Pedro Sánchez reconoce los límites de su Gobierno
- No ha querido descartar elecciones en 2018 por no pillarse los dedos: "Este Gobierno durará lo que dure la acción de Gobierno".
- Ha desautorizado (sin reconocerlo) a la ministra de Defensa y ha asegurado que la responsabilidad del Gobierno respecto a las bombas "llega hasta nuestras fronteras".
Pedro Sánchez se sentaba este domingo en una silla a la que durante mucho tiempo se ha resistido: la situada enfrente de la periodista Ana Pastor. En lugar del plató de El Objetivo, el presidente del Gobierno respondió a sus preguntas en un escenario más cómodo: la Moncloa. Ha sido una semana tensa, en la que las dudas sobre su tesis y la dimisión de la Ministra de Sanidad, Carmen Montón, han marcado la agenda mediática. El presidente del Gobierno se ha dado un baño de realidad (o estaba, simplemente, abonando el terreno electoral) al reconocer las limitaciones de su Gobierno, con 84 diputados en el Congreso. No ha querido descartar elecciones en 2018 por no pillarse los dedos y le ha puesto coto a su Ejecutivo: "Este Gobierno dudará lo que dure la acción de Gobierno".
Esta semana ha sido amarga para el presidente: la polémica sobre su tesis ha acaparado la agenda mediática, Ciudadanos ha cambiado el foco y una de sus medidas estrella como la aprobación en el Congreso de la exhumación de Franco ha quedado en un segundo plano. Durante la entrevista, el presidente del Gobierno no paraba de reivindicarse como tal, de dar sus particulares definiciones de lo que es la política ("es priorizar", "es materializar unos ideales") y de apelar a la reflexión para defenderse de las contradicciones de su Ejecutivo, que ocuparon buena parte de la conversación.
Mientras Sánchez intentaba sacar brillo a los hitos de su Gobierno, como la aprobación de la sanidad universal, la agenda era otra. La primera parte de la entrevista se dedicó a su tesis, cuyas sospechas calificó de 'fake news', anunció demandas para defender su honor y que no irá al Parlamento de manera voluntaria, como ha pedido Ciudadanos: "Eso no es dignificar la política, es enturbiarla".
La polémica creada por el anuncio de la paralización de la venta de armas a Arabia Saudí y su posterior rectificación también ha ocupado minutos. Sánchez ha admitido que la ministra de Defensa no supo advertir el impacto de paralizar la entrega de las bombas a Arabia Saudí. En lugar de revestir la desautorización (no reconocida) de Margarita Robles con estrafalarias afirmaciones (como las de la ministra portavoz Celaá, que aseguró en una rueda de prensa que las "bombas de alta precisión no se van a equivocar matando yemeníes") ha optado por explicaciones más sencillas para zanjar la polémica. Ha priorizado "mantener las relaciones con Arabia Saudí" y "los puestos de trabajo". No solo no ha respondido a si el Ejecutivo puede garantizar que las armas no serán usadas contra civiles, sino que además, ha sostenido que la responsabilidad del Gobierno "llega hasta nuestras fronteras".
A pesar de que solo hace 10 días de la reunión en la que Sánchez y del líder de Podemos, Pablo Iglesias, parecía apuntalar la legislatura con el avance hacia la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, la imagen de estabilidad duró poco. Este domingo, de Unidos Podemos solo quedaba el morado de la corbata de Pedro Sánchez, una subida al IRPF a partir de los 140.000 euros y la promesa de que si el PSOE entra en conflicto con los partidos que refrendan su acción de Gobierno en el Congreso. Eso no significa que haya claudicado. De hecho, también ha reconocido que, en su momento, anunció que convocaría elecciones anticipadas para que Ciudadanos apoyara su moción de censura, pero entonces no lo hizo y "ahora no hay mayoría parlamentaria que quiera elecciones".
Sánchez ha justificado con su debilidad parlamentaria las promesas que se pierden cuando se cruzan las puertas de Moncloa, como la derogación de la reforma laboral que prometió en la oposición y que ahora se reducirá a eliminar los artículos más lesivos, como el artículo del Estatuto del Trabajador referido a las subcontratas. La explicación será un futuro argumento en campaña electoral: necesita una mayoría más amplia para las reformas más ambiciosas, un proyecto que él mismo fijó, hace unos días, en un horizonte de 12 años.
Sin querer 'mojarse' en si los líderes independentistas encarcelados dificultan las negociaciones con Catalunya, como han dicho algunos de sus ministros, ha dejado alguna propuesta más, como la intención de aprobar una ley contra la trata y la explotación sexual o asegurar que en la expulsión de los 116 migrantes el pasado agosto cumplió "escrupulosamente la legalidad". Ni una palabra en toda la entrevista de uno de los temas que más preocupa a los españoles, la vivienda.