CATALUÑA / El nacionalismo no es el súbito despertar de una autoconciencia geográfica, sino que inventa naciones donde no las hay

La Revolución de los esnobs

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esnobs
El secesionismo catalán se comporta como la decimonónica Lady Susan Scraper de Thackeray, que es el arquetipo del esnobismo. / Nagy István (Flickr)

Conforme el terco secesionismo catalán insiste en escenificar ante el mundo su suicidio colectivo, los espectadores vamos encajando las piezas del rompecabezas nacionalista. Ahora sabemos que el procés catalán consta de tres sectores. En primer lugar, los líderes políticos herederos del nacionalismo concebido como gran trama de corrupción subvencionada, que ideó y montó en 1970-80 Jordi Pujol, sembrador de los vientos hoy tempestades. En segundo lugar, la población sometida durante cuatro décadas a un proceso de adoctrinamiento y manipulación a través de centros educativos, instituciones y medios de comunicación, en especial el canal autonómico público TV3. En tercer lugar, la mayoría silenciosa cuyo mutismo ha permitido desarrollar este dislate durante años, aportando a Cataluña una peligrosa apariencia de “normalidad”.

España es una democracia occidental donde los contrarios al secesionismo hubieran debido expresar libremente su oposición al régimen nacionalista

El miércoles 18 de octubre Fernando Savater ―cuya socarronería puede impedir a algunos apreciar su lucidez― le decía a Susanna Griso en el programa Espejo Público una frase que pasó inadvertida a los redactores: “El esnobismo en Cataluña es la enfermedad cultural más extendida que hay: todo el mundo es esnob y todos son profesionales del esnobismo”. Esta es, ni más ni menos, la explicación del torticero silencio de cientos de miles de catalanes, un silencio que cuesta entender teniendo en cuenta que España es una democracia occidental donde los contrarios al secesionismo hubieran debido expresar libremente su oposición al régimen nacionalista mediante manifestaciones ―las de Sociedad Civil Catalana pudieron haberse organizado hace décadas―; proclamas en los medios de comunicación; apelaciones a la comunidad internacional; documentales, películas y demás. Recordemos el “Quien calla parece consentir” de Tomás Moro que, mudo ante el absolutismo de Enrique VIII, acabó en el cadalso.

Efectivamente, el esnobismo al que aludía Savater define bien a un amplio sector de la población catalana, cuyos aires de superioridad pueden parecer risibles en el Occidente meritocrático del siglo XXI, pero amalgaman a cientos de miles de españoles nacidos en la esquina nororiental del país. Quienes leímos a William Thackeray pensábamos que la democracia occidental había superado la era del esnobismo que el gran escritor desmontaba con sorna británica hace ya 170 años. Su Libro de los esnobs (1848) es una anatomía social que cataloga a Reino Unido en “grupitos” marcados por lo que podríamos llamar un tribalismo arribista y defensivo: esnobs aristocráticos, esnobs respetables de clase media, esnobs de ciudad, esnobs de pueblo, esnobs religiosos, esnobs literarios, esnobs académicos, esnobs políticos, esnobs anfitriones, esnobs matrimoniales, esnobs asociacionistas y demás. Por completa que pueda parecer la taxidermia humana de Thackeray, le faltó el esnobismo nacionalista, pese a haber incluido a los esnobs irlandeses ―“no se creen superiores al mundo como los esnobs ingleses; se saben inferiores, pero lo disimulan”― y a los esnobs ingleses en general, cuya “soberbia insular asombrosa e indomable les impide apreciar nada que no sea inglés y los hace universalmente odiados”.

Existe una trama corrupta supremacista que se publicita como un movimiento que lucha por traer a España, vía Cataluña, la auténtica democracia

Creerse superior a los demás por un supuesto estatus grupal o geográfico no solo es contrario a todo lo que representa la civilización occidental, cuya movilidad social es una de sus fortalezas, sino que es un preocupante signo de atraso histórico. Al blandir abiertamente este desprecio a todo lo no propio, el secesionismo catalán se comporta como la decimonónica Lady Susan Scraper de Thackeray, que es “el arquetipo del esnobismo, pues cree que ella, su familia y sus posesiones son superiores a cualquier otra cosa; y manifiesta esta pretenciosidad en todo cuanto hace”. En pleno siglo XXI, por tanto, asistimos a la paradoja de que en un ángulo muerto de la democracia española se ha instalado, al amparo de la corrección política, una trama corrupta supremacista publicitada como un movimiento que lucha por traer la auténtica democracia a España vía Cataluña. ¡Ahí es nada! La eficacia del marketing secesionista es tal que el 5 de noviembre la madrileña Beatriz Talegón ―abogada y ex secretaria general de la Unión Internacional de Jóvenes Socialistas que abandonó el PSOE en 2015― aseguraba en su cuenta de Twitter que “La población catalana tiene una cultura democrática muy por encima de la media española. Por eso aquí no se entiende casi nada”. Es decir, que la esnob Lady Catalonia parece haber convencido también a amplios sectores del resto de los españoles de que ella, los suyos y su terruño son superiores al mundo.

Recordemos que el procés es una gran mafia orquestada hace cuatro décadas por un pequeño grupo de políticos corruptos que han adoctrinado a cientos de miles de catalanes, hoy convencidos de que la paranoia identitaria es una heroica reivindicación de libertad. El pegamento que habría amalgamado a los líderes corruptos con los secesionistas adoctrinados y con la mayoría silenciosa sería ese esnobismo grotesco del “alma controlada por la geografía” de Santayana. Porque el nacionalismo no es el súbito despertar de una autoconciencia geográfica. El nacionalismo inventa naciones donde no las hay.

10 Comments
  1. govinda shanti says

    Es una pena que un artículo tan atractivo haya prescindido en su análisis del hecho cultural tan arraigado socialmente que todo nacionalismo, y más el catalán, también conlleva. La autora podría (y debería) intentar ser más objetiva, y sus enfoques ganarían en eficacia y credibilidad sin perder mordiente.

  2. LDMuras says

    De verdad no veo yo que nos puede decir un libro de mediados del siglo XIX , de una metrópoli imperial del nivel de Inglaterra, sobre la Cataluña actual y lo mismo todo el discurso que le acompaña, es como si a mi se me ocurriera sacar un novela ejemplar de nuestro genial cervantes o leer un capítulo del Criticón donde al señor cura le entraban las
    calenturas , las ocurrencias de Sabater fuera lugar me recuerda algún personaje
    del Fray Gerundio de Campazas, no sería mejor leerse un libro como , El Dios
    de la modernidad ,o similar , acaso pasa solo en Cataluña..????? o es bien europeo de siempre ,¿ dónde se inventó el nacionalismo y además EL DE ESTADO como hacha de Jano ? , de nación
    estado y estado nación sino en Europa , no son liberalismo ,socialismo y nacionalismo las fuerzas y movimientos que nos
    formaron y deformaron en los dos últimos siglos. Y no es este artículo el discurso del nacionalismo de
    estado DE LOS AÑOS 30, Y en inglaterra ademas lo de Escocia como lo solucionaron???

  3. Andrés Morales says

    ¿Cuando dice » la esnob Lady Catalonia parece haber convencido también a amplios sectores del resto de los españoles de que ella, los suyos y su terruño son superiores al mundo», se refiere a Beatriz Talegón, nacida en Madrid? Pues entonces, y viendo que el resto de lo escrito en este panfleto de la señora Gabriela, va en la misma línea de descalificaciones y de mostrar su opinión personal, me queda claro que no pasa de ser una rabieta expresada por escrito, con pataleta infantiloide incluida, lo cual le resta todo interés… Tómese algo para relajar esa rabia incontenible que destila a través de sus letras, señora Bustelo, o acabará dándole un jamacuco… 😉 Un saludo, que lo cortés no quita lo valiente, y viceversa 🙂

  4. florentino del Amo Antolin says

    Se juntó todo, hija: Fernando, el taxista, el charnegismo Español, y muy Español. Mira Gabriela, desde el 46 lleva el franquismo, metiendonos ideas, formas de pensar y de cantar; primero en blanco, y negro, despues en colores… 71 años dandome por todos los lados… ¡ Todavia no me han convencido, en nada !. Tu, estas en una campaña de un lado: ¡ ese no roba, ni prevarica,.. Solo los Catalanes cullons !. Tienes razón en una cosa: » El Nacionalismo inventa Naciones donde no las hay «. El Estado Español, es el que más siente esa llamada Nacionalista; desde el 36. Para tí, el Fernando, El taxista, los nuevos Franquistas… ¡ Solo hay en el Mundo una Nación, y es la Española !. Jo, el espiritu nacional, lo estoy perdiendo… ¡ No nos vendas más Gabriela… Estamos hasta allí !

  5. LDMuras says

    De verdad no veo
    yo que nos puede decir un libro de mediados del siglo XIX de una metrópoli imperial del nivel de Inglaterra sobre la Cataluña actual
    y lo mismo todo el discurso que le acompaña es como si ami se me ocurriera sacar un novela ejemplar de nuestro genial cervantes o leer un capítulo del Criticón donde al señor cura le entraban las
    calenturas , las ocurrencias de Savater fuera lugar me recuerda algún personaje
    del fray gerundio de campazas no sería mejor leerse un libro como El Dios
    de la modernidad o similar , acaso pasa solo en Cataluña..????? o es
    bien europeo de siempre , donde se inventó el nacionalismo y además EL DE ESTADO como hacha de Jano , de nación
    estado y estado nación sino en Europa no
    son liberalismo socialismo y nacionalismo las fuerzas y movimientos que nos
    formaron y deformaron en los dos últimos siglos. Y no es este artículo el discurso del nacionalismo de
    estado disfrazado de cosmopolitismo imperial .

  6. Eva says

    «…. En primer lugar, los líderes políticos herederos del nacionalismo concebido como gran trama de corrupción subvencionada, que ideó y montó en 1970-80 Jordi Pujol, sembrador de los vientos hoy tempestades. En segundo lugar, la población sometida durante cuatro décadas a un proceso de adoctrinamiento y manipulación a través de centros educativos, instituciones y medios de comunicación, en especial el canal autonómico público TV3. En tercer lugar, la mayoría silenciosa cuyo mutismo ha permitido desarrollar este dislate durante años, aportando a Cataluña una peligrosa apariencia de “normalidad”….» Buen resumen.

    Es muy significativa la existencia de esa «mayoría silenciosa» . En situaciónes de conflicto extremo entre sectores de la población,como pueden darse al final de una guerra civil,o en un régimen totalitario, siempre hay un sector que se expresa ruidosamente y otro que calla . Esto denota claramente qué parte ostenta el poder .En Cataluña está muy claro desde hace tiempo. Por eso me resulta enervante esa pose victimista que adoptan ,individual y colectivamente. Quizás no todos se lo crean,seguramente ese «pequeño grupo de políticos corruptos que han adoctrinado a cientos de miles de catalanes…» no, pero muchos sí, a pesar de que la realidad,diga ¡grite! lo contrario.

    Saludos

    1. florentino del Amo Antolin says

      ¡ Que mayoria silenciosa, ni que ocho cuartos !. Será, descontando los desperfectos en Catalunya Radio por los silenciosos ultras Españoles- Catalanes. Amiga, En el Parlament; cada grupo tiene sus representantes pasados por urnas. Vamos que se han colado los dictadores del 3 %… Cuanto nos han robado, la derecha españolista y muy Española. Reconoce que esos, silenciosos… ¡ Las matan callando !. No debeis otorgaros la representatividad de Toda Catalunya, sois, menos… Pero con muy mala leche !. Desde cierto año triunfal Adoctrina hasta Gabriela Bustelo. ¿ Porque sera ?…

      1. Eva says

        Pobrecitos!

  7. Ferrando.com says

    Qué esfuerzo y que pedantería derrocha la autora para comunicar uno más de los lugares comunes que el franquismo casposo propagó a los cuatro vientos sobre los catalanes! Ahora el frustrado de Savater dice que los catalanes son snob y la amiga Bustelo actúa de correveydile mediático y nos lo repite como un papagayo. La verdad es que este pretencioso y snob artículo no da para más.

  8. maría álvarez-folgado says

    Como catalana no independentista, la expresión ‘mayoría silenciosa’ empieza a cansarme un poco. Para empezar, la manera en como la usa la autora es extremadamente despectiva para con la gente que llevamos años plantando cara a las ideas nacionalistas: da la sensación de que los que protestamos ante los abusos nacionalistas no hayamos existido nunca. Realmente, si no fuera por los (muchos!!!!) que nos negamos a comulgar con las piedras de molino ofrecidas por el nacionalismo…..la cosa sería bastante peor. Pero es que además, el uso y abuso de esta expresión implica algo más insidioso y condescendiente: Por qué ‘mayoría silenciosa’ en Cataluña y no ‘mayoría sorda’ en España? Como digo, por aquí mucha gente llevamos años SIN CALLARNOS, ha surgido un partido como Ciudadanos y una Organización como SCC (sin ayuda de la ‘mayoría sorda’), y otra mucha gente lleva tiempo denunciado, con gran coste social, profesional y personal, los estragos del nacionalismo…..y que yo sepa (con los medios catalanes controlados por la generalitat) tampoco venían los de la 6, El País, u otros medios, a ponerles un micrófono delante cada día para que se les oyera bien alto. Ahora que parecen haber descubierto ‘el problema’, quieren dar a entender que si no se dieron cuenta antes es porque en Cataluña estábamos ‘callados’…..Pues pregunten a Girauta, Gregorio Morán, Santiago Trancón, Antonio Robles,,,,y muchos otros. No nos proyecten su sordera e ineptitud como periodistas/opinadores.

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