Sociedades musicales valencianas: un fenómeno social, educativo y cultural único

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Por pequeñas y específicas que sean, todos los pueblos del mundo tienen algunas características cuya singularidad hace que se les identifique inmediatamente y los diferencie de los demás,constituyendo, así, el conjunto de señas de identidad de esa colectividad.

En la Comunitat Valenciana, el primigenio fenómeno “bandístico” fue evolucionando, con el tiempo, hasta convertirse en el actual movimiento asociativo de las sociedades musicales, una de las características más importantes que identifican al pueblo valenciano, que le hacen sentirse orgulloso de sus raíces y cultura autóctona y que configura una realidad única en el mundo, considerada como ejemplo a seguir por otros muchos países que toman nuestro modelo como referencia obligada en la construcción de un entramado sociocultural y educativo enraizado en el corazón de sus gentes.

En Valencia, siempre nos ha gustado hablar de sociedades musicales, al estilo de la vieja tradición centroeuropea, aunque popularmente todo el mundo las conoce como nuestras bandas de música, que han sido, desde su origen, uno de los principales fenómenos vertebradores de nuestra tierra, un elemento de participación social de primer orden, una herramienta de construcción de movimiento popular y una forma de democratizar el acceso a la cultura y a la educación musical, poniendo a la disposición de la ciudadanía una red de entidades que, con sus escuelas de música y agrupaciones artísticas, principalmente bandas de música, han constituido, en muchos de los casos, la única oferta sociocultural de los pequeños municipios.

Estamos hablando de un fenómeno único en el mundo, por su magnitud e intensidad, al presentarse en un territorio concreto con una implantación sin precedentes. En nuestra tierra, todos los pueblos tienen, al menos, campanario, cooperativa y banda de música, y este fenómeno sociocultural supone a nivel social, un núcleo de conservación y transmisión de nuestras tradiciones, de transmisión de valores personales y etnológicos, una vía de participación en la vida festiva y ritual de los pueblos y, también, una forma en la que la ciudadanía construye su forma de vivir en sociedad.

Por otra parte, las sociedades musicales valencianas han tenido, desde hace ya muchos años, una clara voluntad asociativa, una necesidad que se convirtió en virtud al crear una entidad federal que aglutinara a este gran colectivo, velase por su desarrollo y cuidase sus intereses. Nacía así, en 1968, la Federación Regional Valenciana de Sociedades Musicales, un instrumento de articulación de la sociedad civil que ha sido fundamental en la evolución de este movimiento asociativo.

Actualmente, la Federación de Sociedades Musicales de la Comunitat Valenciana (FSMCV) es una entidad asociativa que celebra el 50º aniversario de su fundación, en 1968, y agrupa actualmente a 550 sociedades musicales (aproximadamente el 50% de España), con sus correspondientes escuelas de música, con 40.000 músicos, 60.000 alumnos y más de 200.000 socios. Entidades que están presentes en el 90% de los municipios de Alicante, Castellón y Valencia de más de 200 habitantes y articulan una gran red de práctica musical con un total de 1.686 agrupaciones artísticas: 1.075 bandas de música, 174 orquestas, 233 coros, 133 grupos de cámara, 52 big-bands y 19 grupos de música tradicional valenciana (dolçaina y tabal).

Las sociedades musicales son el principal agente cultural de la Comunitat Valenciana, según la Universidad de Valencia, y han sido merecedoras de la Alta Distinción de la Generalitat Valenciana y de la Placa de Jaume I. Además, este mismo año, se publicaba el Decreto 68/2018, de 25 de mayo, del Consell, por el que se declara bien de interés cultural inmaterial (BIC) la tradición musical popular valenciana materializada por las sociedades musicales de la Comunitat Valenciana, una declaración quesupone la vuelta al consenso de los grupos parlamentarios de las Cortes Valencianas, en esta materia, que se inició con la aprobación de la Ley Valenciana de la Música en 1998, aprobada también por unanimidad.

Este movimiento sociocultural es un claro ejemplo de “cluster” sociocultural, por su amplia implantación en el territorio, por su relación institucional con el Gobierno Valenciano, por sus relaciones de colaboración con el mundo universitario y por su estrecha vinculación con el mundo de la empresa privada, una realidad, en suma, que será necesario desarrollar en la dirección adecuada.

Josep Francesc Almería es diputado de Podem en las Corts Valencianes y expresidente de la Federació de Societats Musicals de la Comunitat Valenciana.
1 Comment
  1. Julio Loras Zaera says

    Vale, pero también estoy seguro de que hay valencianos y valencianas a quienes las bandas o sociedades musicales no les dicen nada. ¿Acaso no tienen «identidad valenciana»?

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