Una Cataluña independiente nacería como un Estado económicamente fallido

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Donato Fernández *

La otrora región motor de la economía española y avanzadilla de su vanguardia política y social, es hoy y desde hace años, una región quebrada económicamente, en profunda recesión, asfixiada por su deuda y desorientada políticamente. En este caldo de cultivo, en una España agobiada por la crisis económica, el gobierno catalán de Convergència y Unió (CiU), entre otros nacionalistas, reivindica un Estado independiente. ¿Independiente de quien, solo de España? No solo de España, también lo seria de la UE que tendría que abandonar, así como la Eurozona, es decir, el euro.

De acuerdo con el tratado comunitario en vigor, el de Lisboa, no es posible la independencia de ninguna región de un Estado miembro sin hacerlo también de la UE (Art. 50 del TUE). La independencia de cualquiera de las regiones de un Estado miembro de la Unión, automáticamente implica su exclusión de la misma pasando a tener la consideración de país tercero; para a acceder a miembro de la misma, Cataluña vendría obligada a solicitar su ingreso y para ser admitida se requiere la unanimidad de los socios, opción que ni tan siquiera se plantearía ya que Cataluña no sería reconocida por ningún Estado de la Unión a corto y medio plazo: con toda seguridad el Consejo Europeo adoptaría un decisión al respecto. Todo esto debe quedar claro y los políticos catalanes que impulsan alegremente el independentismo no debieran –como hacen– ocultarlo a los ciudadanos.

Es obvio que el nacionalismo catalán, representado básicamente por CiU, aunque no solo, desea la independencia de Cataluña siempre que pueda mantenerse en la UE. Pero como esto no es posible, su futura propuesta, con toda probabilidad, será bastante similar a la planteada por el gobierno Ibarretxe del Partido Nacionalista Vasco (PNV) en su proyecto de Estatuto de 2005: una Comunidad libremente asociada al Estado Español –eufemismo de Estado asociado–, pero con derecho a decidir libremente su organización y relaciones públicas. Como se recordará, dicho proyecto, por abrumadora mayoría, ni siquiera fue admitido a trámite por el Congreso. El futuro gobierno catalán, con alta probabilidad, no planteará abiertamente la independencia sino que se inventará cualquier otra fórmula que, salvando la cara ante sus electores, le permita obtener más recursos del Estado.

Si Cataluña hoy se convirtiese en Estado independiente, nacería como un Estado quebrado debido, entre otras razones, a su elevado endeudamiento. Sería automáticamente excluido de la financiación internacional y sin posibilidades de ser rescatado. Con el bono catalán ya calificado de bono basura, a Cataluña no le quedan más alternativas que la de acudir al Estado y los muy caros bonos patrióticos. Por ello ha sido la tercera comunidad que ha solicitado financiación del recién creado Fondo de Liquidez Autonómico, junto con otras en similar situación: Andalucía, Castilla-La Mancha, Murcia y Valencia, aunque la lista puede ampliarse.

Cuando se entra en las tripas de la información estadística sobre Cataluña, el panorama es desolador: la mayor parte de sus macromagnitudes presentan los peores resultados entre todas las comunidades autónomas. Una ligera muestra la ilustra la tabla que se adjunta. Cataluña, con 7.539,6 miles de habitantes (un millón menos que Andalucía y uno más que la Comunidad de Madrid) y con un PIB de unos 200 mil millones de euros (el 18,7% del español, el mayor de las comunidades autónomas), es la segunda comunidad en número de parados (solo superada por Andalucía) y, con mucho, la más endeudada. La deuda de Cataluña, que supera los 43 mil millones de euros, no admite comparación posible con ninguna otra comunidad autonómica: es algo menor a la que conjuntamente suman las de Madrid, El País Vasco y Valencia. Por añadir otro dato que no figura en dicha tabla: del endeudamiento total de las empresas públicas autonómicas, que ascendía a 12.358 millones de euros en junio de 2012, a Cataluña le correspondían 6.365, o sea el 51,5%.

Gráfico: Elaboración propia con datos del INE, el Ministerio de Hacienda y el Banco de España.

Así pues, actualmente Cataluña está asfixiada por su deuda. Como Estado independiente, nacería con una deuda total de al menos 575.478 millones de euros, lo que equivale al 287,3% de su actual PIB. El endeudamiento público catalán se situaría en 186.197,6 millones de euros (a los 43.954 propios habría que añadir los 142.243,6 que le corresponderían del endeudamiento de la administración pública española, aplicando como coeficiente su participación en el PIB español). Y su deuda privada, aplicando dicho coeficiente, se situaría en 389.280,4 millones (226.405,8 de empresas no financieras y 162.874,6 de las familias). Es decir, cada catalán heredaría con su independencia una deuda de 76.327,4 euros por persona.

Además de los costes que comporta crear un Estado, muy difíciles de estimar pero que en cualquier son muy elevados, Cataluña se vería obligada a tener moneda propia, una moneda que estaría muy depreciada y sin ninguna credibilidad internacional mientras que su deuda continuaría denominada en euros. También dejaría de tener libre circulación de bienes, servicios, personas y capitales con la UE, lo que añadiría más problemas a su ya precaria situación económica. Téngase presente que, actualmente, el comercio de bienes de Cataluña con la UE se sitúa en torno al 80% (un 50% con el resto de España y 30% con el resto de la UE) y en servicios y capitales la UE es prácticamente su único mercado. Los capitales huirían en masa de Cataluña hacia lugares más seguros y las sucursales de las principales empresas catalanas en el resto de España (que es donde se genera la mayor parte de su negocio), pasarían a tener la consideración de empresas radicadas en un tercer país (se les aplicaría la legislación española y es donde tributarían). A todo esto hay que añadir los repartos que habría que hacer de otros intereses de España en Cataluña y naturalmente de Cataluña en el resto de España, que serían muy negativos para ambas partes. En fin, según estimaciones de Mikel Buesa, el actual PIB catalán se vería reducido en torno al 25%, con lo que la renta per cápita se situaría en unos 20.000 euros, algo mayor que la de Grecia y Portugal cuya situación económica sería muy admirada por los catalanes.

Todo lo anterior es solo una aproximación a las previsibles consecuencias económicas que se derivarían de la esquizofrenia política de CiU y demás nacionalistas –entre ellos algunos socialistas– con su pulso al Estado. ¿Cómo es posible que el gobierno de una región económicamente quebrada, que ha solicitado su rescate al Estado -a su vez también intervenido-, en una huida sin rumbo, se plantee la independencia?

(*) Donato Fernández es catedrático de Economía Aplicada en la Universidad Autónoma de Madrid y especialista en economía e historia de la Unión Europea y en economía española.
11 Comments
  1. Ramón says

    Es decepcionante comprobar cómo Cuarto Poder insiste en publicar los argumentos del nacionalismo español más reaccionario. ¿CiU, ERC o ICV no tienen voz en este medio?

  2. Punt says

    Ciu es nacionalismo español del más reaccionario que hay.

  3. Juan Carlos says

    D. Ramón,
    En primer lugar, este es un periódico de blogs, donde participan un número reducido de periodistas, por lo que debería entender que el volumen de opinión sea reducido.
    En segundo lugar, no creo que el artículo se pueda categorizar como «nacionalismo español reaccionario», pues solo pone sobre la mesa lo caro que le saldría a Cataluña separarse de España. Estas cuentas, no las verá ni en los discursos de CIU ni en la presa afín a ERC. Es bueno leer otras opiniones, da perspectiva.

    ¡Saludos!

  4. Jorge says

    No es nacionalismo español, es la realidad. Lo realmente decepcionante es ver como mucha gente de “izquierdas” le sigue la corriente a un nacionalismo cuyo argumento principal para la independencia se basa, eso sí, con mucho eufemismo, en no querer que se vayan al sustento de comunidades más pobres. Las cuales además son vagas y rechazan trabajar, me suena…

  5. Trinidad puerto Pascual-o7581643S says

    No me extraña que Cataluña quiera salir. Se están imponiendo los rasgos históricos de la intransigencia , del desprecio del pueblo, de la manipulación, de la imposici,on dictatirial, del impedir hablar. Espero reaccionemos. Habrá más causas.Yo percibo esto

  6. Dante says

    Cualquier opinión, aunque esté sustentada con datos, que no aplaude los sentimientos nacionalistas, para éstos es «nacionalismo español». Así es imposible debatir.
    A mi me parece que lo más terrible de la situación catalana es que, en caso de que se llegara a la independencia, ya fuera dentro o fuera de la UE, es que estaría gobernada por políticos como Mas y por una coalición corrupta.

  7. Toni - Asamblea Torrent 15M says

    Aún si esto fuera cierto, cualquier pueblo tiene derecho a decidir entre la miseria y la sumisión a un Estado

  8. Nombre says

    Cataluña se ha convertido en una región carísima de mantener, España perdería un brazo, pero ya no tendrïa que soportar el inmenso gasto del nacionalismo catalàn, los insultos de nacionalistas catalanes hacia España en la misma España y en el extranjero, todo lo que viene de Cataluña se ha vuelto odioso, hasta la lengua catalana, es mejor Portugal, siempre será un Estado independiente, y hasta el idioma portugués es más interesante que el catalán, Cataluña es un foco de corrupción, está lleno de gangrena, la han ido envenenando desde hace décadas, ahora ya es tarde, no hay tiempo de encontrar una medicina, y no siquiera se sabría si tendría éxito, se lamentará mucho por Alberto Rivers, y el partido de Coutadans, han hecho lo que han podido.

  9. Nombre says

    Cataluña es la segunda Comunidad Autónoma que más contribuye, después de Madrid, pero el nacionalismo catalán es el peor enemigo de Cataluña, porque lo que quiere el nacionalismo catalán es muy caro, imposible de sostener económicamente, Portugal, con su idioma portugués tiene la salida de formar parte de los ocho Estados cuya lengua oficial es el portugués.España está perdiendo mucho tiempo, dinero y energía en los nacionalismos que controlan a Cataluña y el País Vasco, hay otros temas más importantes como es el Iberismo, el Estado de Portugal, es más interesante invertir en la lengua portuguesa.

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