Como el río que muere en el desierto

Dentro de doscientos años, quizá, se hablará de un tiempo en el que el capitalismo más salvaje, con su expresión más tangible (el dinero) y la religión más alienante que jamás haya existido (el consumo) fue capaz de devorar la capacidad que se le supone a la especie humana de razonar.

En este contexto, cuartopoder, como los ríos que, al principio poderosos, mueren al cabo de decenas o cientos de kilómetros en el desierto, también ha sucumbido a esa alienación. Es difícil hoy sobrevivir sin dinero o sin arrimarse al poder del que lo tiene. Necesitamos demasiadas cosas para llegar a cada amanecer. En este sentido, los once años largos que cuartopoder ha resistido, es digno de admirar. Su desaparición, sin duda, es una pérdida importante; sobre todo porque se pierde un territorio (o espacio), informativamente hablando, que ofrecía otra visión distinta a la imagen oficial que el Poder nos transmite del mundo y de las cosas.

La desaparición de este medio supondrá para muchos un choque y una sensación de orfandad. Una orfandad más en este mundo de alienados a la que nos vemos sometidos los que creemos en que, a pesar de todo, existe la verdad; no absoluta, desde luego, pero sí “otra” verdad. Y cuartopoder.es era estandarte y referencia de esa otra verdad.

Pero, dicho esto, honor y gloria a los que mueren luchando. Esperemos que lleguen nuevos tiempos en el que el dios-dinero deje al menos algún resquicio para que los que piensan distinto puedan seguir viviendo y luchando para conquistar la felicidad de otra manera... Que llegue un tiempo para que medios como cuartopoder puedan vivir libres, seguir creando, y alimentar y alimentarse de un mundo más plural.