Llamazares

“Me plantearé dejar Izquierda Unida si vuelve a cometer el error de ir con Podemos”, amenaza el tertuliano Gaspar Llamazares desde las páginas de un fanzine digital ultraconservador. El político cuya imagen sirvió al FBI para recrear a Bin Laden, en un retrato-robot que supuso su consagración a nivel internacional, consigue con estas declaraciones que la izquierda se tambalee. “¡Que se marcha otra vez Llamazares! ¡Que se marcha otra vez Llamazares!”, gritan desconsolados y sumergidos en mares de lágrimas, vagando por las calles como pollos sin cabeza, los votantes de IU.

Llamazares ha realizado estas estremecedoras declaraciones al tiempo que inscribía un nuevo partido, Actúa,  junto a Baltasar Garzón. Pero cuidado, porque lo han hecho “sin vocación electoral”. Los que creíamos que la verdadera vocación de un partido político es la electoral, es decir la acción, la opción de cambio, podemos llegar a aturullarnos. ¿Qué mueve a la creación de un nuevo partido sino su vocación electoral? Los mal pensados, que los hay, podrían creer que la intención de los recién nacidos es arañar seguidores a los partidos actuales, a la izquierda con vocación electoral. Lo cual sería una lástima, por lo que supondría de nueva división en la única alternativa de Gobierno viable. Y porque diría muy poco de un Llamazares que no termina de encontrar su sitio en la escaleta política española.

Donde Llamazares parece más cómodo, el lugar donde da lo mejor de sí mismo, es en La Sexta. En la cadena de izquierdas de Atresmedia el líder de Actúa forma parte de la cuadra de tertulianos más brillante del país: Marhuenda, Inda, Pérez Henares, … Una excelente plataforma publicitaria para un hombre que, como su amigo y compañero de micrófono Antonio Miguel Carmona, parece pertenecer a un tiempo pasado, a una política de salón, a un partido sin verdadera vocación electoral.