Por el plató de La Noria, uno de los programas más repugnantes de Telecinco (que es tanto como decir de toda la televisión española), ha pasado lo peor de cada familia. Es decir, delincuentes, chuloputas, folclóricas, tertulianos, constructores, famosetes, periodistas, narcotraficantes, políticos…En esos pestilentes estudios han recibido con los brazos abiertos a personajes de todos los pelajes, desde Pedro Ruiz a José Blanco, pasando por Mayte Zaldivar, Tomás Gómez, Pipi Estrada, José Montilla, Kiko Matamoros, Trinidad Jiménez, Bertín Osborne, Miguel Ángel Revilla, Nuria Bermúdez… Un cartel de lujo en el que no podía faltar José Bono. La Noria ya había contado con su presencia, pero en una entrevista grabada en su despacho del Congreso. Completamente seguro de la docilidad de los entrevistadores, convencido de que el partido estaba amañado y el baño de masas garantizado, el político aceptó visitar personalmente ese tugurio audiovisual y aposentar su culo castellanomanchego en el mismo posadero que Belén Esteban, por ponerle un ejemplo.
Pocas cosas resultan tan espeluznantes como el mestizaje entre política y telebasura. Quizá el imaginario cruce contra natura entre rata de alcantarilla y sanguijuela acuática… Le recuerdo que los españoles tenemos un mal concepto de los políticos, a los que consideramos, según una encuesta del CIS, el tercer problema más importante del país. Y que la telebasura es eso, telebasura, lo peor de la televisión, la morralla, la degradación absoluta del ser humano. Así las cosas, ¿Qué puede llevar a un político a formar parte de la telebasura? Muy sencillo: como en el chiste del escorpión, lo lleva en su naturaleza...
[youtube width="608" height="344"]http://www.youtube.com/watch?v=-FMMnQV1Z6c&feature=player_embedded[/youtube]
Engolado, vanidoso, rancio, superficial, cínico, anecdótico, demagógico… José Bono representa lo peor de la política. Esa que se aferra a los cargos con uñas y dientes, que huele a revenido, que mata por acaparar titulares y portadas. José Bono acudió a Telecinco, la cadena basura, para interpretar el papel de José Bono, cosa que hizo con la habilidad que le caracteriza, para regocijo de un público acartonado y unos periodistas de saldo. Entre concursos telefónicos trampa (a 1,95 euros llamada), campañas solidarias de colchones Pikolin, y entrevistas a la ex mujer de Correa, se movió con soltura nuestro presidente del Congreso de los Diputados, “uno de los políticos con mejor imagen de este país, con un gran carisma” según Jordi González (presentador del bodrio).
Bono habló de obispos, de partidos, de aspiraciones, de decepciones, de corrupción, de patrimonio, de la reducción de jornada de los parlamentarios, de Intereconomía, otra vez de Intereconomía, y una vez más de Intereconomía. José Bono y Jordi González despellejaron a esta cadena y a sus protagonistas, y lo hicieron sin cortarse ni un pelo. “Este calvo que habla el último, que no quiero ensuciarme con su nombre…”, dijo refiriéndose a Carlos Dávila un Bono que lucía enorme mata de pelo. Tanto, que una maquilladora tuvo que surgir de bambalinas para adecentarle esa frente fértil de la que surge el Amazonas.
“Las avispas nunca van a los peores frutos, y no es que quiera ser vanidoso”, dijo tras escuchar cómo la redacción de La Noria desmontaba las nueve querellas a las que se ha enfrentado últimamente. “Ha habido una campaña para quitarme la ilusión por vivir. Mi familia y yo fuimos víctimas de una caza de brujas”, dijo un Bono melodramático que recordó el llanto de sus hijos: “Mire, mi hija pequeña, de diez añitos, me dijo "Papá, ¿tú sufres mucho?"”. Después repitió el chascarrillo de las avispas y los frutos, imagino que también sin ánimo de resultar vanidoso. “Cuando hay tantos españoles que mañana no tienen para dar de comer a sus hijos, nosotros no podemos subirnos los sueldos” sentenció, utilizando un tono que recordaba al mejor Dickens.
[youtube width="608" height="344"]http://www.youtube.com/watch?v=DFD8C6MX0HQ&feature=player_embedded[/youtube]
“Señor Bono, veo que está disfrutando”, dijo la co-presentadora durante el acto promocional. Y digo acto promocional porque hablar de entrevista sería una aberración. Telecinco cedió a José Bono su prime time para que realizase un monólogo teatral, destinado a blanquear una imagen deteriorada por la soberbia y la vanidad. Políticos y telebasura unidos para crear opinión. Es difícil imaginar una televisión más repugnante…
Pues si Albeniz, ya que mencionas a Dickens, tiempos difíciles es lo que nos toca vivir. Con gente como esta lo tenemos jodido… Salud y buena semana.
Hubiera hecho buena pareja con la Cospedal en la procesión del Corpus.
Seré curioso: ¿El nº de móvil al final de… lo que quiera que sea eso que aparece debajo del nick de KIKEgladietor es para aclarar en persona qué ha querido decir? Poeque no he sido capaz de pasar de la mitad… ;-P
Juer, Seli, lo que está claro es que el amigo KIKEgladietor no se pierde un sólo programa de JJ Vázquez, Jordi Glez. y Cía, porque está superinformado de toda la caterva de vagos que pululan por allí. Por lo demás, a mí también más de la mitad me parece indescifrable…. no sé, será porque somos de Ciencias. Saludos.
Has hecho un retrato de Bono de lo más completo. No puede ocultar su vanidad, aunque lo intente, y es que tantos años entre despachos de lujo y coches oficiales dejan huella, se vive en otra realidad, tantos acólitos dorándote la píldora para medrar, tanta recepción oficial con discursos huecos, y sus años como ministro de defensa entre generales y agasajos varios, en fin, que o se es una gran persona, inmune a estos contaminantes -que este señor no lo es-, o se acaba así, pagadísimo de sí mismo.
verguenza ajena me generan este tipo de programas
Me encanta su estilo, una buena crítica consiste en enumeraciones de insultos y comparaciones odiosas. Sí señor!
Pues yo en cambio no le soporto, me parece con diferencia el político más cínico de todo el arco parlamentario. Su única virtud es la capacidad de ahorro que tiene ha conseguido con su sueldo de político que le hemos pagado estos años en los mismos años que Chavez en Andalucia un patrimonio 10 veces superior.