‘El País’, renovación consumada

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Captura de una de las imágenes que incluye El País en su promocional.
Captura de una de las imágenes que incluye El País en su campaña promocional.

Demasiado pocos. Demasiado superficiales. Demasiado prudentes. Demasiado tarde. Los cambios realizados por el diario otrora progresista El País, en un desesperado intento por rejuvenecer una imagen cada día más conservadora y decrépita, suponen apenas unos brochazos de maquillaje, un chute de botox caducado, un desesperado intento por disimular una agonía lenta y dolorosa. Los últimos cambios en El País, su apuesta por adecuarse “a unos tiempos informativos en revolución permanente”, se podrían resumir en tres detalles: nombrar a Juan Cruz adjunto al director y poner en sus manos la entrevista estrella en la última página de los domingos, rescatar a Alberto Schommer para una serie de fotografías a toda página de los candidatos al Ayuntamiento de Madrid y, por último, pero no menos importante, reducir el tamaño de las cartas al director.

En los últimos años la mejor sección de El País era, con mucha diferencia, las Cartas al Director. La más libre, la más sorprendente, la única imprescindible. “Eso es una boutade, me llegó a decir algún compañero de ese diario. El pasado domingo Lola Galán, la defensora del lector, recogía las protestas de los lectores por la reducción de unas Cartas al Director que incluían “puntos de vista tan válidos o más que los de los articulistas”. Los lectores también se quejaban de los cambios en una sección, la de televisión, que modifica su estructura de forma un tanto anárquica: con la excusa de que se puede ver en internet, la programación de televisión del día queda reducida al horario de prime time (?). Una excusa, la de internet, que no les impide publicar una novedosa tabla de audiencias, con el número de espectadores y el share de los programas más vistos del día. ¿Del día? No, de hace dos días: El País publica el domingo las audiencias de los programas del viernes. Palpitante actualidad, qué duda cabe.

El País se pone a punto”, decía la campaña promocional de un diario que habla de renovación y de cambios importantes. Por ejemplo, “simplificar el uso de nuevas tipografías”, dar una “nueva dimensión” a la sección de opinión y análisis, o, no se lo pierda, recuperar la vieja y entrañable entradilla. ¿Columnistas? Prácticamente las mismas firmas, pero reubicadas. Excepto en el caso de un David Trueba, que pierde su texto diario, uno de los espacios más lúcidos del periódico, en favor de columnistas como… Juan Cruz.

Movimiento de cromos dentro de un mismo álbum. Cambiar para que nada cambie. Un retoque de rímel en un diario que, como todos los de papel, necesita renovar los cimientos: ha sustituido las noticias por las encuestas (el sondeo como recurso estrella de portada), las exclusivas por las curiosidades (“Felipe González intentará viajar el lunes a Venezuela”) y la información por la opinión. “Un PSOE sin hipotecas” y “Renovación consumada”, titulan sus editoriales dedicados al partido de Pedro Sánchez. Con el de Pablo Iglesias se muestran menos positivos y transigentes: “Podemos se organiza: Cuanto más se les escucha, más suenan a lo mismo: populismo, personalismo, manipulación”. La campaña del diario de Cebrián contra Podemos, “Populismo contra democracia”, formará parte de la historia negra del periodismo en España.

Los grandes periódicos de papel están muertos no solo por enrocarse en sus miserias. Dirigidos por lunáticos antediluvianos, están muertos porque no han entendido nada. Porque han prescindido de buena parte de su mejor patrimonio profesional (130 despedidos en el ERE de El País). Y sobre todo porque no pueden informar con libertad: No pertenecen a los lectores, ni siquiera a los propietarios, están en manos de los bancos que gestionan sus deudas. Están hipotecados hasta el punto de haber sustituido las noticias por gráficos de encuestas. Un trabajo para el que cada vez son menos necesarios los periodistas. La redacción de un diario de papel moderno y progresista requiere expertos en publicidad y marketing, analistas de sondeos, asesores de imagen, relaciones públicas, exdirectores de gabinete... Y becarios, muchos becarios.

3 Comments
  1. Selito says

    Señor, Señor, cómo está El Pais…

  2. Albert says

    El entierro está próximo. Le pusieron el traje nuevo cual sudario.

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