ELECCIONES 10N

El día después de Ciudadanos

  • Inés Arrimadas se perfila como la sustituta natural de Rivera
  • El vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado, estaría planteándose dar el paso

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En los planes de Albert Rivera no entraba la incapacidad de Pedro Sánchez y de Pablo Iglesias para entenderse y conseguir un acuerdo de gobierno. Rivera nunca creyó que se llegaría a la repetición electoral y la realidad lo atropelló. Cuando se dio cuenta y trató de enmendar su posición y la de Ciudadanos, era demasiado tarde. Él no había querido escuchar a quienes le advirtieron de su error estratégico, puso en la puerta de la calle a quienes contrariaron sus planes y recibió la aclamación unánime del resto de dirigentes en una estrategia que se ha demostrado errónea.

Sin embargo, muchos de sus “palmeros” empezaron a gestionar, aunque con cierta sordina inicial, una crítica recurrente, a golpe de encuesta y de predicciones a cual más funesta.

Uno de los dirigentes que le acompañaron hasta ayer mismo en su empecinamiento, comentaba a cuartopoder, vía WhatsApp, el “pésimo papel” que, a su juicio, hizo su líder la noche del debate de candidato, el pasado 4 de noviembre, mientras otro miembro de la cúpula, por el mismo sistema de comunicación, iba más allá  y apuntaba que "si hoy Rivera hubiese tenido gastroenteritis y lo hubiese sustituido Inés Arrimadas, se los merienda". ¿Se refería este miembro de la cúpula de Ciudadanos al mero debate o estaba señalando ya – en previsión de la catástrofe-  un relevo necesario para el líder de la formación naranja?

Para casi todos los miembros de la dirección, Arrimadas tiene que asumir el liderazgo del partido, por diversos motivos: por ser la que tiene mayor presencia y visibilidad ante los votantes, porque es una de las pocas que ha sobrevivido a la debacle y porque todo el mundo entiende que el líder debe estar presente en el Congreso de los Diputados.

Hay, sin embargo, quienes entienden que el expediente de Arrimadas no contiene, precisamente, una hoja de servicios brillante en los últimos tiempos, tras el desplome del partido en Cataluña. Pero son más los que apuestan por ella, que los que buscan en la visibilidad que da cogestionar un gobierno autonómico, un punto de partida sobre el que construir un nuevo liderazgo. No obstante, quizás porque en política el que no aspira, expira, en medio del duelo por Rivera ha saltado otro nombre a la palestra, el del vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado, como posible relevo en la presidencia del partido. De momento, los suyos aseguran que “lo tiene que valorar tranquilamente”, pero no descartan en absoluto la posibilidad de que Aguado pueda acabar optando a la presidencia de Ciudadanos.

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