Los epidemiólogos acusan su propia “fatiga”
- La Sociedad Española de Epidemiología alerta de estos sentimientos tras meses de trabajo intenso, condiciones laborales mejorables o la "incomprensión de su función"
- Además, en una misiva alertan de que no se han "arbitrado mecanismos reales para disminuir sus efectos"
- "Resulta inapropiado que se quiera responsabilizar a quienes ejercen de portavoces técnicos", aseguran sobre la confusión entre la responsabilidad técnica y la política
Hoy protagonizan programas televisivos y son el centro de la conversación, pero hace un año es probable que la mayor parte de los ciudadanos no conocieran en qué consiste su trabajo. Quizá hoy tampoco. La Sociedad Española de Epidemiología (SEE) denuncia que también hay una "fatiga epidemiológica" entre los profesionales que representa, alimentada por los meses de trabajo intenso, condiciones laborales mejorables, "incomprensión de su función" y "responsabilización" de tareas que no les corresponden.
En la carta publicada, la SEE hace un paralelismo con la "fatiga pandémica" de la que hace unas semanas alertó la Organización Mundial de la Salud (OMS), refiriéndose a esos "sentimientos de desmotivación" que aparecen en la población tras ocho meses de pandemia y de indicaciones para protegerse contra el virus. El documento no solo recuerda que los propios epidemiólogos también se ven afectados, sino que a ello le suman las consecuencias de estar en primera línea contra la enfermedad. La misiva alerta de que no se han "arbitrado mecanismos reales para disminuir sus efectos".
Los epidemiólogos, igual que otros especialistas, llevan ocho meses luchando contra el virus con "pocos recursos en personal" o escasez de herramientas informáticas. Así lo relata Óscar Zurriaga, vicepresidente de la SEE, que recuerda que el trabajo de vigilancia de los epidemiólogos comenzó mucho antes del estado de alarma decretado en marzo. "Las unidades de epidemiología, y en general, las de salud pública, no han estado entre las mejores dotadas de la sanidad española tradicionalmente. El presupuesto suele ir a la especializada", analiza. Pero además, apunta a que la precariedad y los recortes de los últimos años también les han afectado. Además, señala carencias básicas, como la regulación de las guardias y fines de semana para estos profesionales.
Sí reconoce que ha habido refuerzos durante estos meses, pero no los suficientes. A veces, los contratos suelen ser temporales: "Por ejemplo, hay veces que solo se puede hacer un contrato de un mes. Es una oferta poco atractiva. Una enfermera de salud pública cobra menos que las que trabajan en un hospital", ejemplifica con un caso práctico.
Las reacciones excesivas o el caso Simón
Pero en la carta también expresan otras preocupaciones más difíciles de medir. "Resulta inapropiado, además, que se quiera responsabilizar a quienes ejercen de portavoces técnicos, en los distintos territorios e instituciones, de decisiones que toman otras personas, que están legitimadas para hacerlo en virtud del mandato recibido democráticamente", explica el documento. No nombra específicamente a Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, pero han lanzado esta misiva unos días después de que Consejo General de Colegios de Médicos de España pidiera su cese, un comunicado del que se han desmarcado el Consejo de Médicos de Catalunya.
El vicepresidente de la SEE se queja del "nivel del discurso" que evidencia que se pida la dimisión de Simón por una declaración sacada de una rueda de prensa, pero creen que tras esta reacción hay algo más. Aunque las críticas forman parte de la libertad de expresión de todos los ciudadanos, sí creen que deben ceñirse a su trabajo técnico, que se confunde a veces con el político que no corresponde a estos portavoces: "Hay personas que reciben un mandato electoral, son elegidos y son los que toman las decisiones y otras que hacen un trabajo técnico, proponen abanicos de decisiones y en función de otros criterios, se decide".
Antes de la covid-19, el trabajo de los equipos de epidemiólogos es de vigilancia. Investigan la evolución de enfermedades como la gripe o el sarampión, pero también codifican y observan la mortalidad o analizan por qué aparece una incidencia alta en una población concreta. No siempre son médicos, en sus unidades también hay sociólogos, psicólogos o enfermeros. "Hemos pasado de tener dificultades para comunicar nuestra profesión a que todo el mundo sepa qué hay que hacer para atajar una pandemia", ironiza el vicepresidente de la SEE. Advierte que el caso de Simón no es el único, otros portavoces como la subdirectora general de Epidemiología, Hermelinda Vanaclocha, también han sido protagonistas de la prensa por diferentes polémicas.
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