La capacidad de degradación que pueden desarrollar las personas parece ser infinita, y lo comprobamos cotidianamente. En el caso de la violencia hacia las mujeres no dejamos de asombrarnos de la involución que viven las sociedades occidentales.
Así lo demuestra la nueva forma de prostituir a las mujeres que se ha iniciado en Barcelona (con un concurso de felaciones celebrado en junio) y que ha salido a la luz por la publicación en las redes de un vídeo grabado en una discoteca de Magaluf (Calviá, Mallorca) en el que una joven realiza 20 felaciones en dos minutos para ganar copas gratis todas las vacaciones, es decir, a cambio de una compensación material. Lo que toda la vida se ha llamado sexo por dinero o prostitución.
La acción, que en un alarde de transparencia se conoce como ‘mamading’, se ha extendido a otras zonas turísticas, como Ibiza o Lloret –paraíso del turismo comunitario cutre-. Por si hay alguien que no sabe de qué va esta práctica, se resume en discotecas que convocan concursos dirigidos a mujeres consistentes en hacer el mayor número de felaciones posibles a un grupo de ‘voluntarios’ en un máximo de tiempo x (se habla de dos minutos en casi todos los casos) para ganar el premio anteriormente mencionado: copas gratis durante su estancia en el lugar de veraneo.
Ante esto, surgen varios ámbitos de reflexión:
El primero, que podría vincularse a otras prácticas (balconing, borracheras low cost, etc.), nos podría llevar a cuestionar para qué la marca España y si esto es lo que vendemos de nuestro país como promoción de lo que pretenden sea nuestra mayor fuente de ingresos y de empleo.
El segundo está vinculado con la cosificación de las mujeres, su utilización como objetos, sobre todo de su cuerpo, para beneficio de sus prostituidores, que no dejan de ser maltratadores. Hablamos, pues, de otra forma de violencia hacia las mujeres, que tiene otras vertientes en la publicidad, como la ideada por dos peñas taurinas en Vall d’Uixó, en mayo pasado, que contrataron a una joven mujer para que paseara por el pueblo anunciando las corridas (de toros), eso sí, en top less. O esa moda de anunciar cualquier cosa introduciendo dos palabras en mayúscula en un cuerpo de letra mucho mayor. Las palabras, que no tienen nada que ver con lo que se anuncia, son SEXO y GRATIS.
Continuando con la necesaria regulación de la publicidad para erradicar el sexismo en imágenes, lemas y, sin duda, el manido tema de los anuncios de contactos en la prensa escrita, incluido en el Plan Integral contra la Trata de seres humanos con fines de explotación sexual (2009-2012) aprobado por el gobierno en diciembre de 2008, que en su Objetivo 2, Acción 3 se planteaba “Promover el control de los anuncios de contactos en los medios de comunicación”. Una mirada a la inmensa mayoría de los diarios indica que este objetivo no se ha alcanzado porque ¿quién se permite el lujo de ser coherente y perder los millones de euros que reporta esta publicidad? Según el Informe sobre Prostitución elaborado por la Comisión Mixta (Congreso-Senado) para los Derechos de la Mujer y la Igualdad de Oportunidades: “Los medios de comunicación también obtienen beneficios del negocio de la prostitución. La prensa de nuestro país obtiene importantes ingresos de la publicidad de prostitución. Las ediciones de los cuatro principales periódicos generalistas de nuestro país en un día laboral recogen un número de anuncios considerable (El País -702-, El Mundo -672-, ABC -225- y 91 La Razón). El periódico con más tirada de este país ingresa en torno a 5 cinco millones de euros anuales.”
Ni la prostitución, ni el 'mamading', vienen a colación por un problema de moralidad, moralina o represión contenida. Se trata de la dignidad de las mujeres y de su derecho a elegir cómo, dónde, cuándo y con quién… practican sexo, pero por el placer que proporciona. Y no voy a repetirme en aquello de que no hablamos de libertad si hay por medio normas, presión de grupo o social, y mucho menos cuando participan sustancias que modifican la toma de decisiones (como el alcohol en grandes dosis u otro tipo de sustancias). Falta saber si hay datos de agresiones sexuales en estas zonas de ocio nocturno, aunque sería el paso siguiente en la cadena de la humillación.
Además, y en esta ocasión, las intervinientes son mujeres supuestamente libres, de países europeos desarrollados, que están aquí por propia voluntad, en sus vacaciones, que se ven inmersas en una situación que viene a indicar que sus parámetros de desarrollo personal y su consideración de iguales están muy por debajo de lo que, aparentemente, podríamos considerar por su presencia en el mercado laboral o su proyección económica. Esto nos revela que, cuando hablamos de igualdad entre mujeres y hombres abarcamos espacios públicos y comportamientos privados, y que en estos últimos no hay muchos indicadores, sobre todo si se refieren a las relaciones interpersonales, que nos hablen de igualdad entre ambos sexos, sino todo lo contrario: la dependencia y la sumisión siguen presentes en las actuaciones privadas.
Unas líneas para hablar de los hombres que se prestan a estas prácticas, que no tienen problema en que una mujer se arrodille ante ellos para hacerles una felación que no va más allá de un ‘calentón’, porque culminar… y si culminan, peor. ¿Dónde está el umbral de su dignidad? Para ellos está claro que vale todo, pero ¿con qué fin? Por mucho que estén tan afectados por el alcohol y/u otras sustancias, ¿qué sentido puede tener para ellos? ¿No se dan cuenta de que son la otra peonza al servicio de los intereses económicos de unos cuantos depredadores disfrazados de empresarios de hostelería? ¿Para cuándo un cuestionamiento púbico y permanente desde los hombres de las normas tradicionales de masculinidad? Porque ya están tardando.
Mucho me temo que el mamading es un modo de prostitución. O llamémosla mini-prostitución, prostitución liliputiense quizá o prostitución de bolsillo. Algo muy ligado a determinado tipo de ocio nocturno y mucho menos a la prostitución tradicional. De hecho más bien tiende hacia el juego erótico, aunque nos pueda parecer un juego chabacano e impresentable.
En cualquier caso, al no existir coacción y ser un acuerdo plenamente libre, donde además no implica a mujeres precisamente necesitadas sino a turistas que vienen a desmadrarse, la cuestión hay que tratarla más bien desde el punto de vista educativo.
Por cierto, que el mamading suele ser mucho más abundante entre homosexuales y más raro entre chicas.
Introducir en este punto a la trata de seres humanos y considerar que es un modo de violencia masculina sólo puede explicarse desde el fanatismo habitual de la señora Cao, incapaz de realizar un análisis mínimamente serio.
Y al final acaba en desbarre absoluto.
A esto hay que añadir el papel que representan en todo esto los medios de comunicación tradicionales, que elevan a categoría de escándalo artificial lo que es una práctica en muy pocos locales, y no es menos que lo que se hace en muchos otros sitios enfocados hacia determinado tipo de juegos sexuales, desde los locales de bdsm hasta los de intercambio de parejas u otras muchas variantes.
Supongo que para Cao, a la que habrá que llamar Caos, pues ve por todos lados la extrema violencia heteropatriarcal y bla, bla, bla, también esos sitios serán reductos de la trata de personas y la violencia de los hombres.
En fin. Esperemos a la próxima entrega.
Por desdicha, Croquetiforme, aunque en principio tenga usted razón en que hay que distinguir entre acciones voluntarias e involuntarias, se observa en la sociedad occidental una creciente propensión a inmiscuir a mujeres en actitudes sugerentes, no ya para vender coches, como ha sido siempre preceptivo, sino hasta para vender pisos. Hace tiempo que nos desasnaron sobre la publicidad subliminal y el poder de dirigismo de pensamiento que tiene sobre el observador más o menos inocente o inadvertido. No me parece casualidad, ni inocente este tipo de diversión, como le pasa a la señora Cao. A lo mejor es porque a las mujeres nos produce cierto desasosiego el espectáculo y la exposición «ad nauseam» de lo femenino como cosa sexual exclusivamente. En este sentido, ninguna distancia con los más fanáticos del Islam que obligan a las mujeres a esconder sus cuerpos ya que son, piensan, intrínsecamente pecaminosos o sexuales. Como si esas espaldas y esos culitos masculinos; esos ojazos y esa sonrisa, esa simpatía y ese gracejo, no fueran incitadoras para las mujeres. En serio, a mí me parece que por medio hay algún problema sexual no resuelto.
La banca naranja también saca mujeres desnudas para decir que en su lugar las mujeres no van desnudas sino vestidas de naranja. ¡Manda coños!
La cuestión Celine, es que el problema, como indicaba, se puede abordar desde el punto de vista educativo, sin duda, ya que implica actos voluntarios entre el juego y la prostitución de gente muy joven, con bebidas y drogas de por medio y en viajes de tipo turístico. Una mezcla de ocio, viaje, sexo y prostitución reciente y que habrá que analizar desde otras perspectivas, jamás desde el punto de vista de la trata de blancas o la violencia masculina, que no aparece por ningún lado.
¿Que esos chicos y chicas pueden tener algunos problemas? Pues indudablemente. Pero el punto de vista de Cao es un desatino de tal calibre que no es una metedura de pata, sino de las dos piernas y mitad del tronco en arenas movedizas. Y sin ramita a la que aferrarte.
Empanadadeforme, el problema lo tienes tú. Háztelo mirar. Tu mujer lo agradecerá.
Te felicito, Ramon, por tu excelente aportación, meditada, serena, reflexiva e inteligente.
Me parece aberrante todo. Tan sólo quiero hacer una pregunta: ¿Cuantos cuchillos o pistolas tienen esas mujeres en la sien que les fuerzan y obligan a mamarlas?
Bueno… ¡Yo no es que odie a todos los hombres, pero…!
– Mujer feminista: ¡No tendrás el atrevimiento de decirme que, con la cantidad de mujeres que son asesinadas todos los días,… no era necesario aprobar en España una ley contra la violencia de “género”!
– Hombre: El que haya mujeres (como también hay niños, niñas, ancianos, ancianas, y también hombres adultos) que sufran violencia con o sin resultado de muerte, no es justificación para montar un tinglado fraudulento, mafioso, de la magnitud que se ha montado en España, con el «noble pretexto» de proteger a las mujeres en situación de riesgo, del que viven, parasitan miles de personas, todo ello constituye una verdadera industria, la «industria del maltrato», que ha permitido crear una inmensa burocracia absolutamente inútil, más de cien mil -100.000- mujeres «liberadas» para asuntos de «igualdad y género», mientras las mujeres que realmente están en situación de riesgo no son atendidas… Y como resultado de todo ello se ha creado una situación de «apartheid por razón de sexo» en la que se ha privado a los hombres -varones- de sus más elementales derechos constitucionales: a no ser detenidos ilegalmente (habeas corpus) a un juicio justo, con plenas garantías legales, a la presunción de inocencia, a la igualdad ante la ley, etc. La «ley integral contra la violencia de género» ha creado tribunales de excepción para juzgar exclusivamente a los varones, en los que se les condena con la palabra de la mujer denunciante como única prueba (así lo ordena la jurisprudencia del Tribunal Supremo, con el aval de Tribunal Constitucional) y se les sanciona más severamente que a las mujeres en caso de cometer el mismo delito… la Ley sexista «contra la violencia de género» se creó con un solo objetivo: asegurarles a las mujeres un completo éxito en los pleitos de divorcio, por la custodia de los hijos y por la liquidación del régimen económico de gananciales…. Resultado: ¡Más de millón y medio de hombres denunciados/detenidos en menos de una década por denuncias falsas de maltrato!!!!
– Mujer feminista: Bueno, bueno… pero ¿Y qué hacer mientras siga habiendo una sola mujer en situación de riesgo, y siga habiendo maltratadores, que ejerzan violencia contra alguna mujer que queden sin castigo…? Mientras no me des una alternativa, sigo pensando que mejor que siga habiendo una “ley integral contra la violencia de género” como la que existe en España…
– Hombre: O sea, que justificas que se detenga ilegalmente a los hombres y se les condene sin pruebas, justificas que se permitan las denuncias falsas por maltrato…
– Mujer feminista: Como te decía, mientras no haya una ley que impida que el maltrato contra “la mujer” quede impune… es más, me parece bien que se condene a muchos hombres sin pruebas, con la palabra de la mujer maltratada sin más… es que en la mayoría de las ocasiones es muy difícil, por no decir imposible, poder presentar testigos en un juicio, o poder probar que se ha dado maltrato,…. ¡Mejor “así” a que haya maltratadores que se libren de ser castigados!
– Hombre: Pero… ¡Es increíble como puedes decir semejantes barbaridades y crueldades…! ¿Te has parado a pensar que cualquier día puede haber algún amigo, o familiar, tu propio hijo que sea denunciado falsamente, encarcelado y condenado sin ninguna prueba…?
– Mujer feminista: Hay muchos hombres que forman parte de mi vida, mi padre es un hombre, mi novio es un hombre, mi mejor amigo es un hombre y mi hijo es un futuro hombre… Estos hombres me encantan, por supuesto… También hay un par de hombres que considero amigos. Me encantan, me gustan unos pocos hombres, pero los hombres como ‘género’, los hombres como una ‘especie’, no merecen para mí más que el desprecio y la sospecha. ¿Por qué habría yo, u otra mujer cualquiera, de tener afecto por los hombres? Uno de cada cuatro hombres es violador. Los hombres poseen muchos, muchísimos privilegios respecto de las mujeres, reciben trato de favor, trato preferente en casi todos los ámbitos de la vida. Cada hombre es un potencial maltratador, un posible agresor y abusador de cualquier mujer, que casi nunca conoce sus intenciones, cada desconocido es capaz de volverse violento cuando una menos lo espera, o tratar a las mujeres de forma cruel, y las estadísticas sobre la violencia masculina demuestran que no solo es posible, sino lo más probable. Aparte de los pocos que me han demostrado su amor y una cierta amistad que merezca la pena, voy a seguir odiando a los hombres, recelo de los hombres, seguiré sospechando, dudando de ellos, hasta que se me demuestre que no existe ya necesidad de seguir odiándolos, o teniendo recelo…
En el entorno cultural al que pertenece España, hace algunos años, décadas que se viene utilizando un neologismo, un nuevo vocablo: «Feminazi». Se suele nombrar de ese modo a gente que recurre a discursos del tipo: «Después de siglos de sojuzgamiento, marginación, discriminación, maltrato a la mujer…»
Nunca hablan de ‘mujeres’; siempre hablan de “la mujer”, en singular, como si las mujeres fueran un ‘todo homogéneo’; ese es uno de los grandes éxitos del feminismo de género, haber conseguido que las mujeres –y algunos hombres- tengan la visión de que la totalidad de las mujeres constituyen una “clase social” –por supuesto, “oprimida”- con los mismos intereses, las mismas necesidades, las mismas inquietudes, los mismos objetivos… y lo que es más importante, desde una perspectiva marxista: deben poseer “conciencia de clase oprimida” y como consecuencia, todo lo que se le afecte a una mujer, sea por acción, sea por omisión, afecta a todas y a cada una de las mujeres, todas deben sentirse concernidas, independientemente de su estatus social, económico, lugar de residencia, formación académica… lo importante, lo primordial es que “son mujeres”, por tanto “son de las nuestras”…
Para más INRI, después de sus discursos victimistas, que cuando uno presta atención acaba dudando de si tales mujeres son inmortales, intemporales, o han hecho un pacto con el diablo (a la manera del Dorian Gray, de Óscar Wilde) para conservarse siempre jóvenes: ¡Hemos sido oprimidas, maltratadas, sojuzgadas durante siglos –dicen sin ruborizarse- suelen añadir: «¡De todas maneras, tú no te preocupes, las feministas no odiamos a los hombres!». Esta frase es frecuentemente utilizada por mujeres que se sienten atacadas y se ven en la necesidad de demostrar/justificar que las feministas son personas razonables, racionales y no actúan llevadas por el rencor, el deseo de venganza, el miedo, alguna fobia, o cosas por el estilo.
¿MISANDRIA?
La palabra misandria proviene del griego y significa “odio al hombre”.
Etimológicamente es el antónimo de misoginia. Sigmund Freud ya contemplaba en sus análisis del psiquismo humano un fenómeno opuesto a la misoginia, descubierto al estudiar un caso de homosexualidad femenina o lesbianismo, pero en su tiempo aún no existía un nombre para definirlo.
El Diccionario de la Real Academia Española aún no ha incluido la expresión «misandria», y como vocablo antónimo de «misoginia» (‘odio a la mujer’) utiliza «androfobia» (‘horror al varón’), que en realidad es el antónimo de «ginefobia» (esta palabra sí está aceptada por la RAE). El término griego «fobos» significa ‘fobia, miedo’, en cambio «miseín» significa ‘odio’. En la lengua inglesa se ha aceptado la palabra «misandry», habiéndose popularizado la expresión, e indudablemente está más extendido su uso que en el español; pero como no es de extrañar, el neologismo está siendo especialmente cuestionado por algunas corrientes feministas. En francés existe el vocablo «misandrie».
La palabra «misandria» surgió a finales del siglo XX, como reacción a la aparición (aproximadamente a mediados del siglo pasado) de una ‘cultura feminista’, basada fundamentalmente en el odio al hombre, y con ánimo de venganza visceral hacia el supuesto sistema patriarcal existente en todas las sociedades hasta ahora conocidas, y que durante siglos -según la versión feminista- ha subyugado y condenado a las mujeres a desempeñar funciones secundarias.
Paul Nathanson y Katherine K. Young, autores del libro Spreading Misandry: The Teaching of Contempt for Men in Popular Culture, publicado en 2001, afirman que la misandria convierte a los hombres en los chivos expiatorios de todos los males sociales y a las mujeres en las víctimas oficiales y en las únicas responsables de todo lo bueno, presente, pretérito y por venir… Arguyen que el feminismo misándrico (también denominado «feminazismo»): «es una ideología derivada del marxismo y del romanticismo en la cual la clase o la nación son remplazados por el “género” como concepto central».
La androfobia está considerada una enfermedad mental tratable, a diferencia de la misandria; el ejemplo más representativo de misandria es el Manifiesto SCUM de 1967, escrito por la fanática feminista extremista Valerie Solanas, famosa por haber intentado asesinar a Andy Warhol.
Esta clase de feminismo (actualmente el más influyente, sin duda) proclama que todos, hombres y mujeres, nacemos iguales, y pretende también anular las diferencias de naturaleza entre los sexos. La tesis central del feminismo misándrico es que el hombre, como ‘género’ -sexo psicosocial- es el que ha mantenido a lo largo de toda la Historia de la Humanidad a las mujeres dominadas y sometidas (lo que denominan patriarcalismo o falocentrismo).
El feminismo triunfante, o feminazismo, alienta abiertamente, promueve y ejerce la misandria, es claramente antihombre. Identificar al varón como el sujeto del mal y la causa de los dolores y los sufrimientos de las mujeres de todos los tiempos es un posicionamiento misándrico y generador de misandria.
Carlos Aurelio Caldito Aunión.
Badajoz, Taifa del Suroeste, junto a “la Raya”.
Ante tal dispendio de sinrazón, permitanme expresarme como mujer que siente vergüenza y apela a que los hombres expresen la indignación ante esta barbarie machista y violenta que no hace otra cosa que pasar de puntillas sobre un realidad cada vez más cercana y cotidiana. No olvidemos los actos acaecidos en los san fermines del pasado año. La señora Cao solo ha puesto sobre la mesa una realidad que la ley debe amparar , que acampa a sus anchas con el beneplacito de los medios de comunicación. La noticia pasa desapercibida porque no se calibra su gravedad y ni su debate publico. Vamos de una vez a tumbar esos comentarios que suscitan tanta medio cridad, estamos en un estado que se dice de derecho donde se vulneran nuestras libertades basicas y de dignidad. Enhorabuena por su articulo.
Pues en las fotos y vídeos que circulan por ahí, yo no veo lo de la cosificación de las mujeres, ni que nadie ejerza presión sobre ellas. Igual que las chicas manoseadas durante los sanfermines. Al contrario, parece que lo hacen muy a gusto. ¿Y si fueran algunas mujeres muy pendonas, con muy pocos escrúpulos, decencia y pudor, las que nos cosifican a los hombres para conseguir sus fines?
Hay determinados feminismos que tienen más de arcaicos que de progresistas.
benava, en los Sanfermines del año pasado no pasó nada. Se realizaron interpretaciones absurdas de fotos de destete, que luego se amplificaron hasta la extenuación por el habitual sensacionalismo mediático y el concurso del feminismo radical. Eso llegó hasta esta edición en forma de eco, pero la evidencia de que el toqueteo es totalmente voluntario está o bien apagando las protestas, o bien generando contestaciones humorísticas en las redes sociales, o bien dando lugar a noticias esperpénticas, como la que publicó hace un par de días La Vanguardia. Se alarmaba la noticia de los abusos. A continuación ponía una galería con muchachas en pelota siendo manoseadas, de forma voluntaria, todas muertas de risa. El colmo de la desvergüenza habitual de los medios españoles. La cuestión es que ni aún así, viendo la voluntariedad evidente, cesan las acusaciones ficticias de abusos. Son medios de comunicación que tienen, desde luego, los lectores o espectadores que merecen.
Lo siento, tanto a la autora del post como a benava, pero este caso en concreto (racalco ‘este caso’) no me parece tal cosificación ni humillación.
Una cosa es el empresario de turno, sin duda un listo más que utiliza reclamo sexual para atraer gente.
Otra, los participantes. La mujer, obviamente, no tiene entre sus necesidades primarias el ponerse de priva hasta las cejas todo el verano. Los tios que participan son tios, borrachos y pasando unas vacaciones en las que, uno de los objetivos fundamentales, es pillar cacho como sea. Incluido dos chupadas rápidas.
Pensar que la misma mujer no se puede poner caliente por el acto en sí es infantil, negar la sexaulidad femenina y su capacidad para la lujuria, no diferente de la de los propios tios que participan. Todos y todas van a llí a eso: Beber, follar, dormir, comer algo y empezar otra vez.
El ejemplo de la señorita anunciando en top-less es distinto: LO hace para ganar dinero, como las prostitutas de verdad.
Esto no pasa de falta de escrúpulos, por parte de la mamadora, los mamados y el listo que se forra, el único, en todo caso, que puede ser sujeto a leyes expresas.
En este caso, al menos, insistiré de nuevo.
Nótese, por favor, que no he utilizado la palabra ‘feminismo’, ni para bien ni para mal.
Pues yo no estoy segura de qué pensar con estas cosas. Por un lado me imagino siendo una de esas chicas y me da bastante morbo (también las de las tetas de san fermines) así que por qué no?
Por otro lado, me pregunto lo raro que sería una propuesta a la inversa: concurso de cunnilingus, y me imagino a muchos hombres deseando pero no a muchas mujeres que se presten a eso…
Solo como reflexión.
intercambio de sexo por bien material es prostitución. ¿Donde están los poderes preocupados por manejar la voluntad de la mujer para regular el aborto? qué una mujer se denigre participando en esas actividades no preocupa. Ya me gustaria conocer el punto de vista si la mujer en cuestión fuese su conyuge o descediente
Luismi, si la persona fuese cónyuge o descendiente el asunto estaría igualmente ligado a su libertad, aunque el familiar en cuestión tuviera su opinión personal, que no cambia nada ni afecta a la decisión de la otra persona, absolutamente libre pare decidir sobre su sexualidad. Son dos ámbitos que no están relacionados.
En este caso, de todas formas, creo que el asunto está más ligado al desmadre y drogadicción en zonas de ocio de verano que a la prostitución tradicional, o sea, que es más un asunto de fiesta excesiva donde el intercambio o acuerdo comercial es accesorio, una excusa que genera ya un desmadre al que de todas formas, de una u otra manera, se iban a prestar los que se tengan que prestar.
¿Puedes explicarnos màs sobre esto?, ha sido fantastico encontrar mas datos sobre este tema.
Saludos
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