Una cabra llamada Pablo

“El complejo de lucir símbolos nacionales es realmente triste”, aseguraba en la portada de La Razón del pasado domingo José Manuel García-Margallo, ministro de Exteriores. El mismo día y en la misma línea, el ensayista Marc Fumaroli en las páginas centrales de El País: “Sentir amor por tu país no es un crimen”. Un paso más allá, en la cumbre de la cadena patriótica, ABC, con una portada para la historia: un sello de correos con señoritas vestidas con los trajes regionales de todas las provincias españolas, comenzando por Álava y terminando por Vizcaya: “ABC demuestra que nuestro país es singular y plural: una suma de rasgos diferenciales que lo convierten en una realidad rica, diversa y admirada. Con pasado y futuro”.

Unas horas después se celebraba el Día de la Hispanidad, la Fiesta Nacional. Ley de 1987: “La fecha elegida, el 12 de Octubre, simboliza la efeméride histórica en la que España, a punto de concluir un proceso de construcción del Estado a partir de nuestra pluralidad cultural y política, y la integración de los Reinos de España en una misma Monarquía, inicia un período de proyección lingüística y cultural más allá de los límites europeos”. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, lo ha contado de otra manera en Twitter: "Vergüenza de estado aquel q celebra un genocidio". La mañana del lunes, ya con el ejército en las calles, los diario conservadores seguían apostando por el periodismo de bandera: “Orgullosos de España”, titulaba La Razón en portada para recordar, a pie de foto roja y gualda, que hay que “educar en patriotismo” y que “El PP llevará en su programa una ley para blindar la bandera y los símbolos”. En la portada de ABC, imagen del ministro de defensa y un titular tranquilizador: “No hay peligro de que España se rompa”.

En la vida todo es cuestión de geografía. Mientras a la prensa financiada por el Gobierno se le llenaba la boca diciendo “¡España!”, en el otro lado del mapa, eldiario.es contaba cómo la crisis, la austeridad y los recortes no afectan a todos por igual: "El Gobierno disparó el gasto en Defensa en 8.717 millones de euros por encima de lo presupuestado".  Más de 3.400 militares y guardias civiles desfilaron el lunes por Madrid. Un espectáculo que ha costado más de 800.000 euros (sin contar la exhibición aérea), en el que ha brillado con luz propia la nueva mascota de la Legión: una cabra llamada "Pablo". Poco más que comentar... Salvo que, así las cosas, no parece difícil entender al director de cine Fernando Trueba cuando reconoce que nunca había tenido “sentimiento nacional”, que no se había sentido español “ni cinco minutos” y que su nacionalidad “es la especie humana”. El Gran Wyoming ha ido más lejos: “La unidad de España me la suda”. 

¿Quién podría poner algo de orden en este tsunami de ideas y sentimientos? Debería ser un gran estadista, un hombre con la mirada y las manos limpias, un intelectual de la política... “Mañana tengo el coñazo del desfile; En fin, un plan apasionante”, ironizó el actual presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, con Javier Arenas durante la clausura de la XIII Interparlamentaria del PP que se celebró en A Coruña en octubre de 2008. Un micrófono abierto, un simple descuido, desnudó el corazón del líder de los patriotas: el desfile, un coñazo, reconoció por lo bajini el hombre que ha permitido que el gasto extra en Defensa duplique lo invertido en políticas activas de empleo.