La izquierda bloqueada

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Jesús Cuadrado *

Jesús_Cuadrado“Somos afortunados con nuestros adversarios”, puede decir con certeza Mariano Rajoy. Un partido y un gobierno inundados por la corrupción de cada día ganan las elecciones y, si no se pone remedio, las seguirán ganado con más holgura en cada ocasión. Por su parte la izquierda se asombra por que tanta gente vote al PP, pero va siendo hora de cambiar la orientación de la pregunta. Aparte Sorias, Ritas o Bárcenas, que ya todos conocen bien, la cuestión es por qué no consiguen más votos los de enfrente, por qué no os votan.

El PSOE y “la rana en la olla”

Sabemos que si se pone una rana en una olla con agua caliente, saltará, pero si se sube la temperatura gradualmente, poco a poco, se cuece hasta que muere. En eso anda el PSOE, elección a elección, desplegando el arte de “ganar, perdiendo”, paso a paso, poco a poco. Adaptándose, como la rana. Esa es la hoja de ruta que le ha marcado al Partido Socialista el grupo atrincherado en Ferraz, el que Rubalcaba organizó para servicio propio en su trayectoria fallida. El que en cada elección, sacando menos votos, se crece como fórmula para no asumir responsabilidades.

La organización socialista está en manos de dirigentes mediocres cuyo único fin es salvar su continuidad. No es “Pedro el Valiente”, con su “no es no” como única bandera, quien va a ser capaz de afrontar los fines contradictorios que el PSOE tiene sobre la mesa, quien pueda exhibir el cuajo de un líder que sabe hallar el equilibrio entre lo factible y lo deseable. No, no es el Franklin Roosevelt, precisamente, que, llegado el caso, asume la tarea de transformar el punto de vista de sus seguidores. Él y los que le acompañan, los López, Hernando o Luena, son más de: “Ahí va mi pueblo, debo descubrir adónde se dirige para poder guiarlo”. Sus relatos, aunque quieren parecer épicos, son un simple deambular de la Ceca a la Meca. No, no es Sánchez el Don Quijote que ataca a los gigantes; el personaje de Cervantes se inventa una ficción sin ser consciente de que es una ficción, delira, pero el dirigente socialista sabe que lo suyo es puro cuento.

Ada Colau y los independentistas

Ada Colau es el liderazgo más contundente surgido del 15M en España. Por eso me extrañó su participación en una manifestación inequívocamente independentista. Existen antecedentes en Cataluña sobre la confusión entre los fines de la izquierda y los del nacionalismo, tanto con el PSUC como con el PSC, y no salieron bien. El historiador Tony Judt analizó con precisión en su gran obra Postguerra lo que él llamó “el separatismo de los prósperos”, en Cataluña y en Italia con la Liga Norte de Humberto Bossi, y lo calificó con razón como “excesos ideológicos”, algo fuera de lugar en un proyecto de izquierda. Si Colau y su grupo pretenden un cambio político en España y combatir a la derecha nacionalista española, ese es el camino equivocado; así conseguirán justo lo contrario.

Por si había dudas, inmediatamente después de la Diada, desde el independentismo enviaron un mensaje cifrado a los comunes de Colau: “ERC no podrá formar gobierno nunca con alguien que no quiera la independencia de Cataluña”. Y por si alguien no les hubiera entendido, insistieron: “De momento con Podem no hay pacto posible, a menos que sus prioridades sean fundar una república”. Por eso no es serio proponer un gobierno de izquierdas en España que dependa de la connivencia de los independentistas catalanes. Es una fantasía o, peor, un engaño, y no está el bloque de las izquierdas en España para bromas. Iglesias y Podemos deberían pensar en ir poniendo ya las luces largas, no sea que la torta se la vuelva a dar toda la buena gente de izquierdas.

Se buscan líderes en la izquierda

Trucos neoliberales aparte, las profundas diferencias de opinión entre derecha e izquierda ni han desaparecido ni van a desaparecer. La pasión política por la igualdad sigue ahí, inamovible, con más razón que nunca, ahora que los niveles de desigualdad se está disparando. El problema en la izquierda española es la falta de líderes capaces de elaborar buenas propuestas, moralmente justificadas, económicamente viables y políticamente movilizadoras. En el PSOE la rana ya no es capaz de escapar de la olla y de Podemos aún se esperan liderazgos transformadores, capaces de desmontar la trampa de la “inestabilidad política” para descalificar a la nueva izquierda y de la que la derecha está sacando petróleo electoral.

Los indignados del 15M, y lo que representaron en el conjunto de la sociedad española, necesitan líderes políticos capaces de hacer su trabajo. Ese milagro aún no se ha producido y esa es la gran carencia de la izquierda en España. Muchos piensan que lo primero es el “programa, programa” y después los liderazgos, pero yo creo que hace falta exactamente lo contrario: primero decidir sobre los liderazgos para pasar cuanto antes a acordar ideas. En caso contrario, lo que ve la gente es una permanente pelea entre jefes, como está ocurriendo, en el PSOE y en Podemos. Salvando las distancias, primero fue Roosevelt y su capacidad de liderazgo demostrada y después el 'New Deal'. Nada que hacer sin liderazgos legitimados, capaces de atraer hacia la izquierda a millones de votantes moderados decisivos para ganar, con la inteligencia contextual necesaria para entender un medio tan cambiante, que sepan conectar con un ambiente general que “es menos de revuelta popular que de desesperación silenciosa”. ¿Cómo lograrlo?

Una gran mayoría de electores desconfía de los actuales procesos de elección de dirigentes, que ven controlados por los que ya están al frente. Los sistemas de primarias abiertas, con normas limpias para hacerlas incontrolables por las burocracias de los partidos, con participaciones masivas como ocurre donde han funcionado bien, no son una medicina milagrosa, pero pueden suponer un tratamiento de choque para unas izquierdas que no están conectando con suficiente número de electores para ganar. La alternativa es que, comprobada la parálisis actual, los electores sustituyan a los militantes en la elección de los líderes de los partidos Hay otra opción: resignarse a que el bloque de derechas crezca y el de izquierdas mengüe.

(*) Jesús Cuadrado es militante y exdiputado del PSOE.
3 Comments
  1. Karlos says

    Tiene razón, la izquierda habla mucho, pero siempre le roban la cartera. ¿Por qué, siendo tan desastre el PP no gana la izquierda o las izquierdas?

  2. Gonzalo says

    Considerar al PSOE a día de hoy izquierda ya es de chiste. Pero un chiste muy malo y rancio.

    Por otra parte, yo voté a Unidos Podemos las pasadas elecciones y fui de apoderado además. No lo volveré a hacer a no ser que los candidatos (todos) se elijan por primarias con un sistema justo y proporcional como el de Ahora Madrid. Además si las bases no redactamos el programa, conmigo que no cuenten.

  3. javielito says

    De acuerdo totalmente con Jesús Cuadrado en cuanto al tema de que en los partidos se necesita democracia interna y participativa en los partidos para poner las bases para solucionar los problemas ya que aunque solo con que haya democracia interna y participativa en los partidos no va a arreglar por si solo los problemas de la sociedad pero sin ello no se arreglarán porque es un paso previo para hacer las cosas de forma democrática.
    En lo que no estoy tan de acuerdo es que al PSOE se le pueda considerar de izquierdas, en otro momento histórico no dudo que lo fuera pero ya no lo es, eso es un hecho comprobable atendiendo a sus políticas económicas.
    La izquierda tiene problemas de democracia interna y participativa eso lo vimos el 26J y bien que lo pago, tiene incluso problemas de discurso de modelo de Estado entre centralismo y descentralización independentistas.
    El PSOE al que al menos hay que poner en cuarentena que sea de izquierda( yo repito que no creo que se le pueda considerar de izquierda ni siquiera socialdemócrata sino más bien demócrata liberal) tiene un problema más grave interno que es que una gran parte de sus cúpulas dirigentes está más cercanas al PP que a la izquierda, así que ese es un problema no menor para que en el futuro pueda haber cualquier entendimiento con el PSOE porque tiene credibilidad cero.
    Muchas cosas tendrán que cambiar en el PSOE para que el personal vuelva a pensar que se puede confiar en él.
    En cualquier caso que empiece a aplicar la democracia interna, a hacer primarias y que al menos las bases decidan los temas fundamentales ya será un paso adelante al menos en su democratización algo que le vendrá bien a todos porque andan escasa de ella.
    Si el PSOE da un giro a la izquierda y se regenera cosa que ahora mismo parece imposible, en el futuro puede pasar cualquier cosa pero ahora mismo el PSOE es un apestado como el PP.
    En cuanto al futuro del modelo de Estado que es uno de los teas que más puede dividir a la izquierda y al PSOE ahora mismo el futuro inmediato pasa por un PROCESO CONSTITUYENTE algo que de no aceptar el PSOE difícilmente vaya a haber acuerdos sólidos en el futuro entre otras cosas porque se va a necesitar a los nacionalistas y lo coherente es un PROCESO CONSTITUYENTE ya que a España hay que reiniciarla el Régimen del 78 ya está agotado.
    En cualquier caso comparto con Jesús Cuadrado que el primer paso es que los partidos se rijan por la democracia interna y hagan primarias y elijan sus listas y dirigentes de forma democrática sin trapas ni cartón ese es el primer paso para todos los partidos.

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