A la vuelta de vacaciones

Pablo Padilla *

Terminaron las ansiadas vacaciones de Semana Santa. Millones de desplazamientos, procesiones con algún que otro representante público asistiendo como tal, ocupación hotelera del nosécuántos por ciento, gente que habrá podido salir de sus ciudades para disfrutar del buen tiempo, este año sí, y gente que no habrá podido costearse ni siquiera una escapada a la sierra o al pueblecito de al lado. Pero, ¿qué vamos a encontrarnos a la vuelta de este periodo vacacional?

Continuamos con la permanente campaña electoral y con total seguridad alguno de los colaboradores más cercanos de Esperanza Aguirre será llamado a declarar por su implicación en alguna de las múltiples tramas de corrupción que asolan Madrid. Aunque no es necesario preocuparse, la cazatalentos nos deleitará con alguna foto o algún “fichaje estrella” con el que desviar la atención. También es probable que Cristina Cifuentes nos deleite con algún otro producto de merchandising que la aleje del populismo que tanto denuesta y aborde los problemas de los madrileños y madrileñas como bien han demostrado su coletero y su muñeca.

Por desgracia, varios jóvenes seguirán en prisión preventiva por pertenecer a una "recién descubierta organización terrorista" cuyos actos delictivos aún son desconocidos. Pese a ello, algunos medios de comunicación ya nos han brindado la información necesaria para saber que debemos temerles: se financiaban mediante barras en eventos lúdicos, compartían libros, hacían asambleas y tenían cajas de resistencia. ¡Ay de nosotros y nuestra seguridad si no contásemos con esos medios que nos venden las bondades de la ley Mordaza mientras copian y pegan atestados policiales asumiendo la veracidad de estos sin molestarse en consultar otras fuentes!.

Y de un terrorismo que persiguen pero no mata pasamos a un terrorismo que mata, mucho, pero no persiguen. Comenzará la semana y seremos testigos de nuevos asesinatos machistas que serán tratados política y mediáticamente como hechos aislados que configuran parte de nuestra normalidad democrática. Mientras nuestros gobernantes sigan minimizando la gravedad de la violencia de género y todas y cada una de las campañas y medidas se enfoquen exclusivamente a las mujeres, sin interpelar a los hombres y enseñarnos a no maltratar, no violar y no asesinar, no estaremos en condiciones de afrontar el feminicidio al que asistimos en nuestro país.

Lo que no veremos al volver de las vacaciones será la continuación del juicio de la trama Gürtel en Valencia, porque ¿para qué continuar el proceso si podemos esperar a después de las elecciones e intentar salvar los muebles, previsiblemente sin éxito, al partido de los recortes en la Comunidad Valenciana? Curiosa similitud la de este salto adelante con la detención, dos días después de las elecciones del 22 de marzo, de la número 9 del PSOE por su relación con el fraude en cursos de formación financiados por la Junta. Una vez más, nos demuestran que están dispuestos a apropiarse de las instituciones, que son de todos y de todas, para ponerlas al servicio de sus intereses, que distan mucho de coincidir con los de la mayoría de la población.

Pero no todo son malas noticias. Frente al modelo agotado de quienes han demostrado una ineficaz y nefasta gestión, la ciudadanía ha decidido dar un paso adelante. En las próximas semanas, además del ingente trabajo cotidiano desempeñado por la sociedad civil, vamos a vernos inmersos en una campaña electoral que no puede ser una más. Debemos marcar la diferencia. Innovar en las formas políticas, incluso en periodo de campaña, e involucrar al conjunto de la sociedad que está sufriendo los efectos de la crisis y la gestión de las élites.

Confío sinceramente en que las vacaciones hayan servido para descansar, para recargar pilas, para disfrutar de los nuestros, para aportar algo de calma a nuestras agitadas vidas. Porque vienen curvas, vienen días intensos, que toca vivir juntos y juntas, sin perder el objetivo que nos ha impulsado a involucrarnos en este proceso histórico que vivimos: más y mejor democracia, un país y unas ciudades donde vivir dignamente sea un derecho y no un privilegio.

Que las próximas vacaciones nos pillen con instituciones más transparentes, más cercanas y habitadas por gente con la voluntad política necesaria para hacer frente a las necesidades de la gente.

(*) Pablo Padilla es candidato de Podemos a las elecciones autonómicas en la Comunidad de Madrid.