República o izquierda: Por un patriotismo republicano
- En las últimas semanas han aparecido desde la izquierda varias apelaciones a la República como horizonte del país al que apelar.
- Mientras la república aparezca como un ámbito identitario de la izquierda militante puede llegar a ser útil para cohesionar a la izquierda militante pero no tendrá la menor oportunidad de ser un proyecto de país transversal
En las últimas semanas han aparecido desde la izquierda varias apelaciones a la República como horizonte del país al que apelar. En una entrevista reciente a Manolo Monereo en Cuartopoder explicaba que la supuesta corriente que estaría preparando con Julio Anguita es en realidad “una asociación al servicio de la III República y eso no tiene nada que ver con Unidos Podemos ni con nada de esto". Por su parte, el coordinador de Izquierda Unida, Alberto Garzón, publicaba un artículo en eldiario.es titulado 'Federalismo republicano frente a los monstruos'.
La República siempre ha operado con un valor refugio de la izquierda. Muchas veces aparece no cuando el país tiene un problema con la monarquía sino cuando la izquierda tiene un problema consigo misma. Regis Debray fue certero al identificar una paradoja de la izquierda: “El socialismo teórico es iconoclasta; el socialismo real ha sido iconómano”. En la izquierda española nada identifica esa iconomanía mejor que la República: la República (la II República) nos conmueve, sus símbolos, la heroicidad de su defensa nos unen, apartan las diferencias, cohesionan a la izquierda y silencian debates. No sabemos muy bien cómo sería una República en España en 2018 ni cómo llegaríamos; pero ante crisis de identidad de la izquierda la República nos hipnotiza como un flautista de Hamelín.
La novedad hoy es que hay caldo de cultivo fuera de la identidad de izquierdas para que la caída de la monarquía sea un motor de cambio. La última vez que el CIS preguntó por la monarquía fue en 2015, cuando Felipe VI ya llevaba un año de reinado que podría haberle ayudado a remontar la maltrecha situación en que dejó su padre a la regia institución. Pero la monarquía seguía suspendiendo (4.34) y en todas las franjas de edad excepto en los mayores de 65 suspendía gracias a un fortísimo rechazo: más del 25% en esas franjas de edad otorgaban a la monarquía un 0 o un 1 sobre 10.
El CIS no ha vuelto a preguntar por la monarquía, pero no hace falta ser muy audaz para intuir que el encarcelamiento de Iñaki Urdangarín, las revelaciones sobre Juan Carlos I y sus comisiones, cuentas en Suiza, testaferros… más la obscena impunidad regalada por jueces y partidos cortesanos junto al silencio absoluto de Zarzuela sobre ese escándalo no hayan ayudado demasiado a que la monarquía deje de perder apoyos. Además la patrimonialización de la monarquía por la derecha más dura (Pablo Casado intercala su escoramiento ultra y las continuas exhibiciones monárquicas) facilita ubicar a la monarquía en un margen frente al que pueda emerger una alternativa transversal democrática.
Sin embargo, más allá de las aportaciones de la izquierda más reconocible, hay más impopularidad de la monarquía que emergencia de una alternativa republicana. Y eso es algo dramático porque la república encierra un inmenso potencial democratizador, modernizador e incluso de ejemplo moral que podría representar la esperanza de cambio para millones de españoles.
Escribía hace un par de meses que “no hay cambio político transversal si no se le pone un nombre a ese cambio” y que la República puede ser ese nombre del cambio. Sin embargo, para que lo sea debe dejar de ser un valor refugio de la izquierda militante para convertirse en un proyecto de país moderno, democrático, equitativo y de futuro. Y ello puede resultar hasta doloroso para quienes tenemos una relación con la república casi más afectivo-emocional que racional.
Por poner un ejemplo trivial pero muy significativo: ¿estaríamos dispuestos a integrar que para hablar de República no le podemos decir a las capas populares que su bandera no es la que usó para celebrar el gol de Iniesta? Demasiadas veces los republicanos de siempre parecemos estar proponiendo una recuperación de la II República para que esta vez sí que salga bien; quizás el principal obstáculo para que la República sea un nombre del cambio para las capas populares, para el conjunto de nuestro pueblo, seamos los propios republicanos. Mientras la república aparezca como un ámbito identitario de la izquierda militante puede llegar a ser útil para cohesionar a la izquierda militante pero no tendrá la menor oportunidad de ser un proyecto de país transversal.
El PP de Aznar acertó al asociar su proyecto a la Constitución hablando de patriotismo constitucional. Para ello se apropiaba de una idea nítidamente republicana de Habermas y Sternberger y la convertía en un nacionalismo autoritario disfrazado de defensa de la democracia. Si hay oportunidad para que la República sea el nombre del cambio ésta pasa por desvincularla identitariamente de la izquierda y llenarla de contenido compartido por amplios sectores: hacer el republicanismo político sinónimo del republicanismo institucional. Si el PP cogió el nombre del patriotismo constitucional para huir de su contenido, las posibilidades de la república pasan por apropiarse (con razón) del contenido de esa propuesta con una propuesta ligada a valores democráticos, éticos, modernizadores y, sobre todo, extraordinariamente ligada al futuro.
Probablemente para la izquierda sea dramático renunciar a la patrimonialización de la República pues siempre ha sido un útil comodín en tiempos de orfandad. Se diría que hay que elegir: República para la izquierda o república para España. O más provocativamente: República o izquierda.
La República la asociamos a las libertades en general, con ella se cosecharon los valores feminístas, de voto, pluraridades Nacionales, laborales… Y no solo era de la izquierdas, habia sectores burgueses repúblicanos; existia: El Partido Radical Repúblicano… ¡ Poco importa quien metió el gol, si fué Zarra, o Iniesta !. Estamos en un momento de ensanchar bases y no bunkerizar los lados de las manos. Necesitamos las dos y nos importará más ser ambidiestros, que estar curros de mentes transversales… Sobre esta bandera, pesa la maldición de una sublevación, cuarenta años de dictadura, un millón de muertos y la imposición de una monarquía, con la misma bandera que nos quitó las libertades y pasamos de ciudadanos libres a subditos.
Hugo, la selección de Euskadi estuvo, años jugando por el mundo, llevaban sus banderas… Por las cuales bombardearon Gernika… El PNV le costó, pero esa burguesía se mantuvo al lado de la República democrática del Estado. Hugo, ahora hay más deportes que el futbol y unas cuantas Nacionalidades, que la dictadura y sus secuaces no pudieron terminar con ellas. Ademas, los Internacionalístas, multiculturalistas… La forma de gobierno siempre tendrá que ser Repúblicana Hugo por igualitaría !.
¿Y qué ha pasado, porqué hemos dicho basta ahora, justo ahora?. En realidad ha pasado en Madrid, no aquí. El Partido Podrido llegó al poder en el peor momento de la crisis, después de haber prometido el oro y el moro, y agotado el cuento de la herencia recibida, porqué no arremeter contra los catalanes (polacos nos llaman) que siempre ha tenido buena prensa, o por lo menos no ha quitado votos, así que tumban el Estatut d’Autonomia y encuentran en ello la traca perfecta para meter ruido y que no se hable de nada más, y lo hacen después de llevar refrendado en referéndum por el pueblo casi tres años, meándose en la boca de todos y diciéndonos que llovía….y el resto, ya lo sabes, la manifestación de 2011 y 2012, la vía Catalana, la V, la Meridiana, la Diagonal…… y te aseguro que no nos gustan las manis, pero cuando son necesarias, cuando te pasan el rodillo por encima, o haces esto o te tiras al monte con un trabuco. ¿Qué ha hecho Madrid desde su posición de garante de mis derechos? Amenazar, insultar, mentir, prohibir, encarcelar…..eso cuando les ha sobrado tiempo entre Gurteles, ERES andaluces, Púnicas, y prohibiciones: no han parado de generar independentistas ellos, cada vez que hacían una declaración o tomaban una decisión. El infame Wert queriendo españolizarnos, la prohibición de hacer un referéndum, los demócratas de pastelina estos, el 9N, el 1-O, el 21-D, la suspensión de la ley de Pobreza Energética para garantizar luz, agua y gas en hogares sin ingresos, la casi prohibición de que te instales legalmente un panel solar a base de normativas absurdas y de poner impuestos al Sol (sí, lo que lees), la suspensión del Impuesto a los Depósitos Bancarios y Fondos de Inversión… etc. España no tiene arreglo, o igual sí, pero nosotros, los independentistas, hemos perdido la esperanza, porqué visto lo visto, creemos que a estas alturas es más fácil construir un país nuevo que arreglar éste. Si me pegan, me divorcio.
Som República !!*!!
Tipico artículo de quien no es republicano pero que se permite dar lecciones a los republicanos… Hugo es un trepa que vió que en IU no rascaba y se pasó a Podemos donde parece que le va mejor. Harto de este tipo de personajes que están machacando hace tiempo al movimiento republicano.
Total. Mejor que estos piernas no se atrevieran a mencionar siquiera el republicanismo, que ni saben lo que es salvo para mancillarlo y ridiculizarlo. Vergüenza. Pero en IU no andan muy atrás, ojo.
Hitler también era un patriota republicano. Y el general Cabanellas, lo mismo.