Democracia real y sistema político

3

Julián Sauquillo

Uno de los acampados en la Puerta del Sol coloca un cartel alusivo a los dos grandes partidos. / Víctor Lerena (Efe)

Me han sorprendido, especialmente, dos comentarios sobre el movimiento ¡Democracia real ya! (Movimiento 15-M), debidos a los contertulios radiofónicos. El primero se refiere a la inconveniencia de que los partidos políticos intenten capitalizar este movimiento  electoralmente, como si de un caladero de votos se tratara. Los tertulianos no han entendido nada y huelga la precaución porque este movimiento ya no se conmueve con las opciones políticas tradicionales. El segundo subraya la inconsecuencia de que alguno de sus líderes sea licenciado en derecho y prepare oposiciones a alguno de los cuerpos  del Estado y sea, a su vez, un “antisistema”. Aquí la preocupación debía ser de los ciudadanos hacia comentaristas que ven aquí más incoherencia que en las propias debilidades, insensateces y defectos de la clase política habitual. No se puede predicar que cabe ser un gran político en la vida pública y machista, racista, ruin y elitista en la vida privada  -porque la vida pública y la vida privada sean esferas separadas- y pedir que estos líderes alternativos sean como un reloj de cuco, de precisión suiza. Opositar hoy significa buscarse la vida malamente porque apenas “salen” plazas. Mientras que los sueldos muy destacados del político elegido democráticamente debieran satisfacerle plenamente y sustraerle de cualquier tentación espuria. Los políticos elegidos tienen también razones económicas para mantenerse dentro de la prudencia moral y del limitado gasto público en su actividad. Los activistas de ¡Democracia real ya! padecen, en cambio, unas condiciones laborales infames o están excluidos del trabajo sin que tampoco estén justificados para desafueros.

Este movimiento por la democracia real inmediata no busca ser representado. Michel Foucault señalaba que los intelectuales clásicos y los políticos convencionales habían errado al arrogarse la representación de los explotados. Había llegado el momento de  dejar que los afligidos de la tierra tomaran la palabra de una vez por todas. Le aconsejaba a un obrero de la Renault que hablara por sí mismo y se dejara de representaciones sindicales. El movimiento ¡Democracia real ya! ha creado, en este mismo sentido, espacios de participación y reivindicación pacíficas –aparte quedan los agitadores–, inexistentes en el ámbito de la empresa, y ha concentrado el descontento de muchos parados. Esta protesta está tan lejos del arco político de los partidos electorales como de intelectuales que deseen ponerse a la cabeza. Stéphene Hessel o el admirable José Luis San Pedro son una referencia coyuntural que superará un movimiento que no va a desaparecer después de las elecciones de ámbito nacional, ni mucho menos. Me gustaría pensar que la indignación de este movimiento es compatible exponencialmente con el ejercicio del voto. Insisto en que es plenamente compatible protestar en la calle –ganar el espacio público para la deliberación- y votar a los preferibles. Pero este movimiento percibió fracturas muy serias entre representación política y democracia, a pesar mío. Grietas que ahora va a costar mucho suturar. Es fácil diagnosticar que la protesta va a crecer cada vez más. Los gestos políticos de los representantes –bajarse el sueldo, reducir los coches oficiales, endurecer su jubilación mejorada, viajar en clase turista o cobrar menos dietas,…- llegan tarde y se dan muy limitadamente. Adoptarlos drásticamente no convertiría al parlamento en un lugar de pobres o de meros funcionarios –como se ha dicho por algún dirigente- sino en una institución más cercana y ejemplar para quienes no poseen sueldo alguno en casa.

Este movimiento en la calle es sumamente prometedor pero ha de ser precavido con el populismo. Por el momento, no ha incurrido en esta inmadura opción política. Pero, ¿qué pasará en el futuro? La historia es cíclica y la confianza en su progreso ilimitado se ha demostrado ingenua tanto en el plano tecnológico como en el moral. Cuando las sociedades se dividen estrepitosamente entre muy ricos y muy pobres, la atribulada clase media se esfuma y surgen horizontes de gran conflictividad y de guerras. Estas diferencias sociales agudas coinciden con el descrédito del parlamento como supuestamente inútil. Es el momento preciso en que surgen los “salvapatrias” que pueden ser indistintamente de derechas o de izquierdas. Aparecen para quedarse –como Hugo Chávez en Venezuela- y no se exponen a elecciones periódicas (acometen las reformas constitucionales necesarias para hacerse inamovibles). Cuando ¡Democracia real ya! se arroga representación (democrática) se inclina por la senda del populismo. Cuidado con esto. Por el momento, cuenta con el apoyo popular; la presencia masiva en nuestro país, aunque sea irregular; una organización espontánea y con algo muy atractivo también: carece de líderes prominentes. Es un movimiento de base, pacífico y esperanzador pues la sociedad estaba congelada ante los desafueros políticos. Me gustaría corroborar, en el futuro, que presiona sobre la mejora de las políticas públicas más que el juego algo estéril de gobierno y oposición. Valga que presione mucho socialmente, pero dudo que pueda sustituir al viejo sistema de partidos para atender a la agenda política. ¡Democracia real ya! tiene mucho futuro. Hemos de participar y estar observantes.

3 Comments
  1. rediagst@gmail.com says

    Me parece «muy oportunista» esta protest ahora en dias antes de las elecciones.dicen que no van con ningun partido, pero el «tufillo» de iquierdas está latente. a quien va a perjudicar ?
    Los que no iban a votar( los desengañados del PSOE, quieren imponer su criterio, para que no voten al PP, que segun las encuestas iban a ganar por mayoria.
    Exactamete igual al 11M (de momento sin muertos). De momento.
    a ver si pensamos friamente y no nos dejamos engañar. Eso es la democracia

  2. A.ORDOÑEZ says

    Esta repulsa social al caos político, económico y democrático, se va a seguir extendiendo por la Europa democrática, al igual que nacieron y se extendieron en los países donde las libertades están vetadas, es una nueva época que tendrá que cerrar un ciclo, devastado por la corrupción, la avaricia y el abuso desmedido del poder económico, y la ceguera de los políticos, ceguera y falta de liderazgo en todos países del mundo civilizado.
    A contrapie estamos todos, como salir de esta no lo sabe nadie, que no hay que hacer esta claro, no repetir recetas y castigar política y penalmente a los culpables.
    Que se cumplan análisis de hace dos años que decían algo así como, que se cerraba una etapa y que se abriría otra, sin los causantes y culpables de la anterior. Esto no ha sucedido los culpables siguen, los gobiernos los han salvado de la quema a costa del sacrificio colectivo, todos estamos mas endeudados y los jóvenes se quedan sin futuro durante dos o tres décadas, mientras que el grupo de poderosos han aumentado su poder.
    Los sindicatos y los políticos son culpables de no cerrar a tiempo las puertas a tanto desmán ni tomar medidas de protesta adecuadas a la gravedad de los hechos, ahora toca repensar sus actos y sumar y no resta a los que no quieren conformarse con la ruina que les han montado casi de por vida los auténticos causantes del caos, el sistema capitalista y sus aliados políticos-sociales.
    Los sindicatos europeos están celebrado un Congreso pocas miradas esperanzadoras se ven dirigidas hacia ellos en las concentraciones de protesta de jóvenes y menos jóvenes de estos días, esto es descorazonador, seria necesaria una reflexión en ese Congreso para cambiar esa realidad y liderar como históricamente a ocurrido, caso contrario la refundación político-sindical será también necesaria junto con la económica

  3. nick says

    No hay mayor populismo que en el PPSOE del choricero tandem fabra-Camps, al pesebrero Chaves, padre hijo-Bono padre hijo. y lo de UpyD ni te cuento, la Chavez-Correa del Euskadi, que lo mismo gobierna con el PNv que se pone al PP por montera.

Leave A Reply