Nuevo diario, vieja consigna

En la edición XVI del imprescindible Congreso de Periodismo Digital, celebrado la pasada semana en Huesca, los profesionales que asistieron dedicaron buena parte del tiempo a hacerse preguntas. Como exige la profesión. ¿Quién influye en la agenda? ¿Existe una brecha de visibilidad en las mujeres periodistas? ¿Es un sueño pensar en una televisión de servicio público? ¿Cuál es el rol de la profesión en la lucha contra la desigualdad? ¿El poder financiero ha devorado al periodismo? Cuestiones francamente interesantes que quedaban relegadas a preguntas de Trivial infantil cuando surgía la gran cuestión, ese interrogante habitual en cada reunión de trabajo, en cada taller, en cada comida y cena, en cada corrillo para tomar café: ¿Tiene futuro el proyecto de Pedro J. Ramírez?

En Huesca se encontraban Ana Ramírez y Eduardo Suárez, fundadores de El Español, que así de patrio y fervoroso es el nombre del nuevo diario. Y poco después se les unió el mismísimo Pedro J., periodista superstar tan moderno como para compatibilizar crowdfunding, chófer y escolta. Cerró el Congreso en animada charla con Ignacio Escolar, líder de las nuevas generaciones.

¿Tiene futuro el proyecto de Pedro J. Ramírez? se preguntaban unos y otros. La mayoría se dejaban llevar por el corazón: “Seguro que funciona, es un tío muy listo”, decía un periodista veterano. “Imposible que funcione, este tío es un farsante”, le respondía otro más jóven. “Nuestros socios tienen un nivel de exigencia mucho mayor que el de los lectores de papel”, aseguró el propio Pedro J. en su charla promocional de clausura. Javier Moltó cuenta muy bien en su excelente blog el nivel de exigencia de estos socios...

Pedro J. ofreció algunas pistas. Como por ejemplo que El Español arranca con “once millones de presupuesto, la misma cifra con la que arrancó en 1989 El Mundo”. O que en su primer año de vida el nuevo diario consumirá ocho millones de euros, cinco de ellos en salarios. En el primer año las pérdidas previstas estarán entre los tres y los cuatro millones, en el segundo un millón y se esperan beneficios a partir del tercero. ¿De dónde sale el dinero? “El 75% de los ingresos llegarán por publicidad, patrocinios y actos mientras que el otro 25% llegará por las suscripciones”.

Cifras ridículas, auténticas minucias, si consideramos que RCS Mediagroup, la empresa propietaria de Unidad Editorial, pagó 13,5 millones de euros a Pedro J. cuando abandonó El Mundo en concepto de finiquito y cláusula de no competencia. La crisis del periodismo. Parece que el hombre que fichó a Jiménez Losantos, Salvador Sostres, Luis del Pino y compañía no tenía necesidad de recurrir al micromecenazgo.

Lo mejor llega cuando analizamos la parte ideológica. “Será un medio independiente, universal y combativo. Será el defensor de los españoles. Tal vez nuestro lanzamiento sea una mala noticia para este Gobierno”, dice un Pedro J. en plena campaña. Pero me temo que la base de la filosofía del nuevo proyecto de Pedro J se encuentre resumida en un texto publicado en su cuenta de Twitter un día antes de la inauguración del Congreso de Periodismo: “Hoy 11-M el recuerdo a las víctimas es también el del fracaso y la abdicación del Estado en el esclarecimiento de la masacre”.

Un nuevo medio aferrado a viejas consignas, a antiguas falacias, a enredos muy rentables. El mismo perro pero con collar digital.