Revoluciones de salón

11
Cartel de la película V de Vendetta, dirigida por James McTeigue / Warner Bros.

El Gobierno de España no ha logrado aprobar, tras un día de aplazamientos, reuniones y negativas de la mayoría de grupos parlamentarios, la llamada Ley Sinde. CIU parecía la tabla de salvación para el texto, pero vendían demasiado caro su voto favorable. La Ley de Economía Sostenible incluía una polémica disposición, que recibió el nombre de la ministra, gracias a la cual una comisión creada desde el Ministerio de Cultura podría cerrar páginas web, siempre con permiso de un juez, que vulneren los derechos de autor. Muchos derechos en confrontación, y muy poco diálogo entre políticos, internautas, industria, propietarios de las webs afectadas... En una votación tan tediosa como complicada de entender para un profano, las enmiendas que pedían la supresión fueron aprobadas, y con ellas llegó el papelón para el gobierno. Las prisas de última hora, cuando todo este proceso podría haberse cerrado hace meses, y la presión de los internautas, han hecho caer el proyecto de Cultura, avalado por las entidades gestoras de la propiedad intelectual. Habrá segunda oportunidad en el Senado, pero la imagen de un ejecutivo a la caza y captura de votos durante la tarde más larga que se recuerda en estos menesteres, será difícil de olvidar. La Red arde en protestas, y da gusto ver que la sociedad se moviliza para defender algo, lo que sea, aunque a mí me asaltan una serie de reflexiones al hilo de todo esto.

Mira que nos están dado por todos los lados a los pobres mortales pagadores de impuestos. Mira que es terrible la ofensiva de eso que llamamos con benevolencia los mercados, y que no son otra cosa que el dinero, sus gestores y la mano negra del capitalismo más salvaje que necesita devorar incluso a sus hijos más aventajados, los irlandeses, para seguir engordando. Es deprimente ver como avanza el mundo por derroteros alejados de valores como la solidaridad o la igualdad de todos, mientras la mayoría se dedica a la aspiración hipotecaria como si ahí residiese la salvación del pequeño burgués que todos llevamos dentro. Dan ganas de bajarse en la próxima parada y pedir la residencia en Corea del Norte. Por lo menos allí podemos ponerle nombre y apellidos al que nos jode la existencia sin otro motivo que su particular enriquecimiento. Que es lo que pasa en el mundo libre, pero con vaselina.

Mientras todo este desastre ocurre a nuestro alreredor, la socialdemocracia internacional se da mus y los trabajadores ya no quieren ser llamados así, pensando que se les hace de menos. La V de Vendetta, los que son anónima legión y dicen estar llamados a intimidar a los poderosos para salvar el mundo, han decidido comenzar la revolución intentado salvar a las páginas web que nos ofrecen películas y series (propiedad de otros) por el morro. Regocijo general del personal y hundimiento de muchos autores, artistas, maquilladores, cámaras, músicos y demás personas que desde los sectores más rancios de nuestro país son catalogados como “los de la ceja”. Que vivan de los conciertos, dicen, y dejen la música y los filmes circular gratis por la Red. Por obligación, entiendo. Porque a unos cuantos les da la gana. Porque se me pone ahí. Nada tendrá que ver en esto la soberanía popular, representada en el Parlamento, ya que los defensores de la postura libertaria han decidido que son mayoría social. Tampoco la opinión de los legítimos dueños del material que corre por Internet sin su permiso. Si protestan, serán vilipendiados. Que se lo digan a Alejandro Sanz, que osó hacerlo a través de Twitter. Qué miedo. Sálvanos de los salvadores, cuando estos se creen en posesión de la verdad y no dudan en ponerla en práctica, aunque pasen por cercenar la libertad de expresión de otros para salvaguardar las películas gratis. ¡Pelis pal pueblo! Terminarán clamando a los cuatro vientos.

Los toreros, antes de ponerse delante  del morlaco, ensayan poses y pases ante una carretilla con cuernos que empuja el subalterno de turno. Ante tan temible enemigo, la faena suele salir redonda, y quedan unas fotos estupendas. Lo llaman torear de salón. Luego, en el ruedo, algunos matadores quieren hacer lo mismo, algo que enerva a los aficionados más sabios ante la falta de verdad en el asunto. Algo parecido pasa con esta supuesta revolución contra la Ley Sinde. Mientras el bicho de verdad campa a sus anchas haciendo estragos y llevándose por delante a todo aquel que le hace frente, la nueva hornada revolucionaria ha decidido ponerse delante de Ángeles González-Sinde. Con todos los respetos: de la carretilla. La verdadera lucha para el que precise de una causa que defender está ahí fuera. Esperando. Una en la que pueden darte buenas cornadas, y dejarte en el sitio. Es contra fondos de inversión y agencias de calificación que están arrinconando a nuestra sociedad, para convertirla en una masa usuaria de créditos personales e hipotecas a pagar en dos siglos, y así seguir llenando sus ya rebosantes arcas. Somos números, como los de la tarjeta de crédito, a través de los que seguir manejando el mundo. Nos llevaron a una crisis sin precedentes, y ahora nos sacarán de ella haciéndonoslo pagar. Paga, pon y da, como en el julepe. ¿Quieres hacer la revolución? Pues ya sabes donde está el enemigo. Pero cuidado, que éste sí muerde.

11 Comments
  1. Kenny says

    Ya estamos con los «pues yo más». Perdona pero, con todos los respetos, aquí estaba en juego (y por desgracia seguirá estando) bastante más que eso de «pelis pal pueblo». Tal como yo lo veo se trata de pasarse por el forro la libertad de expresión para que los de siempre puedan seguir ganando un poquito más. No creo que nadie en este páis quiera que los artistas, músicos o cineastas se mueran de hambre. Aquí no se discute eso. Se discute el hacernos tragar por la cara SU modelo de cultura (perdón, industria del entretenimiento) y SU modelo de negocio. No voy a entrar a discutir aquí si el contenido de la infame ley merece ser aprobado o no. Que cada cual juzgue que ya somos todos mayorcitos. Lo que sí me parece importante es que se haya reaccionado ante los tejemanejes por los que pretendían colarnos una ley de su fabricación, sobre la cual el pueblo no había tenido la oportunidad de decir ni mú. Es más, me hubiera dado igual que la ley hubiera sido cualquier otra. El simple tirón de orejas a los politicuchos de este país para mí ya ha hecho que todo esto haya merecido la pena.

  2. Hortensia says

    Pues enhorabuena, Kenny. Acabáis de ayudar a las telefónicas y suministradoes de internet a que se sigan enriqueciendo con los que descargan y a las páginas de descargas a que se forren con la publicidad que se anuncia ahí porque tienen muchas visitas. Y a que roben al autor de un libro su derecho a cobrar algo por él. Si no pagan los que descargan, ¿por qué no ayudáis a que paguen los proveedores de internet y las páginas de descargas una parte de sus beneficios? O se me ocurre que quizá ahora queráis hacer la revolución trabajando todos gratis y así os solidarizáis con los escritores, guionistas o cámaras a los que acabáis de ayudar a que siga robando ese «modelo de negocio» que dices denostar.

  3. celine says

    Muy buen artículo, Ion. Claro y valiente. Su lectura sugiere el ambiente prerevolucionario de la Francia de 1789. En efecto, las revoluciones hay que dirigirlas contra el verdadero enemigo del pueblo. Me adhiero.

  4. arturobarea says

    Tienes toda la razón. La movilización por la ley Sinde es cine de barrio, una película de Berlanga. Seguro que que tú conoces otras batallas y otras guerras más importantes por las que luchar. Por ejemplo, la afición del actual gobierno a la privatización y a la militarización como argumentos e instrumenos de gestión. También puedríamos cuestionar la ética de aquellos progresistas que participan en los consejos de administración de las grandes corporaciones o se aprovechan de información privilegiada para conspirar y forrarse. Para dar lecciones a los demás sobre revolución y progresismo, lo primero es ser coherente. Tanto el PSOE como el PP se reparten la tarta del poder, y sólo entienden la justicia si favorece a «uno de los nuestros». Bueno, que te voy a contar a ti.

  5. Jose says

    Estoy con Kenny en prácticamente todo lo que ha expresado. Creo que aquí están en juego muchas más cosas. Hace mucho que tendrían que haberse rendido a la evidencia de que tienen una industria totalmente obsoleta y sobre la cual ha pasado una avalancha de nuevas formas de consumir. Y no va a haber vuelta atrás, que les quede claro ya de una vez. Si lo que intentan es mantener artificialmente vivo eso a base de reformas legales y de criminalizar a todo hijo de vecino, pues mi NO rotundo lo tienen.
    Si esto se permite, no se van a quedar ahí. Pasito a pasito estará monitorizado absolutamente todo y empapelarán a cualquiera ante cualquier uso «políticamente incorrecto» de la red.
    Esto mismo que estoy haciendo ahora mismo podría ser delito de aquí a unos años. Tiempo al tiempo.

  6. arbiera says

    Creo que lo que hay que valorar es que, a través de internet, se ha demostrado la repulsa a una acción de un Gobierno que en teoría representa a los ciudadanos, pero que últimamente se ha visto claramente que a quien representa es a los intereses de determinadas compañías.
    La gente se ha unido y se ha movilizado por algo, que no es poco en los tiempos que corren. Y este puede ser el germen de muchas otras acciones.
    Puede que sea manifestarse por el circo, cuando falta el pan. Pero es que resulta que en Roma el circo era gratis, y aquí se pretende que, además de estar calladitos, paguemos por él.

  7. Manuel says

    Buen artículo, ante la división maniquea entre buenos y malos que muchos quieren imponer, no están de más las matizaciones. Porque una cosa es defender la libertad y otra que se invoque para vulnerar otro derecho tan fundamental como el que tiene todo creador a vivir de su trabajo (si éste es considerado como de utilidad para los demás).

  8. desesperado-desencantado says

    Sólo por recordarlo y al hilo del artículo: una de las ocasiones en que más gente ha salido a la calle en este país ha sido… para celebrar el mundial de fútbol. Si por un rato el personal pudiese establecer prioridades y concentrarse en lo importante, y estar dispuesto a arriesgarse, otro gallo cantaría. Pero bueno, seguramente la gente ya lo hace, sólo que las prioridades mayoritarias no coinciden ni con las mías ni con las del autor de este artículo.

  9. Core says

    Bien, pero al final, bfvas a abandonar a Movistar segfan te vayan viennecdo los contratos? o, por el contrario, bftragas por lo que te han hecho pasar sin que haya penalizacif3n para ellos?

Leave A Reply