Inteligencia, sentido de Estado y coraje

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Julián Ariza *

La muerte de Santiago Carrillo ha sido una de las más destacadas noticias de estos días. Las largas colas en la calle que para darle un adiós postrero se renovaban constantemente durante las once horas que su cadáver estuvo expuesto al homenaje popular, evidencian que en una etapa como la actual, donde se ha fomentado el desprestigio de la política y de los partidos, Carrillo se había ganado el respeto y la admiración de amplios sectores de la población, reconociéndole como una de las figuras más emblemáticas de la política en el Siglo XX.

Los muchos artículos y comentarios sobre su trayectoria han destacado, sobre todo, su decisiva aportación a la transición de la dictadura a la democracia. Poco cabe añadir. Lo que sí merece la pena comentar es que, en unos casos por ignorancia pero en otros por el deliberado propósito de sectores del PP y de la ultraderecha de cuestionar la Transición, por considerar que muchos de sus frutos respondían a postulados y aspiraciones de la izquierda, nos encontramos hoy con que, efectivamente, se están desmontando derechos y conquistas que entonces comenzaron a construirse.

Poner en solfa la Transición haciendo caso omiso de su contexto y de la relación de fuerzas existente, olvidando que para que resultara pacífica y, como recoge la Constitución, sirviera para construir un Estado democrático, social y de derecho, es despreciar a los muchos miles de españoles que se dejaron la piel para acabar con la dictadura franquista. Es en aquel proceso difícil y complejo donde brilló la figura de Carrillo y su partido.

Conviene destacar que, muchos años antes de la Transición, Carrillo ya había demostrado no sólo inteligencia y sentido de Estado, sino coraje. Por poner algún ejemplo, había que combinar esas tres cualidades para plantear nada menos que en la mitad de los años 50 la política de Reconciliación Nacional, en un marco donde permanecían en las cárceles muchos miles de presos políticos y donde la brutal represión del franquismo se cebaba en los comunistas. Pero por duro que resultase asumirlo, Carrillo optó por hacer una propuesta que pudiera servir para facilitar la conquista de las libertades, en la conciencia de que el franquismo era también una lacra para al menos una parte de los que se colocaron del lado de los vencedores en la Guerra Civil. Tardó años en plasmarse en realidad, pero la propuesta de reconciliación quedó reflejada precisamente en la Transición.

Vio también el potencial de las incipientes Comisiones Obreras que, de forma más o menos espontánea y efímera, comenzaron a surgir a mediados de los años 50. Él y su partido se volcaron en su apoyo y extensión. Hoy Comisiones Obreras es el primer sindicato del país tras haber sido el principal movimiento social en la lucha contra la Dictadura.

También mostró valentía a la hora de enfrentarse con el poderoso Partido Comunista de la Unión Soviética a cuenta de la invasión de Checoslovaquia por los tanques del Pacto de Varsovia, allá por 1968, para abortar la que se conoció como Primavera de Praga. El PCUS descarrilaba y reforzó la idea de Santiago de proponer una vía pacífica, plural y democrática para el paso del capitalismo al socialismo. Se llamó eurocomunismo.

Todo su recorrido político y vital estuvo jalonado de incomprensiones, tensiones y varias renuncias en pro de un bien superior. Le supuso costes políticos y personales. Pero sólo desde la mezquindad, el sectarismo o la miopía política puede negarse la aportación de Santiago Carrillo a la conquista  y consolidación de las libertades democráticas, a la modernización y avances que gracias a ellas se han dado en nuestro país, y a la creación de un marco de convivencia entre todos nosotros, poco frecuente en los dos últimos siglos de la historia de España.

(*) Julián Ariza (Madrid, 1934). Histórico dirigente de CCOO, sindicato del que fue cofundador. Amigo de Santiago Carrillo, le acompañó en todas sus vicisitudes políticas. En 2007 recibió del Gobierno francés la medalla de Caballero de la Legión de Honor. En la actualidad es asesor del Consejo Económico y Social.
1 Comment
  1. Ernando says

    Meu caro Nepf4,Acredito plenamente nesse novo moldeo de marketing digital participativo, formador de redes, mas percebo que ve1rias empresas ainda team medo de acreditar no f3bvio. A ideia de descer de seus pedestais e conversar com os consumidores ainda assusta ve1rias organizae7f5es, que team pavor de ouvir credticas que sabem que ouvire3o -, mas preferem fazer ouvido de mercador.Quando vejo que je1 he1 empresas 2.0 de verdade, como a Nokia, tentando estabelecer uma nova forma de conversa o famoso engajamento me animo para continuar a desenvolver o trabalho mudar a mentalidade daqueles que ainda acham que podere3o manipular seus consumidores, criando e determinando o que eles, consumidores, precisam.Se todos este3o preparados para esse momento, ne3o posso afirmar. Mas essa lateancia citada por vocea no post e9 a constatae7e3o de que ne3o de1 mais para manipular. A chave do negf3cio e9 descer do trono e ouvir que gosta e quer ajudar na produe7e3o de melhores produtos e solue7f5es. E o melhor e9 saber que quem quer ajudar nem vai te cobrar por isso.

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