El diario El País abrió su edición digital del pasado lunes con la sorprendente noticia de la llegada de “la televisión en la que no pasa nada”. Se trata de Sakte-TV, o tele lenta, y al parecer es “un invento de la cadena pública noruega en la que emiten en directo horas de pesca de salmón o de confección de un jersey. Y triunfa en audiencia”.
Pues menuda sorpresa. TVE lleva años emitiendo la programación más lenta, triste y saboría del planeta, la auténtica tele en la que no pasa nada y no se tiran tanto el pisto. La pachorra hecha televisión, eso es lo que ofrece una televisión pública española entregada a un partido político que, por puro inmovilismo, desearía que el país se hubiera detenido en el año de gloria de 1939.
¿Se ha fijado usted en cómo corre Mariano Rajoy? Las imágenes de su trote cochinero en los telediarios son la cumbre de la televisión pusilánime. Deberían quitar Teledeporte, refugio de prácticas minoritarias, y consagrar esa cadena al correteo minimalista de un político que, en medio de un sinfín de acusaciones de corrupción, sólo es capaz de apelar a la estabilidad. Un bucle infinito, 24 horas con Rajoy practicando ese braceo sincopado, esa zancada raquítica, que le lleva de la nada a ninguna parte.
La gente corre como vive. Por eso el perezoso Rajoy sueña con galopar sin desplazarse un centímetro. Se aferra a su miseria, el político peor valorado por los españoles, a su cargo, a su Marca y a un discurso de investidura sin futuro. Esta tarde hablará, errará, mentira y se agarrará con las dos manos a su sillón. TVE nos lo contará en directo, porque no hay mejor lugar para vender una política ultraconservadora, la ausencia (de talento, de proyecto, de honradez) como principal valor, que una televisión que apuesta por la nada.
¡Y la insoportable levedad de este ser!
solo una cosa la salva, poder ver la comparecencia completa de los lideres politicos en 24 horas, para no tener que soportar las interpretaciones de la rubia, el moreno, y demas tertulianos de cuatro y sexta, y demas golpes de efecto parciales.