No es otra mujer muerta, son 27 mujeres asesinadas

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Furgén en el que se ha trasladado el cadáver de una mujer de 50 años, presuntamente víctima de la violencia de género, de una vivienda del barrio barcelonés de Sant Martí. / Toni Garriga (Efe)
Furgón en el que se ha trasladado el cadáver de una mujer de 50 años, presuntamente víctima de la violencia de género, de una vivienda del barrio barcelonés de Sant Martí. / Toni Garriga (Efe)

Novias, esposas, ex parejas. Jóvenes, adultas, ancianas. De aquí, de allá. De derechas, de izquierda. Asalariadas, paradas, trabajadoras en la casa. Madres, hijas, suegras…

26 mujeres asesinadas en lo que llevamos de año, a las que hay que sumar una mujer más, cuya desaparición se denunció en octubre aunque su cadáver no se halló, en Tenerife, hasta enero y que no entra en ninguna estadística.

La mayoría de los medios de comunicación no tienen memoria, ni hemerotecas. Nos hablan de mujeres muertas, de 16, de 18… Un repaso diario nos presenta los datos de estos 27 asesinatos, uno tras otro: seis en la Comunidad de Madrid, otras tantas en Catalunya y en Andalucía; tres en Galicia; una víctima en Euskadi, en la Comunidad Valenciana, en Castilla y León, en Baleares, en Canarias. Y en la ciudad autónoma de Melilla. 27 mujeres cuyos asesinos se creyeron sus dueños y les arrebataron sus vidas, los sueños, el presente.

Y no pasa nada. La sociedad sigue con sus ritmos, su cotidianidad. Las agendas políticas de los partidos, de los grupos parlamentarios, de los gobiernos –ni el gobierno central ni los 9 gobiernos autonómicos con mujeres víctimas en sus territorios- no se han movido.  Mucho bla, bla, bla puntual, mucho rasgarse las vestiduras cuando coinciden varios asesinatos en el tiempo (como la semana pasada, cinco en 48 horas), y luego nada.

¿Cómo es posible que no se haya exigido, una vez que se rechaza la propuesta de convocatoria de una Mesa contra la Violencia de Género, la comparecencia de la ministra Mato? Es más, ¿cómo, ante la inacción del Gobierno, no se ha pedido la dimisión de la ministra? Y en el Congreso, ¿se han planteado revisar la legislación? porque la llamada ley integral contra la violencia merece un repaso y una puesta al día.

La reducción de las partidas económicas para políticas de prevención de la violencia de género en los Presupuestos Generales del Estado es preocupante, como lo es la sistemática reducción de las partidas que desde las instituciones autonómicas encargadas de velar por la igualdad entre mujeres y hombres (Institutos de la Mujer, Direcciones Generales de la Mujer), a lo que se suma el consiguiente recorte en servicios municipales de atención –con financiación autonómica, esto es, servicios delegados-. Una suma que lleva no tanto a la desprotección de las víctimas, que también, sino fundamentalmente a mantener la violencia de género en el ámbito de lo privado, de la casa, de las relaciones personales.

Es necesario recordar que la historia de la apuesta política para la erradicación de la violencia de género es reciente. Hasta 1998 no se incorpora esta lacra a la acción política y gubernamental, y muy lentamente, con mucha reacción por parte de múltiples sectores, como aún vemos hoy en la Iglesia o en la dejadez de los representantes políticos.

¿A qué esperan las fuerzas políticas para demandar un acuerdo de Estado para poner freno a esta masacre? ¿Cómo sería si 27 mujeres hubieran asesinado a 27 hombres por no querer estar con ellas? ¿Y si fueran 27 políticos, o empresarios, o profesores, o periodistas?

¿A qué esperan para exigir condenas más rigurosas, para dotar de mayores recursos a los ayuntamientos, a los servicios sociales, a las fuerzas y cuerpos de seguridad y sus servicios de atención a víctimas de violencia de género, en lugar de tanta dotación para antidisturbios? ¿Para cuándo la formación a todos los agentes implicados en la atención y relación con las víctimas? ¿Para cuándo respeto a la dignidad de las mujeres y su reconocimiento como ciudadanas de primera categoría?

¿Para cuándo el compromiso de la sociedad, de sus integrantes y sus representantes, en las calles? porque como esperen al 25 de Noviembre para conmemorar una vez más el Día Internacional las cifras pueden ser abrumadoras.

En la ciudad de Madrid el Foro contra la violencia hacia las mujeres ha convocado concentraciones los 25 de cada mes. Este mes, en la primera convocatoria y a pesar de las 6 mujeres asesinadas, la asistencia fue escasa: alrededor de 200 personas. Esperemos un 25 de abril numeroso, porque la sociedad también tiene su grado de responsabilidad. Si miramos hacia otro lado, si nos quedamos en nuestra comodidad o en nuestro miedo, el problema no se solucionará por sí solo.

Y en otras localidades, ¿qué iniciativas hay? Ninguna, más allá de la coyuntura de los cinco minutos de repulsa.

La violencia de género está directamente relacionada con la igualdad entre mujeres y hombres, y la igualdad lo está con la democracia y el desarrollo social. Parece evidente que nuestro nivel de democracia está cayendo en picado.

¿No se han dado cuenta de que estamos en una situación de emergencia nacional, que hay mujeres que todos los días tienen que luchar por su vida? ¿No se han dado cuenta de que hay algo muy podrido en una sociedad que tiene un riesgo de muerte tal alto por el hecho de ser mujer? ¿No se han dado cuenta de que hay una mano ejecutora, culpable, sin posibilidad de eximente, pero hay muchas cabezas cómplices?

Pues que lo vayan sabiendo. 27 asesinatos no pueden quedar impunes. Y aún no ha finalizado el mes de marzo.

Teléfono 016 contra la violencia de género.
5 Comments
  1. benava says

    Lamentables las cifras y lamentable la respuesta política. Es necesario revisar la ley, pero es más importante cumplirla en todo su articulado: medidas de sensibilización, fomentar valores igualitarios dirigidos a la comunidad escolar, al movimiento asociativo, medios de comunicación… Es un hecho constatable que no nos puede dejar impasible. Las mujeres tenemos que revelarnos ante tanta impunidad y drama. Los hombres deben posicionarse de una vez por todas, no en grupos minoritarios como son aquellos hombres compañeros de lucha, sino conseguir que la sociedad alce la voz. Por Ana orantes (asesinada en 1997) y por todas las que perecieron después en su deseo de ser libres.

  2. Margarita .B says

    Hoy en el diario digital 20 minutos hay un artículo que enlaza con tu reflexión
    yo como mujer de clase media, sin habar militado en sectores feministas, siempre como individuo y desde mi profesión he tenido conciencia de desigualdad .Mientras esta exista ,por
    ausencia de reconocimiento , sobre todo de las mujeres, pero , también unido a la falta de sensibilidad de los
    Poderes del 1º al 4º y no se implementen esfuerzos para una educación desde la igualdad y la equidad , mucho me temo , que esta epidemia seguirá extendiéndose como
    Una enfermedad contagiosa ; aún , y lo peor , cuando existiendo remedio , casi nadie se lo quiere aplicar.
    Un cordial y afectuoso saludo .

  3. apuntodeperderlaesperanza says

    Y pensando en el futuro: La marea verde debería hacer, con el consenso y la unidad alcanzados para luchar por una enseñanza pública, universal y gratuita en el mometo de su impartición, unidades didácticas y acciones didácticas en todos los centros de enseñanza para que nuestros hijos e hijas (o nietos y nietas) adquieran el valor y el sentido de la igualdad desde pequeños. AHORA MOBILIZACIÓN. DESDE AHORA CONSTRUIR EL FUTURO.

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