Por la educación

Van a cerrar el colegio de mi pueblo. En Castilla La Mancha el Partido Popular ha iniciado una campaña de descrédito de la escuela rural. Se atreven a decir que “ha mostrado ampliamente que forman parte de un modelo ineficaz y fracasado”, y que pone a los chicos en “inferioridad de condiciones frente a los jóvenes de ciudades y pueblos más grandes”. Mentiras que utilizan como excusa para anunciar la clausura de los centros con menos de diez alumnos. La única verdad es que quieren recortar en educación para tapar los agujeros de su nefasta gestión. La educación es, con la sanidad, uno de los aspectos del bienestar social que menos interesa a la derecha: pueden llevar a sus hijos a colegios y a hospitales privados.

El impacto social que supondrá el cierre de los colegios rurales será terrible: sin trabajo y sin escuelas, con niños pequeños (tres a once años)  condenados a madrugar y a hacer cada día kilómetros en autobús, las familias jóvenes abandonarán los pueblos. La despoblación será la puntilla definitiva para el campo español. No hay futuro.

¿Le importan a alguien los niños, su calidad de vida, su educación, su futuro? A algunos políticos no, desde luego: la figura del Defensor del Menor deja de existir en la Comunidad de Madrid después de 16 años. Así lo ha decidido el gobierno autonómico de Esperanza Aguirre, sin duda como parte de los recortes necesarios para reducir un déficit del 1,5%. Perdón, perdón, que la noticia es del pasado viernes por la mañana, y esa misma tarde nos enteramos de que el gobierno de Aguirre ha duplicado el déficit previsto para 2011. ¡Qué mala pata! Como los recortes se centran en educación y sanidad, habrá que cerrar más centros de menores o subir la ratio de los colegios rurales.

Los cinco sindicatos de la enseñanza en España han convocado para hoy una huelga en protesta por los recortes efectuados por el gobierno del Partido Popular y en defensa de la educación pública. No se me ocurre un motivo más importante para hacer una huelga.