Recuperar al ‘viejo topo’ para la juventud

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Isabel Serra, Pablo G. Perpinya, Maitane Huarte Vicente y José Ignacio García Sánchez *

Logo de la candidatura de Anticapitalistas 'Podemos en Movimiento'.
Logo de la candidatura de Anticapitalistas 'Podemos en Movimiento'.

Intentar que las propuestas políticas centren la atención de la II Asamblea Ciudadana de Podemos se ha convertido en una quimera a la que desgraciadamente nos hemos terminado acostumbrando. Un debate estratégico al que se le han impuesto unos mimbres más propios de un reality show, cuyos participantes te acosan en las redes sociales en busca del preciado “click” en el archiconocido portal participa.podemos.info. La mercadotecnia engulle, los dos grandes aparatos aplauden el modelo, y muchos y muchas militantes se preguntan si verdaderamente alguien está dispuesto a remangarse para reorientar esta forma de hacer política.

Vistalegre II va de banderas. Quien más alto la levanta anota un punto con independencia del contenido de la propuesta o la viabilidad de la misma; es lo que tradicionalmente se ha llamado un debate de poses y que, en la actualidad, reivindicamos como postureo. Más allá de lo divertidos que puedan resultar para el espectador y la espectadora algunos de los números que con tanto esmero se están representando, el show indudablemente es un problema para una organización que pretende salir fortalecida del proceso. Habrá que hacer cuentas, pero todo hace pensar que terminado el baile de hashtags, que esta vez han sido protagonistas hasta en la cena de Nochebuena,  poco quedará más allá del historial de mensajes y la quemazón de miles de inscritos e inscritas.

Vistalegre II está dejando asuntos pendientes y una de ellos es el debate en torno a lo juvenil. El desarrollo de la crisis ha aumentado la brecha social hasta un punto de no retorno. Las viejas clases medias, más empobrecidas que nunca, asumen que el paso del tiempo no se traducirá en una recuperación automática de  las condiciones de vida que las políticas de austeridad han ido machacando desde 2007. Poco o nada queda de aquél tiempo en el que el acuerdo social garantizaba un cierto bienestar para amplias capas de la población y por tanto resultaría ingenuo pensar que este sistema en ruinas puede reformarse con una simple mano de pintura y obtener unos resultados similares a los de hace quince años. Entre los segmentos de la población más conscientes de esta circunstancia están los y las jóvenes, tanto por las condiciones materiales como el proceso de politización que muchos y muchas vivieron durante el ciclo 15M. Esto debería ser suficiente como para que lo juvenil centrara una parte importante de los debates de un partido que aspirar a ser dirigente del cambio político y social, y que es el primero entre los y las votantes de menor edad.

Desde Podemos en Movimiento, la candidatura liderada por Miguel Urbán, hemos querido aportar nuestra perspectiva sobre lo juvenil en Podemos situando como prioridad la necesidad de un espacio que intervenga con autonomía, con una cultura política que supere los déficits demostrados en los últimos años y que no pretenda resolver por decreto cuestiones que requieren de una construcción progresiva. En nuestro planteamiento, tras Vistalegre II, debe abrirse un proceso de debate en todos los territorios que permita llegar a diciembre de 2017 con un programa juvenil representativo de las diferentes realidades del estado, y que logre sintetizar las necesidades organizativas que se hayan expresado para que la futura organización juvenil sea un instrumento útil para el cambio, y no las juventudes convencionales de un partido. La construcción acelerada de los últimos tres años nos ha permitido conquistar mucho espacio por arriba, pero también nos ha dejado una organización invertebrada y estamos pagando las consecuencias. Por eso la propuesta juvenil que hacemos quiere incorporar una forma diferente de entender la actividad política que puede ser de gran utilidad en una fase no condicionada, a priori, por las citas electorales.

La maduración en Podemos exige recuperar al “viejo topo”, ese revolucionario paciente llamado a perforar el subsuelo del régimen del 78, hasta abrir un vía para el cambio radical y democrático. En este punto los asaltadores y las asaltadoras de cielos se tienen que convertir en militantes, las instituciones en espacios al servicio de la gente, las disputas por el trono en debates de ideas… ¡Hay que estudiar! Elevar el nivel político de nuestros órganos y asambleas, formar cuadros del cambio y curtirse en el instituto y en la facultad, en el barrio y en el curro, en los movimientos sociales… Definitivamente los jóvenes y las jóvenes de Podemos tenemos que estar pegados al conflicto social, porque es aquí donde se aprende y sobre todo donde nuestra actividad es más necesaria.

Si este es el camino, la gente de Podemos en Movimiento estaremos en primera fila.

(*) Isabel Serra es consejera y diputada Podemos Comunidad de Madrid, Pablo G. Perpinya es concejal y responsable de juventud de Podemos Comunidad de Madrid, Maitane Huarte Vicente es responsable de feminismo del Consejo Ciudadano de Donostia y José Ignacio García Sánchez es responsable de juventud de Podemos Andalucía.
2 Comments
  1. Miguel Angel says

    Desde el ambito pedagogico estoy de acuedo con la exclamación ¡Hay que estudiar¡…..los textos de Nicolás Gonzalez Varela son apropiados para el inicio….Lenin y la política electoral
    09/01/2017 | Nicolás González Varela http://vientosur.info/spip.php?article12097 ( Textos de NicolasGV: http://www.rebelion.org/mostrar.php?tipo=5&id=Nicol%E1s%20Gonz%E1lez%20Varela&inicio=0

  2. Etxea says

    Hermanas Serra y Asociados.

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