Ganó Merkel, y de qué forma

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Jesús Cuadrado *

Resultados provisionales de las elecciones alemanas y distribución de escaños en el Bundestag. / Gráficos: DeutscheWelleEspanol (YouTube)
Resultados provisionales de las elecciones alemanas y distribución de escaños en el Bundestag. / Gráficos: DeutscheWelleEspanol (YouTube)

Barrió la CDU/CSU, que si no consigue mayoría absoluta será por muy poco. Sabíamos por las encuestas que los alemanes adoran a Angela Merkel, pero los resultados electorales han desbordado todas las previsiones. Confirmado: poco querida fuera, sobre todo en los países deudores del sur de Europa, y gran apoyo en casa. De hecho, si recopilamos los datos de las encuestas previas a las elecciones, el resultado está por encima de todas las previsiones; un 41,5 %, cuando la horquilla estaba entre un 38 % y un 40 %. Una de las tendencias que se observaban en la opinión pública alemana, el apoyo masivo a la Unión (CDU/CSU) de la canciller, se ha impuesto a todas las demás. Los alemanes querían, por este orden, que Merkel siguiera al frente del gobierno, poner fin a su coalición actual de gobierno con los liberales, y preferían una coalición de CDU con SPD, la gran coalición. Han enviado fuera del parlamento a los liberales, pero han dado tantos votos a Merkel que puede hacer innecesaria la coalición con los socialdemócratas y formar un gobierno en solitario. Esa parece la incógnita más importante de la noche electoral. Veremos.

¿Lecciones electorales? Si comparamos resultados de 2009 con los de esta jornada electoral, se producen algunas variaciones significativas en los bloques electorales ideológicos, aunque todo aparece coloreado por el gran dato del espectacular resultado de Merkel. Si se confirman los resultados, el conglomerado de la derecha formado por CDU/CSU, liberales y los anti-euro de “Altenativa para Alemania” consigue ahora un 51 % de los votos, frente a un 48 % en 2009, y, a su vez, la suma de SPD, Verdes y La Izquierda han obtenido un 42%, cuando en 2009 alcanzaron un 46%. Una interpretación posible tiene que ver con el polo de atracción de un liderazgo contundente en un lado y todo lo contrario en el otro, pero parece que hay mucho más. Si, a este resultado espectacular en Alemania, sumamos las tendencias que se observan en otros países, como Noruega poniendo fin a un gobierno socialdemócrata hace unos días o como Dinamarca y Países Bajos, si las encuestas se cumplen, camino de lo mismo, en los países acreedores del Norte se imponen políticas conservadoras frente a la crisis. Y, desde una perspectiva europea, partidarios de orientaciones renacionalizadoras en detrimento de los que quieren acelerar los avances en  la integración europea.

Aunque sería ingenuo esperar milagros de estas elecciones como remedio para la Europa que se desangra con las políticas de austeridad, no sería una buena noticia que, en el mejor de los casos, Merkel dependa poco del SPD en una hipotética gran coalición. De las dos alternativas de política económica que se practican en el mundo en esta “gran recesión” que se eterniza, la de la austeridad hasta que el enfermo desfallezca y la de las políticas expansivas que se siguen en EEUU o Japón y, ahora, incluso en Reino Unido, en la zona euro parece que de momento continuará la primera, la que prefiere la canciller. Interpretará que tenía razón y, aunque los más euroescépticos de la coalición se han hundido, este domingo no ha sido un buen día para quienes esperaban que la zona euro se abriera a medidas monetarias y fiscales de corte keynesiano. Habrá que ver cómo repercuten estas elecciones en la marcha del Banco Central Europeo y de la capacidad de maniobra de su presidente, Mario Draghi, que, frente a la opinión de los responsables del Bundesbank, se atrevió a aquello de “lo que sea necesario”, cuando España estaba al borde del rescate. Es pronto para sacar conclusiones definitivas, pero veremos qué ocurre en el futuro con todos los frentes abiertos para una mayor integración europea, sea la unión bancaria o todo lo relacionado con una política económica europea común. De la creación de los “eurobonos”, mejor olvidarse después de el enésimo “por encima de mi cadáver” de hace horas pronunciado por una canciller que sale tan reforzada.

Siempre se podrá decir que podría haber sido peor, sobre todo si los liberales y los “anti-euro” hubieran conseguido representación; parece que no lo lograrán. Pero ahora Alemania está en manos de Angela Merkel y Europa cada vez más pendiente de Alemania. La canciller del “corazón helado” para gran parte de los europeos y la más querida para una gran mayoría de alemanes tendrá que decidir si incorpora algunas iniciativas que aumenten el consumo y la inversión en su país, y si, para salvar el euro, propone algo más que la suicida “austeridad y austeridad”. Tiene mucho poder, más que antes, pero tiene responsabilidades europeas que cumplir, y algunas, como afontar la amenaza de tormenta en Grecia o el riesgo de otro rescate en Portugal, no pueden esperar. Sería un error, también para el futuro de Alemania, que se empeñara en hacer girar la política europea en función exclusiva de los intereses inmediatos de su país. Tendrá que decidir si quiere continuar con el proyecto euroescéptico de una “Europa alemana” o abrir la puerta a alguna forma de equilibrio entre un norte acreedor y un sur deudor que se desangra.

En fin, comprobado que los alemanes la quieren tanto, podría intentar hacerse querer un poco por los europeos. En caso contrario, ¿será capaz de hacerse oír Europa?

(*) Jesús Cuadrado es militante socialista y exdiputado.
3 Comments
  1. chema antúnez says

    Es en la última pregunta donde está la clave: ¿será capaz de hacerse oir Europa? De momentos, no.

  2. Lucas says

    Pasado el trago electoral, es más que probable que esos buitres de acero inoxidable vayan a por Hollande después de tragarse a los demás en una guerra financiera expoliadora y cruenta si no les paramos los pies.

  3. salvapor says

    Al final, Merker es amada por los alemanes y temida por los eropeos. Una reacción bifronte. Veamos qué pasa.

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