El esperpento de la ingobernabilidad
En las tertulias navideñas de 13TV, la cadena de la conferencia episcopal, los opinadores ultras hablan de Felipe González. Y lo hacen bien. Me limpio los oídos, subo el volumen y estiro el cuello. Sí, es cierto, hablan maravillas del que fuera líder socialista. Hombre de estado, político de consenso, gran estadista… Una agradable sorpresa: En 13TV no están acostumbrados a hablar bien de la izquierda. Es más, se trata de la primera vez que escucho en esa mesa ultraconservadora semejante entusiasmo con un líder socialdemócrata. Algo está cambiando en este país…
¿Quizá el periodismo comienza a salir de las trincheras, recupera el sentido común y se dedica por fin a informar de manera imparcial en lugar de manipular? Ni muchísimo menos. Lo que pasa es que los tiempos cambian, los intereses varían y las amistades se alteran. La cadena de los obispos habla maravillas de Felipe González porque es uno de los suyos: la distancia entre PP y PSOE cada vez es más pequeña. Tienen un enemigo común: Podemos.
“El objetivo de Podemos es acabar con el PSOE”, dice en La Sexta el director de La Razón. Miguel Ángel Rodríguez, secretario de Estado de Comunicación de Aznar y tertuliano enloquecido, utiliza la misma teoría en Antena 3: “Hundir al PSOE es el objetivo de Podemos”. El escritor Vargas Llosa desprecia a los de Pablo Iglesias en las páginas de El País: “Las tres fuerzas inequívocamente democráticas, proeuropeas y modernas de España son PP, PSOE y Ciudadanos”. Y la aspirante al trono socialista, Susana Díaz, no duda en mentir como una bellaca de manera consciente: “Podemos quiere romper la unidad de España y eliminar al PSOE”.
El PP y el PSOE están unidos por un adversario común: la izquierda. Y aquí es donde volvemos a un Felipe González que, como usted recordará de los primeros párrafos, se ha convertido en el nuevo ídolo de las tertulias cavernarias. Cuentan que el ex presidente del Gobierno ha planteado a Pedro Sánchez la necesidad de llevar a cabo de manera urgente una reforma electoral que frene el avance de Podemos e impida un futuro gobierno de la formación que dirige Pablo Iglesias. Si no podemos pararles por las buenas, les pararemos por las malas, pensará el presidente de consejos de sabios, señor de los bonsais y diseñador de joyas. Y así no tendremos que dejar los consejos de administración de grandes empresas. Albert Rivera, en la rueda de prensa tras reunirse ayer mismo con Rajoy, tendió la mano a los socialistas: “Pablo Iglesias lleva como medida estrella la ruptura de España. Por eso estoy tan en contra de Podemos como los barones del PSOE”.
El bipartidismo, con Ciudadanos como hermano pequeño enganchado a las faldas, se aferra a un poder ficticio. No piensan en gobernar, no se creen capaces, solo pretenden que creamos que la culpa es de otros, y no de su incompetencia. El esperpento de la ingobernabilidad, con esa ultraderecha poniendo por las nubes a González, no ha hecho más que empezar.
PREGUNTAS PARA UN REFERÉNDUM A TODOS LOS ESPAÑOLES (Con respeto para lectores y opinantes) Al margen del tipo de Congreso líquido que hemos de tener próximamente – y ello se celebren elecciones nuevas o no, con la flexibilidad como reina – quizás debiera llevarse a cabo, como principio y ganando tiempo, un Referéndum general no sólo para obtener nortes definidos, sino para proceder después a un sereno, sensato y dialogante proceso constituyente si fuese preciso, conteniendo dicha consulta las siguientes 12 preguntas que devendrían en muy aclaratorias, mediante un simple Si o un NO: 1) Monarquía 2) Republicanismo 3) Con Autonomías 4) Sin Autonomías 5) Estado Federal 6) Estado centralizado 7) Con naciones 8) Sin naciones 9) Con Senado 10) Con referéndums territoriales 11) Derechos sociales asegurados 12) La Constitución como plan permanentemente abierto a la actualización. Las respuestas obtenidas, podrían ayudar enormemente a sentar nuevas y fuertes bases políticas y duraderas. Saludos.
Cáspita, eleusipo, menudo examen. Pero no está mal, no.
DEL MIEDO.- .. y es que, como siempre han hecho, tratan y tratan de infundir miedo cuando hablan y hablan de «país ingobernable»; pero no, no será así, sino que se gobernará ya de un modo muy distinto: sin rodillos y usando la flexibilidad como señal de identidad y con mayor participación de todos los grupos, incluso recogiendo a menudo mociones libres de la calle. No, no tengan miedo. Saludos.