Los trabajadores de la funeraria de Madrid también temen la segunda ola: “No estamos preparados”

Durante las primeras semanas de la pandemia, la funeraria municipal de Madrid colapsó. "Apretamos los dientes y estuvimos codo con codo. Trabajando muchas horas, sin librar y buscando EPI de donaciones que lavábamos con lejía", explica Manuel Carmona, del Comité de Empresa de Servicios Funerarios de Madrid y miembro de CC.OO. Siete meses después, asegura que no se han puesto los recursos necesarios para afrontar una segunda ola sobre la que el país ya está subido. Por eso, el pasado martes se pusieron en huelga y fueron hasta el Ayuntamiento de Madrid a protestar, pero aseguran que una semana después, no ha habido ningún avance: "Si esto sigue así, quizá en noviembre habrá otra huelga. Hablaremos con los trabajadores".

En marzo y abril, la mortalidad se disparó y los servicios funerarios madrileños se vieron desbordados. "Se tardaba  4, 5 o 6 días para poder incinerar. Hubo gente que tuvo que incinerar a sus familiares a 500 kilómetros de Madrid", recuerda Carmona. En junio las cifras bajaron y, los trabajadores que no estaban enfermos, pudieron disfrutar de los días de descanso. En la empresa trabajan actualmente unas 484 personas, que dan servicio en 14 cementerios municipales, dos crematorios y dos tanatorios.

Las cifras actuales de mortalidad por covid-19 están hoy muy lejos de las de marzo y abril, cuando llegaron a sobrepasar los 800 muertos al día a nivel nacional, pero aún así, desde CCOO aseguran que no estarán preparados si el escenario empeora. Este fin de semana, los fallecimientos en toda España eran 139. Ahora afrontan el otoño con más EPI, pero denuncia que no ha habido un aumento significativo de la plantilla. Aún así, el Ayuntamiento sí aumentó en una treintena los trabajadores de estos servicios, pero Carmona asegura que son parches que no llegan a cubrir todas las necesidades: "Contratan por un mes o dos meses. Hay compañeros en horno crematorio o cementerio que les vencen los contratos".

Según el sindicalista, tampoco están activos todos los recursos posibles. El Crematorio sur, que tiene capacidad para instalar dos hornos más además de otros dos que ya funcionan, tampoco se ha ampliado. "Si se hubiesen puesto, hubiésemos tenido un respiro muy grande", apunta sobre la saturación. Por tanto, ahora temen lo que pueda ocurrir en una segunda ola: "Si viene, recurrirán al heroísmo y a la improvisación", explica sobre el discurso del héroe que se aplicó a los servicios esenciales en plena pandemia. Meses después estos trabajadores no quieren alabanzas, sino medios para trabajar.

A Carmona tampoco le convence el plan de contingencia del Ayuntamiento ("parece un corta y pega" y son "declaración de intenciones") y piden previsiones reales. El sindicalista ejemplifica con un ejemplo reciente: "La atención telefónica, por ejemplo, es importante, especialmente cuando la gente está confinada. La semana pasada se perdieron 600 llamadas porque hay poca gente en centralita. Todo es falta de personal", explica el sindicalista. 

Carmona asegura que, tras la huelga del pasado martes, "no se ha puesto en contacto nadie con nosotros" y no ha habido "ningún avance". Si ´vuelven a enfrentarse a escenas de saturación, propondrán una nueva huelga en noviembre.