica, ha vuelto a trabajar en la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) donde militó antes de asumir la candidatura de IU para las municipales de 2015. Aquella candidatura confluiría en Ahora Madrid junto a Podemos, Equo y otras organizaciones. De todo esto, hacemos balance con él.
- ¿Cuál fue el motivo para poner en marcha la Oficina de Derechos Humanos y Memoria que ahora ha sido reconocida por el Alto Comisionado de Naciones Unidas?
- La oficina es el instrumento de ejecución del Plan de Derechos Humanos. Lo que pretendía era priorizar la garantía y la promoción de derechos en la ciudad de Madrid. Era un instrumento de visibilización de lo que son aspectos básicos de políticas sociales, de medidas de lucha contra la discriminación, que un gobierno como el de Ahora Madrid quería atender de forma prioritaria.
No era más que un instrumento de priorización y visibilización para atender con urgencia toda una serie de necesidades que según los tratados internacionales son derechos de las personas y que tienen que ser atendidos. En algún caso ya habían sido objeto de programas y compromisos, pero con aquel plan se daba un paso más a la hora de comprometerse en su atención.
- Habla del Plan 2017-19. ¿Cuáles fueron sus principales logros?
- La visibilización. El esfuerzo de haber movilizado a un sector importante de la sociedad civil, las organizaciones de discapacidad, por ejemplo, y que vieran que sus reivindicaciones de políticas están amparadas en un marco normativo de tratados internacionales que es un derecho vigente y que el Ayuntamiento asumía el llevarlas a la práctica. Eso fue un primer logro evidente, esas políticas eran buenas medidas que el Ayuntamiento tenía la obligación de ponerlas en marcha.
Concretamente, llevamos cuestiones a la práctica en transportes, en el diseño urbano y pequeñas acciones que hicieron más habitable la ciudad para el sector de la discapacidad. Este sector es un ejemplo, pero hay más, como las empleadas del servicio doméstico. Había medidas para poner a disposición espacios que permitieran su desarrollo como vecinas de la ciudad de Madrid, adaptando recursos sociales que no estaban adaptados.
- También desarrollaron políticas de memoria. ¿Qué fue lo más importante en esta materia?
"El grueso de violaciones de DDHH en la ciudad tenían que ver con la guerra y la dictadura"
- No nos gusta hablar, en primer lugar, ni de memoria ni de cooperación, pues es lo que automáticamente le viene a la mayoría a la cabeza cuando se habla de derechos humanos. La memoria y de cooperación fijándose en el exterior son dos cuestiones que estaban reconocidas en el plan, pero este era más ambicioso y abarcaba la movilidad, la lucha contra la discriminación, políticas de urbanismo, cultura... Era un plan muy amplio. Desde luego, las políticas de memoria enfocadas en los derechos humanos eran un aspecto fundamental.
Lo hemos trabajado desde cuatro líneas de trabajo muy necesarias en la ciudad. En primer lugar, el reconocimiento a las víctimas que tiene que ver con actos de reparación, como los que hicimos con los españoles deportados a los campos de concentración nazis, con los madrileños fusilados en el cementerio del este… Un primer aspecto de reconocimiento a las víctimas, un ejercicio básico del derecho internacional. Se trataba de atender a las víctimas no solo de la guerra y la dictadura, sino de violaciones de derechos humanos en la ciudad en general. Evidentemente, el grueso tenían que ver con la guerra y la dictadura.
Otra línea de trabajo era la de la sensibilización. Esta tiene un componente cultural por el desarrollo de un conjunto de exposiciones que vienen a reconocer lo sucedido. La más reciente es la de ‘Madrid, ciudad educadora’, que destacaba el papel de los pedagogos durante la II República para poner en marcha otra concepción de la educación. También se pusieron en marcha una serie de proyecciones en la Cineteca, que colaboró de una forma muy directa.
Un tercer aspecto tuvo que ver con la reparación. Se puso en marcha la Oficina de Víctimas, que recogió testimonios que daban la posibilidad de llevar a cabo acciones judiciales en el marco de la lucha contra la impunidad. Avanzamos en un convenio con la Universidad Carlos III para la recogida de testimonios. Nos quedamos en el estudio de acciones legales, pero dimos un paso adelante para algo que era muy importante para el Ayuntamiento de Madrid.
La cuarta línea tenía que ver con el espacio urbano y cómo reconocer en él las políticas de Memoria. Tuvo que ver con la reparación en el cambio del callejero, también en las menciones honoríficas del archivo histórico del Ayuntamiento de Madrid. Había personas que no se merecían ser ciudadanos de honor porque habían cometido delitos de lesa humanidad contra vecinos de esta ciudad.
Luego, desarrollamos, en positivo, la construcción de memoriales en espacios que rescataran la memoria de lo sucedido. En este sentido, el memorial de la Almudena, que paralizó el nuevo gobierno. Otro que está acabado, el de los deportados madrileños. Otras acciones de más pequeño alcance son las stolpersteiner, piedras que recuerdan dónde vivían los deportados madrileños a los campos de concentración nazis.
- ¿Por qué cree que Almeida anuncia el cierre de esta Oficina de Derechos Humanos y Memoria?
- Es una medida sorprendente por lo tajante y poco meditada. Lo razonable, antes de adoptar una política tan radical como eliminarla, es evaluarla y escuchar a las organizaciones implicadas de la ciudad.
Esto llevaba un trabajo de consenso social previo y han optado por eliminarla tajantemente, creo que sin saber muy bien lo que se estaba haciendo en ella, pues habían hecho una oposición muy folclórica. Es un paso muy grave para la ciudad.
Por otro lado, se explica porque han querido pagar en apoyo de Vox y de esa extrema derecha con la que han querido contar para gobernar en la ciudad. Esto es un pago de algo que tiene un valor simbólico muy importante.
- ¿Han hecho ya autocrítica de por qué la izquierda pierde el Ayuntamiento de Madrid?
- Es una autocrítica que tenemos que hacer todos los que hemos participado y, también, las distintas organizaciones. Yo creo que perder el espíritu inicial de Ahora Madrid tiene que hacernos reflexionar. Era un movimiento muy apegado al sentimiento mayoritario de la ciudad de Madrid, la mayoría de la población, y con una flexibilidad muy grande a la hora de construir espacios de unidad. El gobierno nos llevó a alejarnos de ese espíritu y es importante que hagamos una reflexión colectiva para retomarlo y construir una alternativa necesaria para la ciudad. No se pueden romper vínculos, aunque se esté gobernando, no se puede dejar de escuchar.
Por otro lado, el haber roto el espacio de unidad, creo que lo hemos pagado todos. Los espacios de unidad cuesta mucho construirlos, pero se rompen muy rápido. Al final se paga, y lo hemos pagado.
- ¿En qué momento cree que se rompe con ese espíritu inicial de Ahora Madrid?
"El primer error fue no desarrollar Ahora Madrid como movimiento político"
- El primero error que tuvimos fue no desarrollar Ahora Madrid como un movimiento político en todos los barrios. En ese momento inicial, podría haberse desarrollado de una forma masiva, con una participación directa y entusiasmo grande. Fue muy rápido. Por parte de Manuela, que estaba liderando este proceso, se renunció a la construcción de ese movimiento. También por parte de Podemos que, en ese momento inicial, tenía miedo a que se desarrollara otro movimiento político que compitiera con el que ellos pretendían liderar. Eso fue un error, no hay que centrarse únicamente en la gestión y gobierno ni tener miedo a los procesos unitarios.
Podemos nos había criticado a los que veníamos militando en IU por tener formas de acción política anquilosadas, esta experiencia ha demostrado que estuvimos más a la vanguardia y más abiertos a trabajar en espacios amplios. Fuimos más coherentes e insistimos en que era muy importante haber desarrollado ese espacio unitario.
- ¿En qué momento se produce el distanciamiento definitivo de IU con Carmena?
- Siempre fuimos un movimiento plural en Ahora Madrid. Yo mismo fui candidato en las primarias de Ahora Madrid frente a la posición y la candidatura de Carmena. Eran distintas formas de entender las prioridades, compartíamos lo fundamental, pero había disparidad de posiciones políticas. Quizás, la mayor distancia y la constatación de ese alejamiento fue en el momento inicial, cuando no se apostó por desarrollar Ahora Madrid como un espacio político. A mi juicio, es la cuestión más determinante.
Al final, la falta de generosidad y de ambición hizo que no apostaara por una candidatura. Creo que habría sido posible. Fue un grave error no haber mantenido ese espacio político, fue por un afán de preservar el espacio propio y no construir con movimientos y personas que piensan distinto pero que coinciden en lo fundamental. Era necesario para crear una hegemonía política capaz de disputar al bipartidismo y generar otras formas de hacer política y de salvaguardar otros contenidos políticos para beneficiar a la mayoría social.
- Se refiere a la presentación de Más Madrid...
- Sí. Y el no haber aprovechado el patrimonio político de Ahora Madrid. Más Madrid no aportaba nada nuevo a lo que ya había.
- ¿Qué futuro le augura a la izquierda madrileña?
"Hay posibilidades de volver a articular una mayoría que recupere el Ayuntamiento"
- Hay posibilidades de volver a articular una mayoría que recupere el Ayuntamiento de Madrid. Claro, superando estos errores de los que hemos hablado antes. No puede haber una concepción exclusivista, tiene que ser algo que cuente con todo el mundo.
Las políticas que se han hecho medioambientales, sociales, culturales… están siendo valoradas por la mayoría de la gente que vive en Madrid y hay oportunidad de recuperar ese proyecto. Lo veo con optimismo, los balances y autocríticas si no se hacen de forma consentida, te obliga la realidad a hacerlos. Este portazo que nos hemos dado con la recuperación de la ciudad por parte de la derecha te obliga a aprender y hacer autocrítica, espero que sirva para no cometer los mismos errores.
- Una de política estatal. ¿Deben volver las izquierdas a aspirar a un gobierno de coalición con el PSOE si da la suma tras las elecciones de noviembre?
- Tenemos que insistir en la línea que hemos seguido: un acuerdo programático. Veremos la correlación de fuerzas tras estas elecciones, espero que las fuerzas progresistas tengan un papel predominante. Hay que insistir en un acuerdo programático que suponga un giro fundamental en las políticas que se han venido aplicando en este país.
Evidentemente, el PSOE es una fuerza con un peso electoral que no podemos obviar y tiene que estar en unas políticas de cambio. No hay otro camino, ni siquiera para quienes honradamente confíen en el PSOE. Por eso es importante una fuerte presencia de la izquierda y de Unidas Podemos. Lo que queremos es un acuerdo programático que mire a la izquierda.
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