Podemos, Podemos y Podemos

El lenguaje político en -mos mayor me está haciendo odiar los verbos en primera persona del plural. Denuncio y combato la chulería y el totalitarismo gramatical, a la moda podemita.¿En nombre de qué iglesias maquiaveleras y monederos falsos me incluyen en esos -mos?
Como si no tuviéramos bastante con la «corrupción» en dineros, nos viene la vieja Juventud 2015 con la perversión gramático-discursiva-performativa.
¡Guerra al lenguaje totalitario y a los círculos de ofensiva gramatical!