Apple, un quiosquero preocupante
La portada del diario Público fue retirada el pasado miércoles de la publicidad de la tableta informática iPad, el nuevo ordenador de la empresa Apple Inc. Hasta el momento, la compañía no ha explicado a los responsables del diario los motivos de esta decisión, y ha declinado la invitación de cuartopoder a comentar este asunto, así que no es posible saber si la portada fue retirada por la presión de un medio de ultraderecha -que llamó previamente al boicoteo del iPad por incluir en su publicidad un "diario minoritario, de extrema izquierda, un panfletillo zapateresco y bufón"-, por la presión comercial del diario que hoy ocupa el anuncio o por cualquier otra razón. La empresa no comenta esta decisión y está en su derecho de no hacerlo.
Más preocupante, sin embargo, es la reacción de los participantes en el mayor foro hispanohablante de usuarios de Apple, donde el debate sobre la retirada de Público fue cerrado por tratarse de "política", a secas. Nadie protestó.
El caso de Público ha servido para recordar otras decisiones que Apple ha tomado sobre el contenido que vende en su tienda electrónica. En los últimos meses, la compañía ha retirado de su estantería cibernética más de 5.000 aplicaciones, así como las ediciones electrónicas del semanario alemán Stern, de la revista Playboy y de las viñetas políticas de un premio Pulitzer estadounidense, por indecentes, difamatorias y otros motivos tan subjetivos como arbitrarios. En algunos casos, ha dado marcha atrás en su decisión; en otros, ha exigido la retirada previa del contenido ofensivo.
El asunto sería anecdótico -un tendero tiene derecho a elegir los productos que quiere vender-, si no fuera por que la tableta de Apple podría convertirse muy pronto en uno de los soportes más utilizados para leer literatura y prensa electrónica en este planeta. El aparato ha sido diseñado para trabajar exclusivamente con la tienda de Apple -un eventual gran quiosco mundial del futuro, como ya es iTunes la gran tienda mundial de música- y la perspectiva de tener en una empresa informática a un quiosquero solícito y puritano que retire las publicaciones que pudieran ofender nuestra sensibilidad es muy poco tranquilizadora.
Que editoras y editoriales vean en el iPad la solución a sus problemas económicos no debería nublar su criterio ni distraer la atención sobre la conducta de la empresa informática en lo que respecta a la información y la opinión. Un día, les podrían cerrar el quiosco.
1) Toda la razón en cuanto a que Apple no puede controlar el canal por el que se encaminará la «esperanza blanca» del periodismo. tenemos otros ejemplos como el del libro «1984» en Amazon, que desapareció de los Kindle, eliminado por decisión no de los poseedores del aparato sino de la propia Amazon.
2) Publicitar el lanzamiento con la portada de «Público» era un error mayúsculo. Para que lo entiendan los lectores de izquierda, sería como salir con la portada de «Libertad digital», es la misma sensación.
«El país» o «El mundo» serían más neutros (y no digamos si salen los dos). Puro Marketing, obviamente.
Bueno, yo creo que la estrategia de Apple ha sido lógica. Público es un medio muy controvertido, puede hacer más publicidad negativa que positiva. Efectivamente es como si se pusiera Libertad Digital. No se puede promocionar un producto así por medio de diarios que tienen tantos detractores.
Lo que espero es que la tableta de apple NO llegue a convertirse en el medio de leer más usado del planeta. Personalmente, prefiero la de chocolate.
Publicitar el lanzamiento de un dispositivo FUNDAMENTALMENTE dirigido al público más joven, con la portada de “Público”, el periódico que tiene la media de edad de lectores más joven, no era ningún error. Y ya puestos a sacar otras portadas, ¿por qué sólo El País o El Mundo y no el ABC o La Vanguardia? O mejor ¿por qué no todas?