Los pasivos de AENA

Cristina Garrido *

El Gobierno ha impulsado la privatización de AENA, la sociedad que gestiona los aeropuertos españoles, justo en el momento en que los controladores, supuestamente sus trabajadores más cualificados, le han lanzado un nuevo pulso al Gobierno que ha acabado con la militarización del servicio tras declarar el estado de alarma. Abertis y Ferrovial, que se han mostrado dispuestas a participar en el proceso de apertura del capital de los aeropuertos a otros socios, deben estar valorando lo que puede suponer en el precio de compra la existencia de un ‘activo’ tan conflictivo últimamente como son los controladores. Primero, porque su nómina es muy elevada y, dada la competencia en el sector, la productividad debe ser bastante baja. Y, segundo, porque no se las gastan como los sindicatos de clase: ni negocian, ni siguen el statu quo (como la convocatoria de huelga) para llevar a cabo sus propuestas.

El Gobierno calcula que ingresará entre 8.000 y 9.000 millones de euros con la privatización del 49% de AENA. Pero, sin profundizar demasiado en las cifras, puede ser una cantidad difícil de alcanzar en estos momentos.

Sólo por tomar algunas referencias, Ferrovial pagó en 2006 alrededor de 15.000 millones de euros (deuda incluida) por BAA, la sociedad gestora de algunos de los principales aeropuertos británicos, que tiene una estructura de ingresos y gastos mucho más ajustada que la empresa española. Era un momento de burbuja económica y la empresa de la familia Del Pino se hizo con la compañía británica en una reñida puja en la que pagó una prima del 30% por hacerse con el control. Además, en ese momento, la mayor parte de las compras se hacían con deuda, es decir, se tiraba con la pólvora de los bancos. Pero el año pasado, Ferrovial se vio obligada por el responsable británico de competencia a desprenderse de uno de los aeropuertos londinenses de BAA, el de Gatwick. Obtuvo por él 1.500 millones de libras (1.644 millones de euros en ese momento), casi 150 millones menos que lo que había pagado por él, pero se daba con un canto en los dientes porque había encontrado un comprador en plena crisis que, a su vez, había encontrado financiación para la compra.

En el caso español hay quien sostiene que esa es la razón por la que los controladores se han puesto tan cerriles: todo lo que no se amarre antes de la privatización, va a ser difícil de mantener una vez la empresa se haya privatizado.

Según un estudio realizado por Fomento a principios de año, los costes de personal de AENA son de 788 millones de euros al año, frente a 297 millones en Francia, 271 millones en Alemania o 167 millones en Reino Unido.

(*) Cristina Garrido es periodista.