El eterno retorno del fascismo
Cuando Pedro Sánchez se hartó de nombrar por cientos a directores de organismos y empresas públicas, desde Paradores a Correos, despejó dudas: el bipartidismo y sus prácticas siguen en activo. Con sus propias palabras, “el PSOE ha vuelto”, “el PP ha vuelto”, y vuelve el bipartidismo. ¿Es una tendencia sólida o un espejismo? De momento el CIS anuncia nuevos cambios en una evolución que se parece a un tobogán. Veremos en qué quedan tantas subidas y bajadas, pero los cambios son más profundos y está en otra parte.
En el marco político que se está configurando en Europa, ¿España es diferente? Pablo Casado, en días, ha transitado de una mirada a la tradición ideológica, con una apertura a lo Tea Party, aborto incluido, a la utilización de las teclas que toca ahora la derecha que triunfa en Europa, las del “Nosotros, primero” y la xenofobia antiinmigración. Para empezar, el nuevo líder centró su mirada en Ceuta. Cualquier alevín de la derecha europea sabe que es en ese frente donde se esconden sus más nutridos caladeros de voto. La inmigración, como se ha demostrado con estudios serios, es positiva, pero, si no se gestiona y explica adecuadamente, pude dinamitar la convivencia democrática. La experiencia vivida en Alemania en los tres últimos años nos advierte.
En 2015, cuando en aquel país se registraron casi novecientas mil solicitudes de asilo, admiramos las comprometidas declaraciones de Angela Merkel: “El derecho fundamental para los perseguidos políticos no sabe de límites”. Pero el pasado junio, tres años después, ya no era la misma, y advertía en el parlamento germano que las migraciones se habían convertido en el gran problema que “puede cambiar el destino de Europa”. En esos tres años, los cambios provocados por la explotación del miedo a la inmigración están recomponiendo el mapa político europeo. En la propia Alemania, el partido de Merkel está desbordado por las acometidas de la presión política anti-inmigratoria, con el racista Alternativa para Alemania convertido en tercer partido. En Polonia, Ley y Justicia se ha hecho con un control masivo de las instituciones con resultados electorales espectaculares. En 2016, el miedo a una inmigración descontrolada, visible en las acampadas de Calais, llevó al Brexit, y Trump llegó a la presidencia USA, ya se sabe cómo.
En 2017, el Partido por la Libertad de Austria entra en el gobierno, tras un éxito electoral basado en tocar la tecla migratoria. En Hungría los abanderados contra la amenaza migratoria logran dos tercios de los votos, y en Italia los racistas dirigen el gobierno, mientras la nueva izquierda se aquieta hasta la desvergüenza. Y resulta notable comprobar que el éxito de estos partidos no depende del volumen migratorio en cada país, sino de su capacidad para la demagogia política. Se repite que España es diferente al resto de Europa. Veremos qué hace con la cuestión migratoria el grupo de Pablo Casado, formado en las ideas extremistas de FAES, la fundación de Aznar.
¿Cómo llamamos a este radicalismo político que, como un fantasma, recorre el continente? Rob Riemen, un brillante ensayista de Países Bajos, en un libro de gran difusión titulado El eterno retorno del fascismo, define como “prototipo de fascismo contemporáneo” lo que representa en su país Geert Wilders y su Partido Popular por La libertad y la Democracia. No es la única organización política extremista europea en la que la palabra Libertad figura en su denominación. Ya lo advertía Thomas Mann cuando decía que, si alguna vez vuelve el fascismo, “lo haría en nombre de la libertad”. Y ahí están: el Partido de la Libertad en Austria, el Partido del Progreso de Noruega, el Frente Nacional en Francia, al que Marine Le Pen pronto cambiará el nombre, y otros que en Reino Unido, Italia, Polonia, Chequia y por toda Europa, incluida Alemania, expanden la semilla de un fascismo que pone un gran interés en no parecerse al que fue derrotado en la Segunda Guerra Mundial. Vuelve el fascismo y no se parecerá a un general con bigotito.
El historiador estadounidense Robert Paxton, en Anatomía del fascismo, señala que en el siglo XXI ningún fascista aceptaría ser llamado así. Cierto, son fascistas, pero no tontos, y quieren ganar elecciones. Saben que el viejo fascismo no da votos, quita votos. Como señala Paxton, “el fascismo, debido a su alarmante falta de ideas y valores universales, siempre adoptará las formas y los colores de la cultura y la época en que se desarrolle”. Sería un grave error que la izquierda española confundiera el nuevo fascismo con esos nostálgicos que se exhiben con banderas con aguiluchos. No son tan tontos.
El fascismo está levantando la cabeza otra vez, en todas partes, bajo una apariencia nueva y moderna. Como en los años treinta, saben que las sociedades dominadas por el miedo son sensibles a las falsas promesas y, como entonces, buscan “chivos expiatorios”: los judíos u otras minorías en aquella época, los inmigrantes hoy. Y siempre la utilización de lo que el escritor francés-libanés, Amin Maalouf, denomina “identidades asesinas”. Para demostrar cómo el fascismo cambia de cara, ahí están los extremistas que en Israel van a implantar la ley del Estado judío para confinar a la población palestina, un 20% de los ciudadanos del país, en un gueto jurídico. O quienes en España, en Cataluña o en el País Vasco, desde el nacionalismo excluyente, se presentan como héroes antifranquistas, pero quieren imponer su propia identidad cultural, por asimilación e inmersión, a toda la población.
Con permiso, una vez más, de Riemen, “El regreso del fascismo siempre es posible, pero nunca inevitable”. Qué momento para una izquierda capaz de levantar un proyecto que le haga frente a la tentación fascista que empieza a dominar la política europea, que ponga en pie un proyecto de ciudadanía común. Pero me temo que nuestras izquierdas siguen jugando a las identidades, a la dispersión, a ir detrás de todo lo que se mueve. Reconozco que casi me caigo de culo cuando le oí decir a Pedro Sánchez que el PSOE es catalanista. ¿Los socialistas coqueteando con los proyectos políticos en los que una identidad se impone a todos? O dicho sin tapujos, ¿cooperando con tentaciones fascistas? Como cantaba Serrat, “niño, deja ya de joder con la pelota”.
Solo los nazis fueron capaces de aprobar un articulo similar al 155 que les llevó
a la proclamación de Hitler y a la Segunda Guerra Mundial. Con él se consumó la
involución de la autonomía, a la que hemos estado asistiendo en los últimos años.
La interpretación feroz del artículo 155 es muy representativa de una aspiración
que no se contrapone solo a una opción independentista, legítima en sus objetivos,
pero gestionada con demasiada frivolidad. Esta versión dura del 155 rechazó, en
realidad, la existencia de la diversidad de proyectos políticos a escala
territorial que caracteriza a los auténticos sistemas federales o a los que desean
aproximarse a ellos. Por eso pienso que la iniciativa del gobierno Rajoy desprendía
un tufillo revanchista cuando se escucha a quienes lo jalean desde la tribuna
política o desde la tertulia mediática. Son las voces de sectores fascistas a los
que siempre costó admitir una organización del Estado que no pudieran controlar
desde unos pocos centros de decisión. ¿Golpe prusiano en España como prolegómeno
de una crisis de la democracia?. Ya dije que las comparaciones son odiosas. Pero
las maniobras de Papen y Schleicher -amparadas por el Presidente del Reich y
monárquico nostálgico- no deberían haber sido ignoradas. Sus funestos resultados
fueron mucho más demoledores para la democracia alemana de lo que quizá ellos
mismos habían previsto o deseado. En España, el 155 cierra un largo periodo de
30 años en los que a trancas y barrancas, se intentó sustituir el tradicional
modelo centralista y uniformista del Estado español, por un modelo territorial que
distribuyera algún poder político a lo largo y ancho del territorio. Intolerable y
vergonzoso. Som República !!*!!
¡ Señor Jesus !. Hitler, Musolini, Franco, Salazar… Hablamos de una Europa misogina y con un alzeimer galopante. Nadie recuerda quienes pusieron más muertos para derrotar al nazismo fascista… la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Sovieticas. Nada es perfecto, pero los Estados Unidos de America, la Iglesia por mediación del Papa Voltijla Polaco y aquel Valessa… Iniciaron la desclasificación social. ¡ Todos, capitalistas y ricos !. Un ensayo previo en Latino America. Los asesinatos de obispos ( Monseñor Romero, Ellakuria )… Los gobiernos satelites amansados por el Tio Sam, se cargaron y desequilibraron los bloques, a los teoricos de la teologia de la liberación. Eso, hace décadas como el franquismo; están camuflados con siglas para » bobos «: Alianza Popular, Unión de Centro Democrátio… y luego ¡ Social !. Partido Popular, Partido Socialista Obrero Español… Señor Jesús !. La mentira se camufla para los hollingas; pero no se puede hacer populismo fascista en el siglo XX I… Los padres de la Santa Constitución, se olvidaron de la apologia fascista y de los 50. 000 maestros asesinados. Claro, los terroristas sublevados, tenian otras intenciones señor Jesús… Por Dios, por su Patria y Caudillo por la gracia de Dios ( la mano de la Iglesia Incorrupta, como la del PP ), se ve.
Usted, sigue con su cruzada y la de C´S encontra de las nacionalidades del Estado, sus idiomas, deportes, etnografia… ¿ porqué les niega a esos territorios, lo que quiere para su España, Una, Grande ( el tamaño importa ) y Libre de : Rojos, Anarquistas, Comunistas, Abertzales y Nacionalistas ( que no sean españoles ).
¿ No se creerá, todo lo que dice Sanchez ? es un adorno más de cara a la galeria de credulos, que pagan cuota de afiliados, para venderlos al mejor postor y populistas sociales… Aunque usted ya se pasó al 80 % de la oferta del PsoE a C´S. Está claro su Nazionalismo españolista no es integrista, ni excluyente… Hacer referendums es de nazis y que tus señas de identidad pervivan… te aplican el 155 % de comisión y cadena perpetua revisable ( depende de quien sea ). Señor Jesús, desde el año 39, I año de la victoria… ¡ Núnca más fué igual, pero lograremos explicar el porqué: » Socialismo es Libertad » . Y los fascismos se empeñan en secuestrar la libertad… Pegandose otra etiqueta más brillante y destrozando las culturas, llenando de analfabetos con mastrers la vida de las Universidades.
y España, al igual que el tonto del pueblo, acude a retirar los símbolos fascistas cuando estamos comenzando un nuevo capítulo del asunto.