Teddy Bautista (SGAE) pone contra las cuerdas a Julio Alonso (Weblogs SL) y a la Web 2.0

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Julio Alonso / merodeando.com

Julio Alonso, Fundador y Director General de Weblogs S.L, la mayor empresa de blogs profesionales de nuestro país, ha perdido un nuevo recurso en la batalla legal que mantiene contra la SGAE (Sociedad General de Autores y Editores). El origen del conflicto está en la publicación por parte de Alonso de un post en su blog titulado “SGAE = Ladrones, en el que comentaba la puesta en marcha de una campaña de Google Bombing contra la SGAE por parte de terceras personas. La operación tuvo éxito y, a los pocos días, al buscar la palabra ladrones en Google, la web de la SGAE era la primera opción que presentaba el buscador. El propio Alonso comenta en su blog que “tiempo después Google modificó su algoritmo para evitar este tipo de campañas. Y en ese momento el post que yo escribí paso a ser el primer resultado de esa búsqueda en Google”. No pareció contentar a la SGAE, que primero exigió la retirada del post y tampoco accedió a una nueva redacción del texto acordada con el autor, siempre según la versión que éste ha publicado. La propuesta de la SGAE modificaba por completo el espíritu del artículo, y Alonso se negó, por lo que la partida se terminaría en los tribunales. Hoy, los resultados para esa misma búsqueda siguen ofreciendo páginas relacionadas con este caso.

Tras perder el primer juicio, Alonso retiró los comentarios que el juez considero injuriosos. Estos no estaban dentro de su texto, sino en los escritos por los usuarios aportando su opinión. El juez consideraba al autor “colaborador necesario” para la difusión de esos comentarios. Tras retirarlos, Alonso volvió a recurrir, y “casi tres años después del juicio, cuatro de la demanda y siete de la publicación del post, he perdido también el recurso”. La sentencia refleja que “en él - en su artículo - insto a que se viertan opiniones y estas acaban sobrepasando los límites de una denuncia para derivar en manifestaciones atentatorias a su honor y dignidad [de la SGAE]”. Una nueva derrota. Julio Alonso anuncia que llevará el caso al Tribunal Supremo, ya que en su opinión le asiste la razón y tiene argumentos para seguir luchando.

La SGAE está provocando verdaderos seismos allá donde decide defender los derechos de los autores. Su presidente, Teddy Bautista, ha declarado recientemente que “no ve a los internautas como enemigos, aunque el penúltimo frente que va a abrir en esta ya larga guerra es el de las redes sociales. "Por supuesto que tenemos que empezar a recibir retribución por los contenidos de estas redes”, concluye de forma rotunda. Facebook, Twitter, Linkedin... se han convertido en los siguientes de la lista. Toca pasar por caja. Puede que Mark Zuckerberg encuentre dentro de poco un enemigo español que le ponga contra las cuerdas. Bautista y su coro legal se han ganado una buena fama, que seguramente ya ha cruzado nuestras fronteras. Espero con nervio y ansia el cálculo que hará la SGAE sobre el dinero que deben ingresar a sus arcas los gigantes de Internet. En el horizonte se ve tormenta, y es de la grandes. De momento, ya se habría dado la orden para que se observe con lupa todo lo que se mueve en Facebook y Twitter. La maquina registradora calienta motores. Queda por ver si esto es un brindis al sol motivado por las elecciones internas que en Junio se celebran en la SGAE, comicios en los que Bautista tendrá competencia por primera vez en décadas. El valiente se llama José Miguel Fernández Sastrón. De su condición de autor, dijo hace unas semanas en ABC: "Nosotros somos unos ciudadanos y tenemos una ley que nos protege frente a una realidad que nos está perjudicando". No esperen un candidato contra la Ley Sinde.

Condenar al propietario de un blog por el comentario que ha hecho un tercero en su bitácora es algo tan excesivo como peligroso. En primer lugar, el único responsable de la injuria debe ser el que la firma. Si esto último no existe, hay recursos tecnológicos suficientes para identificar al autor, y el ordenador desde el que introdujo el comentario denunciado. A partir de ahí, el que se haya sentido insultado ya tiene con quién dirimir su disputa en los tribunales. Nada más. Atacar por elevación al dueño de la bitácora tiene que ver con acotar espacios a la libertad de expresión. Por otro lado. No estaría de más que de una vez por todas se hiciese una reflexión en serio sobre toda la basura que puede leerse en los comentarios de cualquier publicación digital, ya sea un blog o un diario nacional de los grandes. Y no digo que este sea el caso. Pero hay que estudiar de qué manera afecta el problema a todos aquellos que pretenden mantener debates serios, y cómo puede llegar a convertirse en un laberinto legal para el propietario de la web. Porque si un exceso es todo lo anterior expuesto en este mismo artículo sobre el caso de Julio Alonso, no es menos cierto que la barra libre instalada en la Red para decir lo que uno quiera, sobre quién le parezca y de forma anónima, tiene muchos fieles. La necesaria autorregulación brilla por su ausencia, y el miedo a ser calificado como censor es más potente que el dedo que debería borrar cualquier atisbo de falta de respeto o calumnia en los espacios de participación. Esa es la verdad. Dejar que se publiquen determinados comentarios es hacer un triste favor a lo que hemos llamado Web 2.0. Un lugar al que cada día se asoman nuevos parroquianos deseosos de probar en sus carnes eso de participar, y se encuentran con un estercolero de insultos y difamaciones intolerables, que jamás deberían haber visto la luz. No es censura. Es un homenaje a la educación.

7 Comments
  1. Ruiben Gibson says

    Yo opté por cerrar una red social en NING.COM por esto mismo. Se comenzaban a descalificar entre usuarios e informándome me di cuenta que el resposable era el autor del texto (el que hace el comentario) pero en caso de no poder saberse de quien se trata y como dar con él el responsable es el adminstrador (o sea yo) no NING.COM el cual al firmar el contrato se deja claro que ellos dejan de tener toda responsabilidad ante lo que se escriba en la red social. Y una red con mas de 1000 usuarios es una locura. Imposible borrar y si lo hacer eres un censor para muchos usuarios.

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