DEBATE DE INVESTIDURA

Un Rufián duro con Sánchez se abre a explorar fuera de la política de bloques

  • Rufián: "Si no hay mesa de negociación, no hay legislatura"
  • Aitor Esteban: "Quizás no tengamos sentido de estado, pero tenemos sentido común"

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Gabriel Rufrián ha subido a la tribuna mostrando la gravedad que requiere el momento y no ocultando dureza con el PSOE. Tras la peripecia de ayer de la Junta Electoral Central a contrarreloj, Rufián no ha dudado en calficarla de "golpe de estado de libro de los de siempre para los de siempre". Ha echado en cara a Pedro Sánchez y a Pablo Iglesias que no se pusieran de acuerdo en la investidura del pasado verano, causa, para el de ERC, de que ahora tengamos "una derecha asilvestrada".

También, Rufián, ha aprovechado para hacer un repaso por los bandazos que Sánchez ha dado en su carrera política con respecto a Catalunya. Le ha afeado que hiciera campaña en noviembre "insultando y criminalizando a la escuela, a los medios, a más de dos millones de personas que votaron el 1-O". "Cada vez que un progresista ha callado frente a las amenazas de la derecha, un derecho se ha perdido", ha recriminado al PSOE, que antaño hizo bloque con las derechas con respecto a Catalunya. "A este monstruo también les han alimentado ustedes y les avisamos que algún día también vendrían a devorarles", ha recordado, con respecto a la ultraderecha.

"La buena es que somos políticos. Aquí no hay dogmas inamovibles de fe, no somos sacerdotes. Tenemos la obligación de interpretar la realidad cada vez para aportar soluciones", ha cambiado el guion el portavoz republicano. Mostrándose a partir de entonces más constructivo, no porque haya demostrado tener confianza en los socialistas, sino porque "la victoria republicana en Catalunya" y "el temor a la derecha asilvestrada" son los motivos, según Rufián, para que el PSOE haya cambiado de tercio y ahora se siente a negociar. "Una mesa de Govern a Gobierno", es el logro que se apunta ERC, "una promesa electoral".

Rufián ha descrito los cuatro pilares en los que se basa el acuerdo de socialistas y republicanos.Que sea entre iguales, con un reconocimiento mutuo y respeto institucional entre las partes activando la vía política; que se pueda hablar de todo sin vetos; que el calendario sea público y claro; que existan garantías, que el acuerdo sea consultado a la ciudadanía catalana. Una vez que ha expuesto de qué debe constar la mesa de diálogo entre gobiernos, ha advertido: "Si no hay mesa de negociación, no hay legislatura. Ya lo hemos hecho".

Sánchez ha mostrado un tono conciliador, ha rebajado la crispación y ha agradecido la voluntad de diálogo y negociadora de ERC. Ha subrayado "la voluntad de dialogar, superar el conflicto y encontrar un punto de encuentro y de equilibrio". También ha señalado que quiere romper con la política de bloques en Catalunya, y Rufián ha recogido el guante. "La música que llega desde el PSOE suena bien. Forma parte de un contexto de cierta debilidad del PSOE y de la victoria del republicanismo catalán", considera el portavoz republicano.

"Para trascender nuestras siglas y nuestros votos hay que romper los bloques", ha dado la razón Rufián a Sánchez, quizás señalando una nueva estrategia de ERC en Catalunya que busque superar los acuerdos con JxCat y mirar a las izquierdas de comunes y PSC. "El no a todo a cuenta del 'cuanto peor mejor' es el peor eslogan de los eslóganes. Como el 'España nos roba', que es mentira y no sirve absolutamente de nada. A mí me roba Rato, Millet y Pujol, no una señora de Lavapiés o Malasaña que cobra la misma pensión que mi abuela", ha dicho.

Aitor Esteban: "Quizás no tengamos sentido de estado, pero tenemos sentido común"

Brillante en la oratoria, como de costumbre, Aitor Esteban, quien hoy ha apostado por parafrasear a grandes personajes de la historia del cine para hacer más agradable un final de jornada maratoniana en el Congreso. Pero la presencia del guion cinematográfico, no ha empañado que Esteban haya puesto en valor enormes dosis de realidad: “Si se quiere hacer frente a los grandes problemas estructurales, es necesaria la colaboración entre diferentes”. “No considero realista pretender solucionar los problemas amordazando o ninguneando a millones de ciudadanos”, también.

El portavoz del PNV ha puesto en valor que el posible nuevo ejecutivo sea “un gobierno que tiene que trabajar con fórmulas nuevas y por lo tanto puede estar dispuesto a buscar nuevos retos”. Para estos objetivos, “contará con nuestra colaboración leal y sincera”, se ha comprometido el nacionalista vasco. “Quiero ser optimista, pero… ¿Tendrán la valentía de encontrar soluciones que encaucen los grandes problemas estructurales en términos democráticos?”, se cuestiona Esteban.

El PNV apoyará la investidura con un voto favorable a Sánchez, pero le reclama “cauces para compartir la información”. “Demasiadas veces he visto quedarse en agua de borrajas los grandes compromisos”, alerta, como advierte de numerosos riesgos para el primer gobierno de coalición: Egos e intereses partidistas; lucha por protagonizar la portada del día siguiente entre los integrantes de la coalición; presiones internas dentro de los partidos…

“Podemos discutir de todo, estamos dispuestos a llegar a acuerdos, pero no al trágala legislativo de apoyar proyectos de ley que estemos en desacuerdo para no generar una crisis de gobernabilidad”, ha puesto en preaviso el peneuvista, quien aboga para que se abogue por usar “lo estrictamente necesario, los decretos-leyes”. Pide, también, el “abandono de la judicialización de la política” para “normalizar la situación, se puede”. Y, para ello, es necesario, “reconocer que existen diferentes sentimientos de pertenencia nacional”.

El lado más pragmático del PNV también ha aparecido entre guiños cinematográficos. “El Estado no puede permitirse otro año sin gobierno, tampoco el resto de las instituciones”, alerta Esteban, quien, frente a las derechas y ultraderechas les ha espetado: “Quizás en el PNV no tengamos sentido de estado, pero sí sentido común”.

1 Comment
  1. Julio Loras Zaera says

    Las actitudes de Rufián y de Iglesias me recuerdan, respectivamente, a las de Trotsky y Stalin respecto a cómo tratar a los aliados. Trotsky no renunciaba a la crítica, Stalin los ponía por las nubes.

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