La memoria del orden

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Luis-María-GonzálezEl pasado martes, un periodista ya decano pero joven, Luis Díez, de estatura justa y complexión manifiestamente mejorable, fue objeto de un vulgar zarandeo a manos de unos cuantos agentes del orden imbuidos de patria y autoridad corporativa. Me consta que una buena parte de la plantilla policial sienten por estas conductas de sus correligionarios el mismo desprecio que puedo sentir yo. Lo he oído por boca de sindicatos como el SUP o asociaciones como la AUGC. Pero lo cierto es que vivimos tiempos de remozamiento ultra, y estos sujetos de corte recio y cerebro escaso empiezan a escupir intolerancia y humillaciones con demasiada frecuencia. Luis Díez fue víctima involuntaria de este tipo de atropellos. Sin tener memoria, porque les falta democracia, algunos uniformes  destilan seguridad y orden con el mismo entusiasmo que sus antecesores gritaron ¡viva la muerte¡

Todo ocurría en un acto de la Comisión de la Verdad, cuando representantes de distintas asociaciones de víctimas dejaban testimonio ante un grupo de trabajo de la ONU de las miles de personas desaparecidas, víctimas de la sublevación franquista, para las que pedían justicia y reparación. A las puertas del hotel donde tenía lugar el acto, unas decenas de policías velaban por el buen nombre de los verdugos y dificultaba el trabajo a organizadores y simpatizantes. Su misión es salvarnos del caos y ello exige vulnerar cuantos derechos constitucionales sean necesarios. Exhiben desafiantes sus malas artes y si enfrente se encuentran personas sospechosas de leer y pensar o simplemente informadores como Luis Díez, dispuestos a contar lo que pasa, presentan sus credenciales y actúan: intimidaciones, músculo frente a cerebro, orden contra libertad y, si fuera menester, acusación inventada contra los malhechores.

Me cuesta escribir de estas cosas, porque en los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, la mayoría de sus hombres y mujeres desempeña con rigor y respeto su profesión. Sin embargo, he de decirlo, conociendo al ciudadano vapuleado, la duda ofende. Animados por este espíritu autoritario que nos gobierna, son habituales en los últimos tiempos sucesos de corte marrón protagonizados por civiles brazo en alto, y azules poco amigos de la democracia y la libertad. Sirvan estas líneas para denunciar estos hechos y enviar un abrazo al periodista de periodistas Luis Díez.

(*) Luis María González es coordinador del Departamento de Comunicación de CCOO
5 Comments
  1. celine says

    Si ese Luis Díez es el Luis Díez de Cuartopoder.es me parece un despropósito que alguien así fuera zarandeado por un policía. Si es la imagen misma del hombre de bien… ¡Qué maleducado ese polizonte!

  2. Luis Díez says

    Gracias, Luis Mari. Un abrazo muy fuerte.

  3. Venancio Corrales says

    Muy bien Luisma. Esas mismas palabras las tenia yo en la punta de la lengua.

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