Injusticia universal

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Imagen de archivo del presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang. / Efe
Imagen de archivo del presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang. / Efe

Un día, hace mucho tiempo, pero no tanto, España fue ejemplo internacional en la lucha contra dictadores, genocidas y criminales de guerra. El mundo nos admiraba por perseguir a Pinochet, por investigar el genocidio chino en Tíbet o por no abandonar a su suerte a la familia de José Couso, el cámara asesinado en Irak. Una defensa de los derechos de los más débiles que hizo que países como Francia tomasen nota, hasta el punto de querer copiar la jurisdicción universal española. Una actitud de la que sentirse orgullosos, que fue calificada por el diputado del Partido Popular José Miguel Castillo como de “quijotesca”.

Quijotesca en el sentido de creer en fantasías, de defender ideales imposibles. Quijotesca de poco práctica, de excesivamente ilusa, de absolutamente irreal. Quijotesca de pérdida de tiempo. Por eso el Partido Popular, un grupo político evidentemente práctico (admire la perfección de su sistema de financiación, sin ir más lejos), quiere suprimir la capacidad de los tribunales españoles para ejercer la justicia universal. Seamos realistas: ¿A nosotros qué no importaba Pinochet, hermano de sangre de nuestro dictador favorito? ¿Vamos a enfadar a los chinos, con los que hacemos excelentes negocios, por cuatro tibetanos masacrados? ¿Quién se acuerda a estas alturas de Couso, un periodista que se metió voluntariamente en la boca del lobo?

Es imposible defender la justicia universal cuando no se cree en la justicia universal. Cuando se ignora esa concepción altruista de la vida, de la política, de la justicia. Y es que hay conceptos que el Gobierno de Mariano Rajoy no tiene muy claros. Algo que le hace caer en contradicciones flagrantes, como considerarse demócratas y negarse a condenar la dictadura franquista. O como consentir que uno de los grandes dictadores en activo realice una gira por sedes españolas de la capital de la Unión Europea (UE), durante la cual incluso pronunciará una conferencia titulada “El español en África”.

Y es que el Instituto Cervantes, la UNED y la Cámara de Comercio española en Bruselas han invitado al presidente guineano Teodoro Obiang a ofrecer charlas y conferencias de diferentes pelajes, en diferentes ambientes. No debería extrañarnos: hace solo unas semanas nuestra gloriosa selección española de fútbol se enfrentó a la guineana, para deleite de un sátrapa que veía así normalizado su régimen político. “No responderé a esa pregunta”, dijo el presidente de le Federación Española de Fútbol cuando le preguntaron si le parecía normal jugar ese partido en Guinea. “Yo no tengo nada que ver con esta invitación”, ha dicho el ministro de Cultura cuando ha sido interrogado sobre la convocatoria del Instituto Cervantes a uno de los más sanguinarios dictadores africanos.

Obiang, arropado por el Estado Español, se pasea por el corazón de Europa. Los intereses criminales se imponen a la Justicia Universal, para vergüenza de un Gobierno en descomposición.

9 Comments
  1. Mecacholo says

    Poco tardaría la Caverna Mediática en poner el grito en el cielo si el invitado fuese Maduro.

  2. UncleGabardine says

    Por esas cosas de la vida resulta que yo soy estudiante en la UNED. Comento aquí que este asunto está trayendo bastante cola, como no podía ser de otra forma. Alumnos y personal docente hemos manifestado nuestro total desacuerdo con que este señor se publicite a instancias de la UNED. La carta que hemos recibido del rector no deja lugar a dudas: no podemos prescindir de los ingresos que este buen hombre da a nuestra institución, en esta época en que la UNED las está pasando canutas. Además, como estamos allí en plan cooperación al desarrollo, pues ya está. Excusa perfecta. Copio la carta del sr. Rector por si a alguien le interesa, ya que dice que es una carta abierta.

    CARTA ABIERTA A LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA DE LA UNED

    En estos últimos días he recibido y leído con atención diversas cartas y mensajes en relación con la próxima presencia del presidente de Guinea Ecuatorial en el centro asociado de la UNED en Bruselas. Habiéndolas recibido en calidad de rector, no considero oportuno responder a título personal, aunque obviamente tenga mi propia opinión acerca de los comentarios que he recibido, muchos de los cuales comparto. Dejo de lado los insultos y las agresiones, impropios de un medio universitario, pero desgraciadamente presentes en ocasiones.

    Así pues, me dirijo a toda la comunidad universitaria como rector de esta universidad que lleva más de treinta años contribuyendo a formar universitarios en Guinea Ecuatorial. Creo que no hará falta que recuerde las aportaciones que la UNED ha realizado en este dilatado tiempo a la sociedad y a los ciudadanos y ciudadanas ecuatoguineanos, un buen número de los cuales se ha formado gracias a nuestra actividad en aquel país, con el que tenemos lazos históricos, lingüísticos y culturales que no debemos olvidar. Nuestra presencia ha sido ampliamente reconocida por una pluralidad de personas y organizaciones como un factor de desarrollo social e igualdad de género y ha servido para la creación de un espacio plural y de rigor intelectual en un entorno que lo necesitaba y lo sigue necesitando.

    Desde hace más de un año, como efecto de los recortes que ha experimentado la cooperación española y también la propia UNED, nuestra presencia en el centro asociado de Bata y Malabo se encuentra reducida a la celebración de un número limitado de pruebas presenciales a los estudiantes de años anteriores. No obstante, la convicción de que prestamos un servicio estimable al pueblo guineano nos ha decidido a buscar los medios para no cerrarlo definitivamente. Por otra parte, nuestra presencia obliga a la UNED a mantener unas relaciones correctas con las autoridades del país, más allá de las valoraciones personales. Al menos, creo que esa es mi obligación como rector y por tanto debo actuar en consecuencia.

    Estoy convencido de que la tarea que realizamos en Guinea Ecuatorial de cooperación al desarrollo, similar a la que realizan otras universidades y organizaciones no gubernamentales en ese y otros países, es claramente positiva para la formación de ciudadanos bien preparados personal y profesionalmente y, en consecuencia, para el desarrollo de valores democráticos. Y por eso considero que se trata de un bien que merece la pena cuidar. También creo que la UNED está actuando de una forma correcta en el caso que nos ocupa. Entiendo, eso sí, que no todos los componentes de nuestra comunidad universitaria lo valoramos del mismo modo.

    Soy consciente de que la presencia de la UNED en Guinea Ecuatorial puede ser objetable y discutible, pero mi convicción es inequívocamente favorable a desarrollar nuestra actividad en el país, como he tenido ocasión de expresar en diversas ocasiones. No pido que se compartan mis planteamientos, pero sí al menos que se consideren. En todo caso, si la comunidad universitaria a la que todos pertenecemos entendiese que debemos debatir el modo en que la UNED desarrolla actualmente su actividad académica o colabora con las autoridades ecuatoguineanas para llevar a cabo la actividad académica de nuestro centro asociado, estoy dispuesto a plantear tal debate por los cauces oportunos, sin menoscabo de mi responsabilidad. Mi convicción democrática ha inspirado siempre mi actuación y ya es un poco tarde para cambiar.

    Saludos cordiales,

    Alejandro Tiana, Rector de la UNED

  3. Selito says

    De acuerdo con todo (o casi), pero vamos, que en Europa tampoco parece que se estén mesando los cabellos porque llega el dictador.
    Se ve que es ‘uno de los nuestros’

  4. Mecacholo says

    Interesante la carta del rector, UncleGabardine. Gracias.

  5. Juan Carlos says

    Usted, Sr. Pérez de Albeniz, en realidad no entiende de nada, salvo de ese partenalismo rancio e ignorante con el que riega de moralismo sus carencias humanistas. Guinea Ecuatorial, como otros muchos países africanos, atraviesan por una larga fase de convergencia hacia la globalización no solo económica, que es la que manda, con Occidente al frente, sino política y social. Pregúntese cuántos siglos han tardado los estados iberoamericanos en alcanzar el umbral democrático y compárelo con los 60 años de la descolonización africana, si es que alguna vez lo fue. Es muy fácil poner el dedo encima de la cabeza de cualquier caudillo o personaje africano para tacharlo de lo que sea, cuando en realidad es toda la comunidad ecuatoguineana, o la mayor parte de ella, la que no está preparada para la estructuración de un estado con las mínimas garantías para los derechos humanos. Quite usted, Sr. Demócrata, a Obiang y aparecerán un millón y medio (toda la población) para sustituirle. Proponga otras aproximaciones, como, por ejemplo, la amistad con nuestros hermanos de la única provincia subsahariana abandonada a su suerte por España en 1968, una cercanía que traería a ese pueblo otras soluciones mucho más realistas que las que usted propone. Cómprese un espejo y piérdase en él. Cordialmente.

  6. luigi says

    ¿Juan Carlos? ¿I?

  7. Selito says

    ¿Hacemos aquí un 100? 🙂

  8. Mecacholo says

    Quita, quita, que perdemos energías a lo tonto.

  9. yateoyi says

    Totalmente de acuerdo con la presencia de la UNED en Guinea, allí están muchas esperanzas para jóvenes guineanos que sinó no podrían estudiar nada, sobre todo desde que la Universidad Patricio Lumumba de Moscú ya casi no acoge a tantos africanos.La UNED en Guinea Ecuatorial SI Teodoro Obiang NO

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