Recorte de mangas

2
captura-de-pantalla-2016-10-10-a-las-17-13-47
Captura de pantalla de la noticia sobre las mangas de Gerard Piqué en la web del Diario AS.

Gerard Piqué, una leyenda en el centro de la defensa del mejor Barcelona y de la mejor selección española, ha anunciado que abandona ésta última después del mundial de 2018. No está cansado del fútbol, está cansado de las acusaciones de antiespañol que le acompañan desde hace años. Ha tenido que soportar numerosas humillaciones. Por ejemplo, cómo en algunos campos le pitaban cuando, defendiendo los colores de la roja, tocaba la pelota. El pasado domingo dijo basta: “Piqué se recorta los colores de España de las mangas”, se pudo leer ese día en la web del diario AS. “Piqué NO LUCIÓ el detalle rojo y amarillo en las mangas de la camiseta de España”, decía un tuit del programa deportivo El Chiringuito. En las webs de Marca y otros medios, frases parecidas. Le acusaban de haberse cortado las mangas de la camiseta con que se enfrentó a Albania, jugando con la selección, para que no aparecieran unas banderas españolas en los puños.

Tras el partido, Piqué enseñó las mangas mutiladas. Ninguna bandera, ningún símbolo, ningún detalle rojo y amarillo. Completamente blancas. “Me estaba pequeña, y me apretaba. Por eso corté el extremo de las mangas”, dijo el defensa central. Era el final de un acoso, de una persecución. Un recorte de mangas. Habían acabado con la paciencia de uno de los mejores centrales de la historia del fútbol español.

¿El problema de un futbolista despechado? ¿Un tema menor dentro de una sociedad en descomposición? ¿Son más importantes los recortes de una camiseta que los recortes en sanidad y educación? Podría parecerlo, pero no se trata de ninguna frivolidad. Olvide la profesión del protagonista, su cuenta corriente y su facilidad para provocar. Estamos hablando de una victoria de la mezquindad, de un triunfo de la difamación, del éxito de un proyecto de demolición. De un linchamiento lento, minucioso y, por supuesto, premeditado. De pirómanos incendiando las redes sociales. De la ignorancia de la sociedad, de la mansedumbre de las masas y del abuso de los medios de comunicación. Detrás de las mangas cortadas de Piqué está el peor periodismo, es evidente: no hablamos de errores, sino de mentiras. Y algo más. Hablamos de la persecución al que es diferente, al que se escapa de la rueda del hámster, al que piensa, duda, se hace preguntas y opina. Al que tiene sentido crítico. Al que sostiene ideas políticas. Al que no baila la música que tocan. Al que pertenece a una minoría. Al diferente.

Ayer fueron a por el futbolista, mañana vendrán a por cualquiera de nosotros.

2 Comments
  1. qq says

    Es algo que pasa cada vez más en esta sociedad de acoso, pero sobre todo en imparable proceso de derribo. Puede que la víctima más grande de toda esta degeneración que llevamos años sufriendo sea, precisamente, la libertad para pensar y opinar libremente, y para decirlo. Da auténtico miedo.

  2. Mecacholo says

    Me siento Piqué en el AMPA del cole de mis niños.

Leave A Reply