Zozobras de un padre al comienzo del curso

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Isaac Rosa *

No me parece mal que los toros vuelvan a TVE en horario infantil. Es más: deberían echar las corridas directamente en Clan, entre Peppa Pig y Dora la Exploradora. Más que nada porque así más de un niño descubrirá una vocación, la de torero, que puede acabar siendo una profesión con futuro en un mercado laboral arrasado como el nuestro, y en un sector, el taurino, que recibe generosas subvenciones públicas en tiempo de recortes.

O eso, o los apuntamos a extraescolares por la tarde para que aprendan alemán, esos cursos de alemán básico que Esperanza Aguirre ofrecerá a los parados para que sepan pedir trabajo al llegar a Berlín, y que ya podía hacer extensibles a los escolares. Eso sí: alemán “básico”, lo justo para las cuatro frases que necesitarán en los empleos basura que les esperan allí.

Disculpen mi humor, pero soy padre con hijas en colegio público, y el lunes comenzamos el nuevo curso. Y por más que lo intento, no consigo quitarme de encima la sensación fúnebre de cordero camino del matadero, peor además desde el momento en que no soy yo sino mis hijas las que siguen ese camino.

Imagino que son muchos los padres que estos días comparten esa zozobra: la de pensar qué va a ser de nuestros hijos en un sistema educativo en proceso de desguace. Sólo este año, la ausencia de miles de interinos, las peores condiciones del profesorado (con más horas, menos sueldo y menos medios), la falta de los recursos más elementales, el aumento de tasas y la desaparición de becas, que se suman a los recortes que ya se hicieron el curso anterior, suponen un duro golpe a un sistema educativo que no estaba precisamente sobrado.

Sí, es cierto que a muchos nos tranquiliza conocer profesores que se dejan la piel y más, y que con su entrega compensan algunas de esas carencias. Pero yo no quiero profesores superhéroes, sino un sistema suficiente que no deje la educación de tus hijos a la suerte de encontrar un profesor heroico.

Digámoslo claro, con todas las letras: se están cargando la educación pública. Y esto no tiene que ver con la crisis, sino con un proyecto ideológico. El daño puede ser enorme, irreversible si no somos capaces de frenarlo pronto, porque aceleraría una espiral de deterioro que forma parte de sus intenciones: cuanto peor esté la educación pública, más padres huirán a una privada concertada que, aunque también afectada por la crisis, conserva sus privilegios; y cuantos más abandonen la pública, menos recursos habrá para esta.

Por eso a mí me cuesta escribir sobre los recortes en educación: porque no quiero contribuir a ese efecto huida, no quiero convertirme en propagador del mensaje que interesa a nuestros gobernantes, el mensaje que estos días recibimos todos los padres con hijos en centros públicos: “arranca el curso más conflictivo”, “la educación, herida de muerte por los recortes”, “los expertos vaticinan un aumento del fracaso escolar”, “el desmantelamiento de la enseñanza pública”, “la vuelta al cole más caliente”. Esos son los titulares que estos días leemos y escuchamos los padres pocas horas antes de dejar a nuestros queridos hijos en la puerta del colegio. Mensaje recibido.

Y es que estos días abundan los mensajes a los ciudadanos. A los jóvenes: lárgate de España, aquí no hay futuro (a lo que contribuyen los formatos televisivos Españoles en el mundo, esos compatriotas tan felices en otros países). A los pacientes: hazte un seguro médico privado, que la sanidad pública va a retroceder décadas con los recortes. A los trabajadores: no esperes encontrar una pensión cuando te jubiles, yo que tú me haría un plan privado (como si estos planes no hubiesen salido más que tocados con la crisis). Y, como decía, a los padres: llévate a tus hijos al concertado del barrio, que la pública se va a pique.

Nos enfrentamos al reto de concienciar a los ciudadanos sin espantarlos, sin contribuir a ese efecto huida. Informar del desguace del Estado de Bienestar sin llevarnos a un estado de pánico y resignación que nada ayuda a resistir. Convencernos de que es ahora el momento de apretar, de defender lo público con coherencia, porque más tarde ya será irreversible. Y porque si no asumimos nuestra responsabilidad en defender esas conquistas sociales que han costado décadas de lucha y sufrimiento, estaremos condenando a nuestros hijos a elegir entre ser toreros o irse a Alemania.

(*) Isaac Rosa es escritor y columnista.
22 Comments
  1. accionesmareaverde says

    ¡Gracias por tu artículo en defensa de la Enseñanza Pública! Entre todos los que la defendemos tenemos que dejar claro que, a pesar de los recortes, la Enseñanza Pública es la mejor opción. Por eso quieren acabar con ella. Lucharemos, resistiremos y lo conseguiremos. Junt@s podemos

  2. accionesmareaverde says

    Hemos hecho una entrada con tu artículo en nuestro blog http://mareaverdemadrid.blogspot.com.es/2012/09/zozobras-de-un-padre-al-comienzo-del.html ¡Gracias de nuevo!

  3. quique says

    Gracias Isaac por dar en el clavo. El mayor riesgo que corremos es caer en el pánico. Ahora toca pelear por lo que es nuestro.

  4. Juan says

    ? Y Vd. Que ha hecho en la vida para cambiar esto?

  5. CruzDiez says

    Esta vez más que nunca, gracias.

  6. Celia says

    Gracias por el artículo, comparto las ideas una por una. Soy profesora y así lo vivo desde dentro.

  7. Chuso says

    Gracias Isaac: cuenta conmigo!

  8. Falacia ad ominen says

    Juan, como mi nick indica, lo tuyo solo es una una mentira, una distracción que en nada refuta lo que dice Isaac. A trollear a la «Sin Razón» con el monaguillo.

  9. mayo says

    Bravo, como siempre, Isaac. Así es. Ahora solo tenemos que cambiarlo.

  10. Madrasa says

    Hace años de ese efecto huida pero debido a la xenofobia y al clasismo. Desgraciadamente, muchos docentes de la pública han contribuido a esa «deserción» y son como una tercera columna que mina la confianza de la sociedad en su escuela pública. ¿Estamos a tiempo de ganarlos para su propia causa, es decir, para prestigiar su propio puesto de trabajo?

  11. Leonora says

    Soy docente desde hace 16 años,así que conozco este mundo educativo. Sabemos los profesores los problemas que hay y vamos a enseñar con todas nuestras fuerzas para nuestra gran finalidad: conseguir que desarrollen un espíritu crítico con los conocimientos que les intentamos transmitir.Nos quitan dinero, nos quitan derechos,nos roban lo necesario de un Estado basado en las tres palabras «Libertad», «Igualdad»,»Fraternidad», aquí seguimos, digan lo que digan todos los trolls de esta especulación que estafa a tantas familias.Aquí estamos los profesores de la pública, que la vamos a defender. Gracias por este artículo,así es y quien no quiera verlo o es ciego o se lo hace o las dos cosas a la vez.

  12. gb says

    Hay gente que no se resigna.
    Difundid y colaborad como buenamente podáis.
    textosmareaverde.blogspot.com.es

  13. nbp76 says

    Sólo un detalle, la enseñanza pública (aún) tiene mejores condiciones y calidad que la privada o privada-concertada. No sólo en cuanto a recursos, sino también en cuanto en cuanto al personal docente. Esperemos que este camino de igualar por abajo no acabe denostando lo que tanto esfuerzo costó conseguir.

  14. NS says

    Soy maestra de Primaria, al igual que gb pienso que no todos nos resignamos.
    http://www.interzonesdocent.blogspot.com

    Necesitamos a todos los padres,madres, abuelas, tios, etc, en esta lucha a ver si entre unos y otros acabamos movilizando a los que han perdido la fe. ¡Ánimo!

  15. Marlon Molina says

    La educación empieza en casa, sigue en casa y se apuntala en el cole. Estoy tan preocupado como cualquier padre, y ahora también me ocupo. No espero que lo haga el gobierno por mí.

    Comparto que tenemos que unirnos, pero no a protestar, eso lo hemos hecho desde siempre en España, sino a proponer.

  16. Mi familia antes que mi patria says

    Creo que tienes razon… En parte. Me explico, en mi Andalucia natal, tras dos años de durisimo paro, dos años viendo a mi esposa adelgazar porque cocina lo justo. Dos años negando una a una todas las excursiones del colegio porque no nos lo podiamos permitir (otros padres tampoco pero aqui todos a aparentar…). Dos años sin vacaciones, dos años oyendo a la pediatra decir que nuestros hijos no se estan alimentando bien y hasta en la peluqueria observaron que a nuestra hija de 5 años se le caia el pelo.
    Dos años de manifestaciones, dos años acudiendo a asambleas, animando a los cercanos a votar por un cambio en la democracia. Dos años oyendo hablar….
    Dos años al fin, en los que me he gastado todos nuestros ahorros en viajar a entrevistas de trabajo por todo el pais… Sin exito.
    Un dia decidimos que nuestros hijos estan por encima de nuestro pais y emigramos. Fue hace tres meses y ahora descubrimos con tristeza porque los «españoles por el mundo» nunca quieren regresar. Calidad de vida, servicios basicos accesibles, trabajos bien pagados.
    Me resulta triste admitirlo pero yo no vuelvo. Mis hijos se merecen un futuro mejor y yo estoy harto de llorar por las noches.

  17. Wamba says

    No puedo estar más de acuerdo contigo en que hay un proyecto ideológico para cargarse la escuela pública. Y además descarado: sólo este otoño nos esperan más jornadas de huelga y concentraciones manipuladas que en los 10 años anteriores. Ante eso, y aunque sea doloroso, mejor buscarse un colegio privado o concertado. Allí también tendrán recortes, pero al menos no tienen huegas, y esa es la mejor defensa de la enseñanza.

  18. incognito says

    sin ofender ni despreciar, es una propuesta. siento que todo estara de alguna manera bien…, fuerza y mucho amor. http://youtu.be/-1Y9OqSJKCc

  19. somos de la pública y estamos orgullosos says

    El «Sr. Wert lo tiene claro, efectivamente es una lucha ideológica y sabe que tiene poco tiempo, así que raudo y veloz está decidido a acabar con la filosofía de la educación pública. Pero los padres y profesores que optamos por una educación pública, somos capaces de suplir sus recortes con ingenio, creatividad, inteligencia y educación. Educación en valores (que también transmitimos en casa, no delegamos nuestra responsabilidad al centro escolar), la defensa de los derechos, la riqueza de la diversidad, la ignorancia de los radicalismo (como la religión)… Así que debemos sentirnos orgullosos, cada día de huelga no es la pérdida de contenido académico, es un clase de defensa civíca.

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