Nuestra religión es el circo

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Eduardo Inda, durante su intervención en La Sexta Noche el pasado sábado. / Captura de la Sexta Noticias
Eduardo Inda durante su intervención en La Sexta Noche el pasado sábado. / Captura de la Sexta Noticias

La pasada semana el neurólogo británico Oliver Sacks, un tipo brillante y lúcido autor de libros tan recomendables como “Despertares” o “El tío tungsteno”, escribió en The New York Times un texto emocionante en el que anunciaba que estaba muy enfermo y le quedaba poco tiempo de vida. Sacks habla de su cáncer terminal, de la muerte, de su paso por la vida y de las cosas realmente importantes: “Voy a dejar de ver el informativo de televisión todas las noches. Voy a dejar de prestar atención a la política y a los debates sobre el calentamiento global. No es indiferencia, es distanciamiento”.

Sacks escribió estas líneas antes incluso de que el debate político tocase fondo, el pasado sábado, en una cadena española. Se acercaba la medianoche en La Sexta cuando el periodista Eduardo Inda levantó una carpeta y dijo: “Tengo en exclusiva y en riguroso directo el trabajo de Monedero… Como es un trabajo sobre la moneda única en varios países latinoamericanos me gustaría que lo analizase Antonio Miguel Carmona”. El público que asistía en directo al programa “La Sexta Noche” (La Sexta) olvidó las horas que llevaba en plató, se desperezó y prestó atención. El telespectador dejó de zapear con el debate político de Telecinco y depositó el mando a distancia sobre la mesa. Silencio sepulcral, expectación máxima. Las audiencias se dispararon. El candidato socialista a la alcaldía de Madrid abrió la carpeta y… 100 folios en blanco. “¡Eso es el trabajo de Monedero, 100 folios en blanco!” graznó, orgulloso de su ingenio, el periodista de investigación hasta hace poco en El Mundo, ahora habitual de La Sexta.

No hace falta tener una enfermedad letal, tener los días contados, para comprender perfectamente la necesidad de Sacks por no perder el tiempo, por aprovechar cada minuto. Basta con ver un debate político de los que se emiten en las televisiones españolas. Uno de esos debates cada vez menos serios y más esperpénticos, cada día más circenses y menos periodísticos.

Quizá por eso costaba entender lo sucedido unos días antes cuando “Al rojo vivo”, el debate político de mediodía en La Sexta, celebraba su emisión número mil. El presentador, también director de la cadena, dijo todo serio: “Nuestra religión es el periodismo”. Era difícil tomarse en serio esa rimbombante frase, tan melodramática como efectista, viendo no ya el show de Inda, una bochornosa bufonada, sino el resto del programa del sábado noche, reflejo perfecto de lo que no debe ser una tertulia política. Porque al chisposo Inda deberíamos añadir un patético Javier Nart, todo vanidad, protagonista de los más variopintos numeritos audiovisuales, ahora líder de Ciudadanos, gustándose mientras hablaba de sus heridas de guerra y, lo que es peor, acosando de manera vil a Carolina Bescansa, de Podemos, ante la pasividad de presentador y contertulios.

Súmele a este esperpento la presencia seguramente obligada de Francisco Marhuenda, director de La Razón, el fanzine del Gobierno financiado por Planeta, socios de La Sexta. ¿Tiene cabida Marhuenda en un debate que pretenda ser interesante, equilibrado, periodístico? Evidentemente no. Invitar a debatir en un plató a Marhuenda, o a Alfonso Rojo, o a Pérez Henares, o a otros muchos, convierte cualquier programa en un gallinero en busca de audiencia. “Nuestra religión es el circo”, podría muy bien haber dicho el presentador cuando Inda presentó, “en exclusiva y en riguroso directo” el trabajo de Monedero.

Los debates políticos televisivos cada día tienen menos sentido, menos política, menos periodismo. No es indiferencia, es distanciamiento.

la Sexta Noticias (YouTube)
8 Comments
  1. Mecacholo says

    Claro: y Miguel carmona no sabía nada de lo que se iba a encontrar… Qué patético, por diox.

  2. negras tormentas says

    Como estará la cosa, que hasta el «gran» Wyoming le dedicó diez minutos de su farsa al encarcelamiento del alcalde golpista de Caracas y demonizando a Maduro y en su día ridiculizando a Chavez.

  3. andres says

    Es evidente que si a wyoming lo dejan seguir es por su «cambio de rumbo» mas que evidente, pasando videos de las actuaciones de los fascistas en cadenas como interconomia que nadie ve, salvo cuando wyoming las pasa con cada vez mas suave critica.
    Hace muchisimo que dejer de verlo. No es mas que uno mas del sistema

  4. Pedro says

    Lo de Inda, su enésima payasada en la que colaboró otro bufón. Carmona.
    Lo de Nart, vomitivo y cobarde. Hasta las pelotas del mortero que impactó en su cabeza, aunque explique su desequilibrio con Carolina Bescansa.

  5. NAPALM says

    Lamentable la utilización de las palabras de Sacks para atizar a todos excepto Podemos, cuyo líder, Pablo Iglésias, se despachó insultando al tal Inda todo un programa. No cites a Sacks para retorcer su contenido de forma tan vil.

  6. Anónimo says
  7. Lucien de Peiro says

    Vale, el panorama televisivo y de debate político es ínfimo (sólo se salvan ciertos espacios de la Tuerka, curiosamente) pero tanto como que «Los debates políticos televisivos cada día tienen menos sentido, menos política, menos periodismo» es un poco excesivo. Esto de La Sexta Noche, por citar el ejemplo de referencia en este hilo, no creo que haya empeorado. Quizás vivió un episodio grotesco el Sábado, pero ni fue el primero ni será el último. Yo nunca seguí ese programa y sólo he visto aquellos (o aquellos fragmentos del mismo) que me llegaban por las redes días después para analizarlos. El esperpento ha sido permanente y es la norma «aquí, en pekín y en pokón». Y lo dice uno que de PODEMOS no tiene nada, ni la intención de voto, pero el único debate serio existente se llama «Fort Apache». El resto, nunca fueron nada relacionado con el periodismo.

  8. Sioux says

    Inda que para mi tiene alguna cosa positiva, tiene un pequeño problema de origen psíquico, no hay más que ver su cambio de facciones cuando le nombran Podemos.
    Luego su forma de gesticular o la expresión de su cara. Si este muchacho, asistiera a alguna sesión de psiquiatría, creo que se le podría escuchar.

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