De las manipulaciones de PISA al pacto educativo

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Jesús Cuadrado *

Jesús_CuadradoPara la salud de la Educación en España, el problema no es PISA, el problema son los manipuladores del informe, que, con los mismos datos, un año pueden titular el hundimiento del sistema educativo español y otro año lo elevan a los altares. Si se analizan datos y titulares desde el primer informe en el 2000 hasta el último de 2015, publicado estos días, asombra la capacidad para manipular según convenga en cada momento. Así, los datos de 2012, con una puntuación media de las materias evaluadas de 489 puntos, eran un “varapalo para España”, pero los de 2015, con 492, nos emparejarían con los países más avanzados. Tres puntos hacen el milagro.

Los fundamentos de la manipulación producen vergüenza ajena. En los informes PISA la puntuación media de los países de la OCDE se establece en 500 y la desviación típica en 100. Es decir, si no se leen los datos como si fueran los de la liga de fútbol, las diferencias de diez o veinte puntos son poco significativas y las de cinco puntos, por el tamaño de las muestras, pueden deberse a errores aleatorios. Pero la cuestión no son los datos de rendimiento que ofrece la OCDE en su estudio, que se mantienen estables para España desde el primer informe del año 2000, lo que importa es el mandato neoliberal de la derecha española para inventarse un “fracaso de la educación en España”, útil para sus objetivos.

Si nuestros talibanes neoliberales, los que imponen los titulares periodísticos ante cada informe PISA, dejaran de manipular para convencernos de las bondades de sus modelos de redes educativas segregadas, se podría ver lo evidente, que, como ocurre con nuestro sistema de salud, el sistema educativo español se sitúa en el nivel de los países más avanzados de Europa. En países con resultados similares a los nuestros, como Suecia, Francia, o Austria, a nadie se le ocurre organizar una campaña sobre el supuesto fracaso de sus sistemas educativos. Tenemos una buena Educación, también si se mide con PISA, y además de las más eficientes entre los países más desarrollados.

Ya que los neoliberales españoles citan tanto el estudio de la OCDE, si se cruzan sus datos sobre gasto educativo por alumno aportados en el informe y la puntuación obtenida en las competencias examinadas, los resultados son inapelables. Por cada punto obtenido en PISA, España se gasta 152 dólares, medido el gasto por alumno de 6-15 años, en tanto la media de la OCDE es de 183 dólares, la de EEUU es de 232 y la de Suecia, de 224. Ambos países con los mismos rendimientos escolares que España. Así que ya pueden manipular, pero no modificarán una evidencia: el sistema educativo español está entre los mejores del mundo y es más de los más eficientes. Si nadie lo estropea, consigue lo mismo con mucho menos.

Pero, ¿qué pasa con nivel de repetidores y fracaso escolar, sospechosos habituales? Pues que habrá que hacérselo mirar. Si nuestros alumnos, según PISA, consiguen la misma puntuación en rendimiento escolar que los suecos, por ejemplo, pero su nivel de repeticiones de curso es de un 31%, frente a un 7% de los alumnos del país nórdico, pues, “blanco y en botella”. No es la calidad del sistema, sino la gestión que se hace del mismo, lo que habrá que revisar. En cuanto al porcentaje de alumnos que consiguen el título en ESO, no repetiré argumentos similares a los anteriores, pero recomiendo leer las propuestas muy razonables de Julio Carabaña, uno de nuestros mejores expertos en sociología de la educación, y en análisis de PISA, por cierto.

Ahora, cuando parece agotarse el cuento del “fracaso de la Educación en España” como argumento para esa reforma del sistema del que siempre habla la derecha española, desde la ministra Esperanza Aguirre hasta el inefable ministro José Ignacio Wert, pasan a otro relato-cuento, el de “la brecha entre CCAA”. El método es siempre el mismo, el de manipular y manipular. Se pone de relieve la puntuación obtenida por Castilla y León en el recién publicado informe de PISA-2015, frente a otras como Andalucía. Sí, es cierto, en 2015, en 2003, cuando la Comunidad castellanoleonesa era la primera en las tres competencias evaluadas, y en todos los informes restantes, o en las evaluaciones del ministerio en los años 80, incluso en estudios históricos bien conocidos sobre niveles educativos en 1860. Las diferencias por Comunidades Autónomas, analizadas por muchos expertos, se mantienen estables desde hace muchos años y se conocen sus causas, que tienen que ver básicamente con un indicador que utiliza con detalle el informe de la OCDE, el “índice de situación social, económica y cultural”. Algo que conocen bien los profesores que han ejercido en centros de contextos sociales muy diferentes. Nada nuevo, salvo el afán de enredar.

En la manipulación desarrollada para sacarle petróleo a lo de la “brecha” entre territorios han cuidado poco los detalles. Así, en las “explicaciones” del éxito de Castilla y León, explotadas mediaticamente hasta la nausea, han recurrido a unas clases extraordinarias de matemáticas organizadas por la Consejería de Educación en las mañanas de los sábados como clave para el resultado. Tanta obsesión por “vender producto” les hace no caer en la cuenta de un dato simple: el rendimiento en matemáticas de los alumnos castellanoleoneses en los informes PISA no ha parado de bajar, desde los 515 puntos, en 2006, a los 509, en 2012, y aún a los 506 en 2015. Conclusión: los datos no importan, importa el “mensaje”. Otro “factor” del éxito habría sido, según los mismos vendedores, “la paz social”, o “sindical”. Me pregunto en qué apartado de qué tomo de los informes de la OCDE se establece esa relación entre resultados y ausencia de conflictos laborales, o por si, tal vez, en Andalucía habría menos “paz social”.

Lo que sí señala PISA son datos explicativos sobre resultados que los grandes medios de comunicación no han debido ver. Por ejemplo, que el 44% de los padres madrileños de los alumnos que hicieron las pruebas tenían estudios universitarios, frente a un 28% de los padres andaluces. Según el propio informe, los estudios de los padres llegan a explicar diferencias de más de dos cursos académicos en los resultados en puntos, hasta 90, de los alumnos. Pero eso, seguramente, supone mucho detalle para el análisis, así que preparémonos para otros quince años de manipulación, ahora a cuenta de la “brecha”.

Por cierto, si se hubieran tomado la molestia de cruzar datos para “saber”, habrían podido comprobar diferencias espectaculares en el nivel de eficiencia entre Comunidades Autónomas. Así, si se calcula el coste de cada punto PISA, teniendo en cuenta el gasto público per capita en cada Comunidad, se obtiene que le sale el doble de caro al País Vasco que a Andalucía, es decir, serían, siguiendo los criterios OCDE, el doble de eficientes los andaluces que los vascos.

Si se va a ir hacia un pacto educativo, la primera labor que habría que pedirle a las izquierdas es que se esfuercen en limpiar la atmósfera de las manipulaciones sobre los informes PISA. Aunque poco se puede esperar si en el PP siguen dominando las antiguallas thatcherianas, como las que escribía hace unos días en El Mundo Esperanza Aguirre, o utilizaciones políticas como las que obsesionan a los nacionalistas. Me conformaría con que escucharan con atención las recomendaciones de expertos como Mariano Fernández Enguita o Julio Carabaña. Sirva como ejemplo la advertencia de este último sobre el intervencionismo político en Educación: “Al dar rango le Ley a las discusiones sobre didáctica, agrava de modo intolerable la vieja tradición de expropiar a los profesores la facultad de decidir cómo enseñar y de cómo organizar a los alumnos para la enseñanza. Facultad esta que constituye la misma esencia de la profesión de profesor”. Amén.

(*) Jesús Cuadrado es militante y exdiputado del PSOE.
3 Comments
  1. PACO says

    eso; donde las ideas de las izquierdas sobre educacion ahora mismo.

  2. matusalen says

    joder!! pero con ese batiburrillo de cifras, desviaciones, pajas estadisticas, quien se va a dedicar a educar?.

  3. juanjo says

    hay personas, animales y cosas, y sobre todo entidades internacionales, que con tal de hacer negocio son capaces de inventar estupideces de tan amplio calibre como los demenciales informes PISA
    ….
    Y una sugerencia para los guripas de PISA.

    Si en lugar de “estabilizar” por 100. Lo hacéis por 100.000 millones, la gamberrada podría ser más espectacular

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