Buenos días. Me llamo Florentino Martínez y estoy jubilado. Trabajé en la revista El Jueves durante más de 35 años, donde me convertí en una superestrella ultra conservadora. Me lo pagaron dándome una patada en el culo. Dijeron que la triste realidad superaba la ficción humorística: los Gobiernos del PP eran más fachas que yo. Ahora me consumo en el salón de mi casa bebiendo palomitas de Anís del Mono, acariciando la pelambre de mi Loden beige y viendo por la tele cómo España se rompe. Sé que podría petarlo como tertuliano en 13TV, o en otras cadenas que se consideran progresistas, pero nadie reclama mis servicios: no quieren oír verdades. Así las cosas, sentado en la mesa camilla frente a una pantalla en blanco y negro (le he quitado el color), solo me queda una ilusión en la vida: no quiero morirme antes de que cojan a alguien de Podemos conduciendo borracho. Será un gran día.
Porque no hay derecho a lo que están haciendo con el PP de Rajoy. Ahí tienen a la buena de Rosa Valdeón, la vicepresidenta de Castilla y León, dimitiendo por tomarse “dos cervezas”. Bueno, y un ansiolítico. Bueno, y por no detenerse tras golpear a un camión al que estuvo a punto de hacer volcar. Dos cervezas que no serían cañas, sino más bien jarras del Oktoberfest de Munich, puesto que Valdeón dio 0,77 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, el triple de lo permitido.
¿Borracha, dice usted? Pero bueno, ¿es que acaso no tenía toda la razón el líder supremo de los populares, José María Aznar, cuando se burlaba de las campañas de la DGT: “¿Y quién te ha dicho que conduzcas por mí? Déjame que beba tranquilamente”. Claro, coño. El problema no es beber, el problema es que te hagan el control de alcoholemia. Le pondré un ejemplo: Esperanza Aguirre tuvo un follón con el coche en plena Gran Vía, pero como huyó y no permitió que la policía le hiciera la famosa prueba, pues ningún problema. Sin embargo el pardillo de Miguel Ángel Rodríguez, portavoz del Gobierno del PP de Aznar, sopló por el canutillo tras chocar con tres coches y… ¡Bingo! Superó en cuatro veces la tasa permitida.
La lista de miembros del PP que han tenido problemas por conducir ebrios es larga y jugosa. Sin duda una manipulación de los medios bolivarianos al servicio de los antisistema. Déjenles que beban tranquilamente. Mientras lo hacen no hablan, no proponen leyes, no cobran comisiones en negro, no financian ilegalmente al partido, no indultan a sus colegas, no mienten…
Los populares castellano-leoneses aseguran estar orgullosos de su ya excompañera Rosa Valdeón. ¿Por dar positivo con dos cañas? No, por dimitir: “Ha tomado una decisión valiente, es un ejemplo de honradez”. Tienen mucha razón. Lo vergonzoso, lo realmente etílico, lo peligroso para los ciudadanos es la actitud de los podemitas en los bares. ¿Beben como esponjas? No, mucho peor: cantan como camellos. ¿No ha visto usted al tal Pablo Echenique interpretar una jota beoda en plena juerga tabernaria? Eso sí es sancionable, y por eso ha pedido su dimisión el PP aragonés en pleno.
Lo de Valdeón, insisto, es para estar orgullosos. Se lo dice alguien que sabe de que habla.
¡Sublime, Floren!