Rato superstar

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Rodrigo Rato, el pasado viernes, saliendo de su domicilio, una vez detenido, escoltado por agentes de Aduanas. / Efe
Rodrigo Rato, el pasado viernes, saliendo de su domicilio, una vez detenido, escoltado por agentes de Aduanas. / Efe

El sentido común aconsejaba dejar pasar unos días para poder reflexionar, y analizar con tranquilidad, y a fondo, el circo mediático que supuso la detención de ese gurú de la economía que es, que fue, Rodrigo Rato. La imagen de este mago de las finanzas, perdón, de este exmago de las finanzas, entrando en un coche de la policía como un vulgar chorizo, con un agente sujetándole la cabeza para que no se golpeara tan prodigiosa herramienta intelectual, es de las que no se olvidan, de las que se exportan y hacen “Marca España”, de las que estigmatizan la historia audiovisual de un país.

Hasta hace no demasiado tiempo el gobierno de Mariano Rajoy no hubiese permitido que la detención del hombre que encarnó el milagro económico, uno de los suyos, tuviese lugar de manera tan teatral (ante cientos de cámaras de televisión y fotógrafos) y en tan inapropiado momento (justo a tiempo para abrir los informativos de las nueve de la noche). ¿Por qué así y ahora? ¿Acaso el Ejecutivo ha perdido el control mediático de la información, incluida la que atañe a sus miserias? ¿Es que no les ha llegado a las televisiones el mensaje que avisa de la inminente entrega por parte del Gobierno de seis canales nuevos de televisión?

Hemos tenido unos días para poder reflexionar, para analizar con tranquilidad y a fondo la Condena de Telediario que supuso la detención de nuestro economista más internacional, y seguimos siendo incapaces de llegar a una conclusión no ya definitiva, sino simplemente razonable. No sabemos con seguridad si todo el esperpento de Rato detenido ante media España supone la puntilla definitiva al proyecto político de Mariano Rajoy (en caso de que Mariano Rajoy tuviese proyecto político). O si ha sido el mismísimo presidente quien ha provocado este sacrificio humano de infinita crueldad, se trata de un colega, en un intento por parecer que no todo es romper discos duros, que también ellos colaboran con la justicia y luchan contra la corrupción. Que se han vuelto honrados, que se acabó lo de obstaculizar a jueces, periodistas y policías. O si, en un alarde de maquiavelismo, el actual PP ha querido vengarse del tocapelotas de José María Aznar, Rato fue su vicepresidente económico, sacudiéndole un golpe en sus partes más delicadas. O si, como dice Francisco Marhuenda en La Sexta, todo el caso Rato es una operación para hundir al presidente del Gobierno: "Rato es rico de familia", dice todo digno un director de La Razón que sugiere que los millonarios no roban. Quizá todo sea mucho más sencillo: “una farsa”, como asegura el juez Elpidio Silva.

Es difícil saberlo. Pero tratándose de Mariano Rajoy podemos temernos lo peor: la detención de Rato ante los medios de comunicación pilló al presidente leyendo el Marca. Él no sabía nada, nada tenía previsto, nada sospechaba.

P.D.

En el último post, titulado "400 fantasmas", hablábamos de un naufragio en aguas del Mediterráneo con otros tantos desaparecidos. Solo han pasado unos días y la tragedia se repite, pero con el doble de víctimas. Un barco con 950 personas se ha hundido en las costas de Libia, muy lejos de su destino, Italia, Europa. La mayor tragedia en el mar Mediterráneo, una noticia que abrió los grandes medios, pero solo durante unas horas: un jóven de 13 años ha matado a un profesor en su instituto de Barcelona. En el naufragio solo hay 28 supervivientes, el mar en el medio de las tierras tiene 900 fantasmas más.

Mariano Rajoy, el presidente que se opuso a la propuesta europea para que la Agencia Europea de Control de Fronteras (Frontex) también se encargue de la búsqueda y rescate de inmigrantes, ahora se muestra tan indignado como solidario: "Ya no valen las palabras, hay que actuar. Los europeos nos jugamos nuestro crédito si no somos capaces de evitar estas dramáticas situaciones", dijo en un mitin del PP en Alicante.

1 Comment
  1. juanjo says

    El Rajoy (o su piadoso ministro, miembros supernumerario del OPus Dei , o sea, unos de esos pocos supersticiosos superanacrónicos que aún andan convencidos de que la muerte es un paso a una vida mejor, y el funesto Rajoy, o ambos) no hace mucho hicieron la bestialidad (y que me perdones las bestias) de disparar contra unas personas (13?) que se estaban ahogando y que gracias a tan enormes bestialidades (y continúo pidiendo perdón a las bestias) terminaron ahogándose porque el ministro del PP, en lugar de echarles una mano, continuó disparándolos.

    Y puede valer que los líderes del PP, a pesar de sus múltiples latrocinios, anden suelto: al fin y al cabo no puede haber pan para tanto chorizo. ….. O sea cárceles para tanto delincuente!

    Pero ¡por crímenes!

    Porque ¿acaso, acaso del mismo modo que existe el delito de matar; ¿no existe también el de denegación de auxilio?
    ..
    Por tanto ¿por qué el Jorge Fdez Díaz, el director general de la Guardia civil y el Rajoy todavía andan sueltos a pesar de ambos delitos?

    De lo demás, ¿qué podemos decir)
    … Si acaso que cada vez esta más claro que los latrocinios y la corrupción deben formar parte de la idiosincrasia y del ADN del Partido Popular.

    Por tanto los nuevos corruptos se limitan a cumplir con su deber (con su sagrado deber), a saber: «allí donde fueres haz lo que vieres»

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