POLÍTICA / De la veintena de partidos regionalistas activos hoy en Europa, casi la mitad son españoles

¿Por qué lo llaman nacionalismo cuando quieren decir corrupción?

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partidos nacionalistas
Jordi Pujol y José María Aznar, durante un acto celebrado en 2002. / Efe

En un bar de Triana me asegura la autora Remedios Zafra ―ganadora del Premio Anagrama de Ensayo 2017 por su obra El entusiasmo― que vivimos en tiempos de una sobreabundancia de información ordenada por la caducidad y la velocidad. Esa tiránica rapidez nos obliga a apoyarnos en ideas preconcebidas, porque el alud de datos requiere una pausa reflexiva que nadie parece dispuesto a hacer. Para intentar comprender el escenario político español, cuya vertiginosa autorreferencia desdeña la objetividad, conviene hacer un receso. Desde 2015 estamos asistiendo a la inmolación de los grandes partidos nacionales, pues las jóvenes generaciones se han propuesto liberar al votante español del masoquismo político que le hizo refrendar la corrupción durante cuarenta años. Podemos fue el instigador de un terremoto político que ―como suele suceder― ha devorado a los propios precursores, siendo Ciudadanos la alternativa funcional que hoy se alza incólume entre los escombros de la vieja España. ¿Recuerda alguien el poderoso mantra con el que Pablo Iglesias subió al podio político, aquel argumento demoledor, tan eficaz que ni los más feroces anticomunistas eran capaces de rebatirlo? El concepto de ‘la Casta’ entusiasmó a la prensa española, cuyos columnistas le dedicaron centenares de artículos. Lo que denunciaba Pablo Iglesias era que las cúpulas de los cuatro grandes partidos españoles (PP, PSOE, CiU y PNV) formaban una élite coordinada que había impuesto en España un proyecto fracasado.

Un reduccionismo mediático en la prensa española asegura que el PP usa el nacionalismo catalán como cortina de humo para tapar su propia corrupción

Andando el tiempo, la prensa versionó el concepto de ‘casta política’, reduciéndolo a los dos partidos nacionales (PSOE/PP) y descargando de responsabilidad a los grandes partidos nacionalistas de Cataluña y el País Vasco. Un segundo reduccionismo mediático asegura ahora que el PP usa el nacionalismo catalán como cortina de humo para tapar su propia corrupción, repitiendo una letanía que ―por cierta que pueda ser― descarga de nuevo a los partidos nacionalistas españoles de toda responsabilidad en la corrupción sistémica que sufre España. Merece la pena detenerse, por tanto, en el concepto de ‘partido nacionalista’. En Occidente los partidos nacionalistas se han multiplicado tras el crash económico de 2008 y tras los atentados islamistas sufridos en Europa y en Estados Unidos, pero también como reacción frente a las medidas de austeridad y frente a la crisis migratoria producida por el creciente número de refugiados, solicitantes de asilo y necesitados que pretenden entrar en Europa procedentes de Oriente Medio, África, los Balcanes Occidentales y Asia del Sur. Según la catedrática austriaca Ruth Wodak, autora del libro La política del miedo, los partidos nacionalistas europeos pueden dividirse en cuatro tipos: 1) Partidos ambivalentes con el fascismo y el nazismo, como los surgidos en Austria, Hungría, Italia, Rumania y Francia; 2) Partidos anti-islamistas, como los existentes en Países Bajos, Dinamarca, Polonia, Suecia y Suiza; 3) Partidos contrarios a determinadas minorías étnicas, como los de Hungría, Grecia, Italia y Reino Unido; y 4) Partidos con un programa conservador-reaccionario cristiano, como los creados en Polonia, Rumanía y Bulgaria.

La mayoría de los partidos nacionalistas europeos son conservadores y euroescépticos, pero solo diez de ellos tienen una cuota de poder relevante

La lista de partidos nacionalistas europeos activos en la actualidad casi alcanza un total de setenta e incluye formaciones centenarias como el Sinn Fein irlandés (nacido en 1905), organizaciones veteranas como el FPÖ austriaco (fundado en 1956 y hoy el tercero de su país) o el ultraconservador SVP suizo (fundado en 1971 y hoy el primero en el Consejo Nacional, con 65 diputados de 200). El Fidesz nacionalista antiinmigrante de Viktor Orbán (fundado en 1988 como partido anticomunista) gobierna en Hungría en alianza con los democristianos. El partido ultranacionalista polaco Ley y Justicia, fundado en 2001, gobierna su país desde 2015. La mayoría de estos partidos nacionalistas son conservadores y euroescépticos en mayor o menor grado, pero solo diez de ellos tienen una cuota de poder relevante. En esta lista de partidos nacionalistas europeos aparecen cuatro partidos españoles de extrema derecha: Falange de las JONS, Democracia 2000, Democracia Nacional y La Falange, todos sin representación parlamentaria. Pero de la veintena de partidos nacionalistas regionalistas activos en la Europa de hoy, casi la mitad son españoles: vascos, catalanes y gallegos.

En Estados Unidos hay partidos nacionalistas en los estados de Alaska, California, Delaware, Connecticut, Hawaii, Michigan, Minnesota, Michigan, Nueva York, Maryland, Ohio, Oregón, Puerto Rico, Rhode Island, Carolina de Sur, Utah, Vermont, Washington, Wisconsin y Virginia. Ninguno de ellos tiene relación alguna con los dos grandes partidos nacionales: el Partido Republicano y el Partido Demócrata. Desde que Trump llegó a la Casa Blanca, el movimiento secesionista californiano parecía haber cobrado fuerza. La secesión de California ―o de cualquier estado de la Unión― requeriría la aprobación de otras 38 cámaras regionales y de obtener mayorías de dos tercios tanto en el Congreso como en el Senado para aprobar una enmienda constitucional, ya que la Constitución no proporciona ningún mecanismo para la secesión estatal. Huelga decir que sería inimaginable que el Partido Demócrata o el Partido Republicano pactaran algún tipo de acuerdo con un partido nacionalista de alguno de los estados. Como sería inconcebible que los impuestos de los ciudadanos estadounidenses se usaran para financiar partidos nacionalistas cuyo único fin fuera la destrucción del país. Del mismo modo, sería propio de una película de política-ficción que algún partido nacionalista estadounidense llegara a manejar tales cantidades de dinero como para tener un historial de corrupción como el de Convergencia. La Constitución de Estados Unidos protege al país de sus enemigos internos y los jueces aplican sin dilación las leyes.

4 Comments
  1. florentino del Amo Antolin says

    Los ejemplos todos ellos, pueden tener alguna similitud; pero las comparaciones son odiosas. ¿ Para qué hablar de EE UU ?… Si te importa siempre más, estos nacionalismos regionales de mierda: Catalunya, Euskadi, Galiza. La destrucción del dialogo que practicas visceralmente, te incluyes en un ambito predemocrático ( con descaro ). Tu mezcolanza, u añoranzas politicas un democráta no las puede compartir. Quizas, seas mosca cojonera que no mira lo social con los mismos ojos que pones a las cuentas de financiación naranjas ( no me refiero al banco ). Tú, ¿ le entregas a la vecina la paga para que te la administre ?. Gabriela, en este Estado atado y bien atado; no permite emanciparse a nadie, el pufo cañí nos necesita a todos. Sí, tambien esos que odias y les nombras tan continuamente…
    Podian hacer lo que hacen los nazionalistas españoles, y mucho españoles; una financiación democrática, tipo: ERES, Gurtel, Lezo… ¡ Todo en » B » !; con puertas giratorias, y mamandurrias varias. Así, como untar a los medios de difusión con anúncios oficiales; aglutinados en manos privadas. Lo Público, sí es de todos; los intereses privados, son de cada cual. Por esto el estado, no puede odiar al que suministra el X % del PIB. Tampoco volver al franquismo renovado de FAES… ¡ Los Púeblos no son tontos !.

  2. Félix says

    Muy bonito, pero sin ánimo justificar a ciertos catalanistas, galleguistas y vasquistas, la señora Bustelo evita decir (doy por hecho que lo sabe, por eso digo que «evita») que el PP también es un partido nacionalista… ¡Quia!, ¡es ULTRAnacionalista!; además de que también está tocado por la corrupción… ¡Quia!, ¡es el más tocado por la corrupción! A mayores, el PP no solo es nacionalista en el sentido peyorativo que le da la señora Bustelo (el nacionalismo no es delrznablr per se), sino que además es tan anti-inmigrantes como el Fidesz húngaro y tan ultracatólico preconciliar como el partido polaco Ley y Justicia.
    Es una lástima que alguien pretenda defender la idoneidad del mosaico español arremetiendo contra los nacionalismos periféricos y omitiendo que el nacionalismo más excluyente de la Península, el nacionalismo que más y mejor genera y alimenta las «capillas etnicistas», el nacionalismo que más y mejor envenena las relaciones sociales es el ULTRAespañolismo que habita en el seno del PP, heredero perfecto del nacional-catolicismo franquista que con tanto éxito inyectó en los españoles y españolas como la señora Bustelo que la historia siempre acaba de empezar… ¡ayer mismo, no más!; porque así, por ejemplo, es más fácil esconder los Decretos de Nueva Planta de Felipe V, o cómo y para qué el primer Borbón regaló Mahón y Gibraltar a Inglaterra… etc. etc. Así es como actuó el españolismo entoce,s siglo XVIII, y como ha actuado durante el XIX, el XX y lo que va del XXI, con la palabra patria cosida en la boca y destilando fórmulas estúpidas como la del patriotismo constitucional, idiotizando al ciudadano a la vez que malgobernando el erario y el país en beneficio de una minoría.
    Está muy bien ventilar los males y/o los errores de los nacionalismos exacerbados, pero eso es válido si se empieza por los cimientos y, sobre todo, sin silenciar que el nacionalismo peninsular MÁS DISGREGADOR, tanto por su duración en el tiempo como por los efectos de sus acciones, es el ultranacionalismo español que desde 1976 tan fielmente representan AP y su hijo, el PP.

  3. BENJAMINFERNANDEZ111 says

    El mayor problema que seguimos teniendo los españiles,es que el nacionalismo español biene del franquismo y tratan de impedir otro tipo de nacionalismos atacando a partidos que lo están intentando como es el caso CATALÁN,Del PV no se puede decir que son nacionalistas,sino mas bien gestores del sistema de un régimen venido de lejos. Si es cierto que dicen ser que son nacionalistas, pero no en la práctica por estar dominado el nacionalismo peneuvista por las derechas convencionales del nacionalismo integral de las derechas heredads de la transición del 78 con un despliegue de banderas por todos los rincoones de España. con un ejército de ultranacionalistas agresores de corte nazi,franquista, que actuan con la mayor presunta impunidad.

  4. richi says

    Articulo capcioso a mas no poder… y gratuito: pretende que es Ciudadanos «la alternativa funcional que hoy se alza incólume entre los escombros de la vieja España», jo.. si hasta parece escrito por el primo de rivera… y Cs es mas «nacionalista» que el PP o CyU..la diferencia en ese popurrí es que los «nacionalismos» hispanos no son proteccionistas sino adeptos al neocapitaismo y globalización: todo el poder para las corporaciones, y para nosotros, las comisiones: la base de su corrupción. Y su receta final del buen hacer de EEUU, patética. Ahí también mandan dos partidos nacionalistas a ultranza, y con una corrupción institucionalizada. Otra cosa es que la población catalana pretenda autoadministrarse y alejarse de la opresión de un estado que la ve como extraña y chivo expiatorio: mejor lidiar con mi corrupto que con los dos.

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