El 28A: un avestruz elegante

  • El gobierno de Sánchez ha caído porque la mayoría que lo aupó no votó unos presupuestos con los que ideológicamente concordaba
  • Querer una mayor distribución de la riqueza o una bajada de impuestos no anticipa nada de cómo se entiende la cuestión nacional

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Javier Franzé, profesor de Teoría Política, Universidad Complutense de Madrid.

La caída del gobierno de Sánchez es un eslabón más que se suma a la cadena de novedades que España viene viviendo desde 2014. A la fragmentación del sistema de partidos, el año de gobierno en funciones, la primera moción de censura exitosa y la crisis del Estado de las Autonomías con la proclamación de la República catalana y el 155, se le suma ahora el gobierno más corto de la democracia. La convocatoria a elecciones generales es inevitable pero no resolverá el problema central: la cuestión catalana o, mejor, la cuestión española.

El gobierno de Sánchez ha caído porque la mayoría que lo aupó no votó unos presupuestos con los que ideológicamente concordaba. Esto exhibe la dimensión del problema: no se trata de la justicia social, fundada en el eje izquierda-derecha, sino de la cuestión nacional, que suscita posiciones no inteligibles a la luz de esas coordenadas. Querer una mayor distribución de la riqueza o una bajada de impuestos no anticipa nada de cómo se entiende la cuestión nacional.

El conflicto ejemplifica lo que suele llamarse la primacía de lo político. Y por dos razones. Primero, porque contra la visión clásica de que lo material-económico determina las posiciones y los conflictos políticos, la cuestión española revela que actores capaces de consensuar unas reglas de convivencia (una democracia parlamentaria y social dentro del proyecto europeo), no pueden sin embargo otorgarle un significado común a la comunidad que los alberga. Segundo, porque esta cuestión se juega más en lo político —ese espacio fuera del sistema político, no inmediatamente ideológico, donde se constituyen inadvertidamente los imaginarios sociales— que en la política—los partidos, las instituciones representativas, lo electoral—.

El problema de la cuestión española se agudiza porque no sólo está casi exclusivamente tomado por los partidos, sino que éstos además no tienen proyectos superadores, reconfiguradores del sentido de la comunidad nacional. Prueba de ello es que creen que semejante cuestión puede resolverse a partir de un resultado electoral.

Por otra parte, la cuestión española expresa, una vez más, que lo relativo a la hegemonía no se juega en lo electoral. Una fuerza política no puede menospreciar las elecciones, salvo a riesgo de convertirse en secta y ni siquiera jugar el partido de la hegemonía. Pero tampoco cabe reificarlas como si fueran el índice de la propia capacidad hegemónica. Los protagonistas de la lucha  hegemónica no son sólo, ni principalmente, los partidos políticos.

La derecha españolista hará del tema el centro de la campaña. Pero su solución represiva no sólo es contraproducente para sus propios intereses, sino que expresa una profunda incomprensión de la lógica simbólico-imaginaria de lo político: las identidades no se decretan. Basta ver la historia reciente de este conflicto.

Pero tampoco la izquierda puede esgrimir que el conflicto es en realidad poco menos que un abalorio para tapar los verdaderos problemas. Para aspirar a la igualdad con los otros primero hay que querer y desear compartir una comunidad con ellos. La comunidad es lo primero de lo común y, así, el requisito de toda igualdad. La primera igualdad, cabría decir.

Los partidos independentistas catalanes tampoco pueden aportar una solución democrática. Su intento de imponer una reconfiguración de la comunidad careciendo de una mayoría absoluta evidencia una concepción esencialista de la identidad: al no concebirla como una preferencia sino como algo a priori, no se toma en consideración el apoyo que suscita.

Quizá quien esté señalando el camino sea ese 70% de catalanes que quieren decidir su relación con España. Esa amplia mayoría incluye al menos autonomistas e independentistas, lo que indica que prefieren que se pueda decidir democráticamente a que venza su posición. Ese voto sería la consecuencia de una reconfiguración del sentido de la comunidad política, y por tanto no puede ser asimilado a un acto electoral en el cual se confía que con más votos que el oponente se resolverá la cuestión. Sería la institucionalización del conflicto y anudaría —a través del voto— democracia y Nación, uno de los pocos asuntos que no casualmente la Transición no logró hegemonizar.

2 Comments
  1. florentino del Amo Antolin says

    … Prueba de ello, que hay quienes piensan que esto se puede arreglar con unas elecciones». No salieron los presupuestos, precisamente… ¡ Por NO concordar !. El PsoE compró tiempo, para arreglar internamente un partido partido, que fué contra natura, haciendo una cosa que había prometido otra y no ha realizado ninguna de las dos; un verdadero galimatías, que si ponemos la moviola se podría ver claro quienes eran los del bipartidismo y sus subvencionados retoños… Que nunca se acuerdan de lo social, educativo, pensiones, o sanidad; solo le dan la importancia a la identidad identitaria recibida en herencia del mismo ganador de una Santa Cruzada guerra incivil… Su indisolubre unidad de su Patria, cerrada y atada por el mismísimo Generalísimo ( por la gracia de dios ). ¡ Mira que querer arreglarlo imponiendo el 155 obra y diseño de Don Manuel Fraga !… La votación se hizo y la validaron más de dos millones de ciudadanos catalanes y un porcentaje de no que esos valen igual para ratificar que hubo votación; pero además también existieron los golpes, las coacciones y los encarcelamientos preventivos, que duran como una condena; desplazados de su lugar natural, e incordiados: ¡ A por ellos !. Suena tan colonialista, que unido a las deslocalizaciones de empresas y bancos que nacieron del sudor Catalán… ¡ Este Estado primero mata, después echa cal viva y cuando han pasado 80 años… No se desclasifica nada !. Las reglas de juego, son las que pusieron las élites burguesas, ganadores de tal orgía y asentados en el lomo del productor, obrero o currante… ¡ Como siempre !.
    Mentar la transición… ¿ Hacia donde ?. Una transación de poderes distribuidos por los padres que la parieron: Machista, Monárquica, indisolubre, atada, irreformable, mentirosa y dogmática. ..
    Las identidades no se hacen por real decreto, como apunta Javier; pero ser ciegos y sordos de nacimiento, quiere decir que los milagros no existen… ¡ El capitalismo fascista, sí; está hibernando en fundaciones ultras ( con seudónimo neoliberal ) ! https://uploads.disquscdn.com/images/77cd988890acef431906ddbb4ac12136caa7fb2e1b54627731ddabd32904c7b8.jpg https://uploads.disquscdn.com/images/9c8db61fb6d180e7710011629974edc2d8e2cde151d204d0b635cf07116352af.jpg https://uploads.disquscdn.com/images/02e97ab4c80c2a45bf2914df477220cb17a7f5ecc23c0e3ed5157933237a872c.jpg

  2. ninja45 says

    Pobre Sanchez, con los humos que tenía y lo rápido que se le están bajando. Hay
    cosas que nunca podré entender. Como era posible que el Partido Podrido, implicado
    en mas de 3000 casos de malversación de fondos públicos, siguiera gobernando?.
    Eso era una muestra del «nivel» que tenemos en este país. Tenemos lo que nos
    merecemos. Que vergüenza. Tengo que felicitar al dibujante defenestrado por el 155,
    Sr. Ferreres por sus viñetas, por la expresividad de sus dibujos y sus dialogos
    punzantes en su «animus iocandi» de El Periódico, compendio de inteligencia,
    agudeza y buen humor. Una excelente muestra la de fecha 25-9-2016. En ella se veía
    a Rajoy sumergido hasta el cuello en una cloaca llena de ratas diciendo: «Echame
    una mano si es que tienes sentido de estado». A lo que el Sr. Sanchez, situado en
    una alcantarilla por encima de él, contesta: «Es que también tengo sentido del
    olfato, y ahora mismo me está matando». O bien la viñeta que salió el 9-10-2016 en
    la que se ve a Rajoy sentado en la mesa de un restaurante con Susana Diaz de
    camarera, sirviendole en bandeja la cabeza de Sanchez, diciendo: «Ni con esto ni
    con la abstención tengo bastante. Quiero que me aprobéis los presupuestos y todo lo
    que vaya saliendo». A lo que Felipe Gonzalez, vestido de cocinero, le contestaba
    «Marchando», desde la puerta de la cocina. Genial….. A la m. con los Borbones
    ladrones y la Injusticia española prevaricadora, títere de fascistas y corruptos.
    Si me pegan, me divorcio. Som República !!*!!

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