TVE contra Gran Hermano

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José Antonio Sánchez, presidente de RTVE, durante una comparecencia en el Congreso. / Efe

Los españoles no quieren ver la televisión pública española. Para informarse, digo. Otra cosa es para disfrutar con corridas de toros, programas en los que especulan con el alma o viejas películas machistas. Ahí sí que TVE arrasa, con sus volquetes de caspa y sus presentadores carcas. José Antonio Sánchez, presidente de RTVE, lejos de achantarse ante la pérdida de audiencia y credibilidad del medio público que dirige, se viene arriba, y es capaz de ironizar y hasta de mostrarse altivo: “hay asuntos que interesan más o menos a los espectadores, ¿sabe usted quién ganó la noche electoral en España? Pues fue Telecinco con Gran Hermano”, respondió Sánchez cuando le recordaron que en la noche de las elecciones catalanas TVE había conseguido un rácano 6,6% de share frente a un 8,9% de Antena 3 y un 12,2% de La Sexta.

La falta de credibilidad en los medios públicos, la ausencia de pluralidad, son pruebas de falta de profesionalidad. La falta de humildad y la soberbia a la hora de responder en el Parlamento son un ejemplo de desprecio por los ciudadanos. Decir que Gran Hermano ganó la noche electoral catalana es una frivolidad, sin duda, pero sobre todo es un insulto a todos aquellos que, con sus impuestos, pagan una televisión destinada no a la telebasura y las grandes audiencias, sino al servicio público y el entretenimiento de calidad. El enemigo de TVE no es Gran Hermano. El enemigo de la televisión pública son los malos gestores, los directivos a sueldo del Gobierno.

La caída de audiencia en TVE no es algo exclusivo de la noche electoral catalana. Es la consecuencia de una gestión, de una programación, de una forma de entender lo público para beneficio privado, como altavoz de un partido político, de un Gobierno. En cuatro años, el Partido Popular ha hundido TVE, como a escala autonómica ha hundido poco a poco Telemadrid. En diciembre de 2011 la media de audiencia de La 1 estaba en un 14,7% de share, mientras que en algunos días de este mes de septiembre apenas ha logrado el 7%. Los informativos son, cuestión de credibilidad, los principales damnificados por la gestión de Sánchez y compañía. Los Telediarios de La 1 son un sumidero de espectadores: han perdido 225.000 con respecto a hace un año y quedan relegados al tercer lugar en el ranking de audiencias por detrás de Tele 5, Antena 3 y, en ocasiones, incluso de La Sexta.

¿Ganó Gran Hermano la noche electoral catalana? Quizá. Lo que es seguro es que el director de TVE no debería bromear con cifras y detalles frívolos que reflejan la debacle del medio de comunicación del que es responsable. Sánchez ha destruido los informativos públicos más creíbles y sólidos de los últimos tiempos, en una clara labor de partido, y el telespectador se ha dado cuenta y ha dicho basta. La dirección del Ente debería dimitir en pleno. Por manipuladores y propagandistas, sin duda, pero también por malos gestores y por arrogantes.

3 Comments
  1. Mecacholo says

    Olé.

  2. ñam ñam ciruelo del 22 says

    jjajaja que cachondo el albeniz, dimitir…si oh, espera sentao, hasta que vuelva otro malisimo zapatero que haga ley como la que impedia esto, zumbada por la mayoria absoluta del pp, no por las mayorias absolutas en general, que son tambien malas malisimas, sobre todo pa disimular la actual….. mae mia, como sigue estando el patio por aqui…..

  3. la novata says

    No puedo entender que un garrulo, descarado, prepotente y necio pueda ser el presidente de TVE. Qué pena que no haya la suficiente sensibilidad entre la ciudadanía para darnos cuenta de las tropelías que hace el PP en los medios de comunicación públicos

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