El regreso de los siete magníficos barones

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Pedro Sánchez, en la reunión del Consejo Político Federal del PSOE, que reúne a los líderes territoriales, celebrado hace un año.
Pedro Sánchez, en la reunión del Consejo Político Federal del PSOE, que reúne a los líderes territoriales, celebrado hace un año. / Efe

El próximo jueves se estrena el esperado remake de Los siete magníficos, el western clásico dirigido por John Sturges en 1960. Los amantes del cine del Oeste nunca olvidaremos la magnífica banda sonora, la violencia de algunos tiroteos memorables y, sobre todo, un reparto formado por actores prestigiosos que funcionaba a la perfección.

Coincidiendo con la nueva versión de esta legendaria película, o quizá como impagable campaña publicitaria, el PSOE ha recuperado el concepto básico de tan legendario film. ¿Los siete samuráis? Más o menos: los siete presidentes autonómicos socialistas, los siete barones magníficos, seguramente la pandilla de macarras más resentidos, traicioneros y miserables de la política española. Haciendo frente a estos siete incorregibles malhechores, los chicos malos de Susana, la madame que aspira a dirigir el burdel sociata, se encuentra un tipo gris, triste y solitario que tiene todas las de perder. Un papel peliagudo que está en manos de un actor de belleza esplendorosa pero escasas dotes interpretativas: el hermoso Pedro Sánchez.

En realidad los siete magníficos del PSOE no regresan, porque nunca se han ido. Siempre han estado ahí, agazapados entre bambalinas, jode jode, controlando, medrando, malmetiendo… Ahora salen a la luz, con las pistolas cargadas y hasta arriba de whisky. El crepuscular duelo por el poder socialista es desigual, evidentemente. Pero el joven vaquero solitario, el Gary Cooper de Férraz, ha tomado la delantera y dispone de una oportunidad de oro. Podría matar varios pájaros de un solo disparo: “Si Sánchez forma Gobierno con Podemos me voy del partido”, ha dicho el expresidentes extremeño Juan Carlos Rodríguez Ibarra.

Muchos socialistas de verdad, que aún quedan, se han quitado las boinas, las han lanzado al cielo y las han agujereado con sus Colt 45 (The Peacemaker). ¿Imaginan un gobierno progresista, con Mariano Rajoy y los siete magníficos barones socialistas bañados en brea y emplumados?

6 Comments
  1. Mecacholo says

    ¡¿Que si lo imagino?! ¡Tengo sueños húmedos cada noche con ello!

  2. Selito says

    Buena tiene que estar Mecachica 😉

  3. Ramiro says

    ¡Ja,ja,ja! Genial el post, y que tristeza de partido socialista.

  4. Manchego says

    Buena analogía. Lástima que al autor se pase de frenada con su acusación a Ibarra, que además no necesitaba para explicar su punto de vista. Lo que dijo el extremeño es que se iba «si forma Gobierno con Podemos … y los de ERC y los de Convergencia». Aquí el problema no es Podemos, sino los aliados catalanes, como se puede deducir de los muchos Gobiernos autonómicos (entre ellos, el de Extremadura) en donde gobiernan juntos sociatas y podemitas. Lo que ocurre es que hay mucho interés en hacer ver que el PSOE nunca se aliará con Podemos y que su verdadero aliado será el PP.

  5. matusalen says

    siempre es lo mismo, no hay diferencia entre las conspiparanoias de campo vidal y los voceros podemitas de aqui en cuanto a las discrepancias y juegos sucios supuestos del psoe sobre el camino a tomar, lideazgos y demas juegos de tronos, todo intoxicaciones para intentar debilitar a sanchez y al psoe. nada nuevo desde hace años, al alimon la basura cavernaria y podemita mediatica, tanto que oyendo la mesura reciente sobre el tema de los lideres de podemos, se sospecha sobre el trollismo pepero de estos, algo asi como el cholismo, en futbol. o eso, o reventadores de todo. ferreras es un santo al lado. quien les paga?, el ibex en buena medida, mirar los anuncios……Asi el pp lo tiene a guevo, como seguimos con ppsoe la misma mierda es, y algunos del psoe supuestamente quieren ceder ante el pp, pues razon clara pa no apoyar podemos a sanchez.

  6. Mecacholo says

    Qué tolai, Selito. 😀
    Me acabo de dar cuenta de lo acertado del mensaje escrito de la fotografía: «QUE UNE». Enigmático y paradójico a un tiempo.

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