Últimos DVD del tenor Juan Diego Flórez

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Carlos García Valdés

El tenor peruano Juan Diego Flórez, en una imagen de archivo. / juandiegoflorez.com
El tenor peruano Juan Diego Flórez, en una imagen de archivo. / juandiegoflorez.com

El gran tenor peruano Juan Diego Flórez (Lima, 1973) acaba de aparecer en tres recientes DVDs de distintas casas comerciales, grabación en directo de otras tantas funciones y recitales de ópera, de incuestionable interés y valor canoro. Me refiero, por orden de edición, a un Rigoletto de Virgin, unos Puritanos de la Decca y un concierto titulado Celebración, dirigido por Gustavo Dudamel, de la Deutsche Grammophon, todos del 2010 pero alguno dado a conocer al público español en el presente año.

Excusado es decir que el protagonista indiscutible de tales eventos se encuentra en magnífica forma y en producciones que son su especialidad, claramente en las obras de Bellini y Donizetti. También luce su prestancia en Verdi, aunque se ha dicho que no es su fuerte y que se cuentan como escasas las representaciones que nos ha ofrecido; de hecho, es de recordar que suspendió las funciones anunciadas de Rigoletto en el Real madrileño, en la temporada pasada, al no encontrarse, en su exigente criterio, en la condición adecuada para abordar el gran papel del Duca.

En mi opinión, Juan Diego Flórez es el primer tenor ligero del mundo. Al atreverse con papeles de lírico spinto, lejanos de su Rossini habitual, va acrecentando su registro y su competencia para alcanzar el merecido título que le he atribuido. Y además en un momento en que sus más destacados colegas contemporáneos, como Vargas, Cura, Alagna o Villazón, o no le llegan en prestaciones o no están centrados o no se encuentran en la forma deseada. Únicamente el tenor maltés, Joseph Calleja, sin tantos roles grabados, se le puede aproximar en intensidad vocal y firmeza de agudos. En cuanto al tenor alemán Jonas Kaufmann, es fácil convenir que se encuentra escalando con velocidad inusitada puestos hacia la cima del escalafón. Entre sus producciones más actuales, sus DVD -todos para la Decca- de Carmen (2008), Werther (2010) o Tosca (2011) son un lujo. Nuestro José Bros no les va a la zaga, pero ninguno es el astro peruano ni me causan idéntico placer el escucharles como el que me produce éste.

El Rigoletto que nos ofrece la casa Virgin es el de Dresde de dos años antes a su publicación. La orquesta es la Sächsische Staatskapelle, dirigida por Fabio Luisi. Flórez está más que ajustado en el Duca. Sobrado de presencia y de canto, la compañía de la soprano Diana Damrau es simplemente perfecta. El resto del reparto no les llega a su altura, incluido el esforzado Zeljko Lucic que afronta al desventurado bufón. Desenvuelto y arriesgado, la actuación de nuestro tenor es, desde luego, brillante pero tal vez se nota que no es su personaje preferido o, al menos, más adecuado a sus condiciones en el momento de la función, si bien entre las modernas no existe mejor representación del drama verdiano, por ello es difícil encontrar en el mercado otras versiones igual de valiosas, pues la de la Royal Opera House, con Marcelo Álvarez (BBC, 2000), en mi criterio, no se sostiene en la comparación.

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Si Rigoletto no es la cumbre de Juan Diego Flórez, I Puritani de Vincenzo Bellini, sin discusión, si lo es. El municipal de Bolonia prestó cobijo al magno acontecimiento bajo la batuta, su orquesta titular, de Michele Mariotti, un año antes de la edición del DVD por la Decca. Entre los colegas de reparto, la soprano georgiana Nino Machaidze compone una Elvira excelente que se va creciendo a medida que canta con el tenor peruano. De entre la totalidad del elenco también destaca Ildebrando D´Arcangelo que, como siempre, está correcto. Pero quien se lleva la palma es Juan Diego Flórez. Interpreta aquí la llamada versión de Nápoles o de María Malibrán, a la ilustre cantante dedicada, tratándose de una aportación completa y restituida en todas las intervenciones de Lord Arturo. Si la primera grabación de este acontecimiento para el disco compacto tuvo lugar en 1986 por Fonit Cetra (reimpresión en 2000), encontrándose actualmente por desgracia descatalogada, con una magnífica interpretación de Chris Merritt y otros buenos colegas como la Ricciarelli, Scandiuzzi y Luque Carmona, la que ahora comento es superlativa. La prestancia, el sentimiento, la nobleza, la elegancia y el empaque en la representación de referencia que Flórez confiere a Arturo son, en el momento operístico actual, insustituibles y la valentía de su interpretación única. Otras grabaciones recientes, siempre escasas, de esta ópera definitivamente crepuscular del maestro de Catania, como las contenidas en los DVD del Liceo barcelonés (TDK, 2005) o del Metropolitan neoyorquino (Deutsche Grammophon, 2007) no le alcanzan en modo alguno, pues ni el Bros de hace años, pues la función tuvo lugar en 2001, ni Eric Cutler son, desde luego, Flórez. Éste está insuperable en uno de los registros de tenor más complicados y difíciles de la ópera, con una exigencia vocal verdaderamente excepcional, superada con creces por este cantante inigualable. En verdad pareciera que se mete en la piel de Arturo con una facilidad y un conocimiento imposible de darse hoy en tenor alguno.

El tercer registro del que quiero hablar es el concierto con la filarmónica de Los Ángeles en el Walt Disney Concert Hall, dirigido por el joven maestro argentino y actual revelación del podio Gustavo Dudamel, en la segunda sesión inaugural como su titular. Si la gala se dedicó fundamentalmente al bel canto, simbolizado en la música de Rossini y a reconocidas composiciones latinoamericanas, la intervención más magistral de todas de cuantas auténticamente excelentes llevó a cabo en esta ocasión Juan Diego Florez, recogida en un plus del documento sonoro, es su interpretación del Ah! Mes amis… de La fille du régiment de Gaetano Donizetti. Los nueve do de pecho de la composición, limpiamente alcanzados, hicieron explotar al público y conmocionan siempre a quienes los escuchan. No es la primera vez que esto acontece, ciertamente, pero sí la posterior de las ediciones en vivo de las que tengo noticia. En efecto, existen dos DVD previos de las representaciones del Carlo Felice de Génova (Decca, 2006) y en la Royal Opera House (Virgin, 2008), con Patrizia Ciofi y Natalie Dessay, respectivamente, que nos daban clara idea de la potencia creadora que imprime a Tonio, especialmente el primero de los citados donde, además, Flórez se permite un bis lejos del alcance de otros e inapelable en todos los sentidos.

No cabe duda que Juan Diego Flórez es un privilegiado. No únicamente por su lugar preeminente en las salas de todo el mundo, con años por delante de contratos firmados, sino por sus grabaciones en la técnica del CD y en los DVD. En el momento presente, si se recorren los estantes de los departamentos de música clásica de las tiendas más especializadas o de algunas de las grandes superficies, lo que se encuentra son reediciones de versiones tradicionales. Casi nadie se aventura hoy, cuando algunos conocidos y prestigiosos sellos cierran o se refunden con otros para afrontar mejor la crisis, a dar a conocer voces nuevas que además han de ser excepcionalmente relevantes o poseer esa chispa mágica y especial que solo tienen los verdaderamente grandes y que no parecen existir ahora en número respetable. Por eso Flórez se encuentra entre los pocos tenores actuales que acceden al estudio de grabación o al directo con garantías comerciales y para deleite del público. Que lo siga haciendo tan magistralmente y nosotros podamos seguir escuchándole es la garantía de la continuidad de la ópera.

2 Comments
  1. Luis Caballero says

    Una precisión mayúscula: Gustavo Dudamel no es argentino, es venezolano.

  2. moises says

    Es realmente emocionante leer los comentarios alagadores de un especial sobre la calidad de nuestro compatrita. Que felicidad que seas peruano Juan Diego Flores.

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