El circo de La Red Innova celebra su tercera edición

El circo está unido a nuestra cultura desde la noche de los tiempos, y siempre ha sido sinónimo de novedad. Un lugar al que se asistía con la sana intención de dejarse sorprender por nuevas sensaciones, lleno de variedad e incluso exotismo. Quizás por todo ello los organizadores de La Red Innova han elegido las instalaciones del Circo Price en Madrid para celebrar su tercera edición.  LRI es el evento más importante en el mundo latinoamericano que acoge en su seno la creatividad y el espíritu emprendedor que éste genera intimamente ligado a las nuevas tecnologías. Lanzar todo este capital al planeta durante dos intensos días, fomentando la relación entre todos los participantes para que el espíritu de la web 2.0, compartir, lo impregne todo, es el objetivo de los organizadores, que han rematado un programa en el que destacan tanto los nombres propios como las empresas que forman parte del mayor espectáculo del mundo emprendedor.

Richard Gerver, un experto en el mundo de la educación al que ya pudimos ver en el Global Education Forum celebrado en Madrid el año pasado; Marcos Galperín, que tiene el honor de dirigir la única empresa Latina que se hizo un hueco en el índice Nasdaq; Sebastián Muriel, vicepresidente de Relaciones Corporativas en la red social española Tuenti; Riyaad Minty, Director de Social Media en la cadena de televisión Al Jazeera; Pau García Mila, el mediático y joven inventor del sistema operativo EyeOS, o María Garaña, presidenta de Microsoft España, son sólo algunos de los speakers que pueblan un programa tan internacional como multidisciplinar.

Uno de los fundadores de La Red Innova, Pablo Larguía, declaraba hace pocos días al periódico argentino La Nación que “para el emprendedor llorar no es una opción”. Es ese punto de optimismo, de no hincar la rodilla, en medio de una tormenta económica que levanta olas de diez metros sobre cualquier iniciativa empresarial, lo que impregna toda la comunicación que transmite la organización del evento. Para animar a los empredendedores, LRI junto a BBVA impulsan el concurso Open Talent, destinado a premiar a las mejores startups - nuevas ideas empresariales nacidas en la Red - cuyo mayor aliciente es el apoyo financiero que brindará el banco al ganador, de un importe que podría llegar a los 100.000 euros. Opent Talent es un clásico en el que compiten las iniciativas que con toda probabilidad atacarán la hegemonía de los grandes imperios que se han creado en Internet alrededor de Google o Facebook, por poner dos ejemplos. Todo gira alrededor de la Red, y no en vano el propio Larguía afirmaba que si la tela de araña telemática desapareciese, habría que volver a inventarla.

En los malos tiempos para la lírica que corren en casi todo lo que suponga una inversión económica, La Red Innova se convierte en un termómetro para determinar la salud de un sector que dentro de poco tendrá que asumir su madurez en  forma de prioritario para la economía de cualquier país. Probablemente ya lo sea, y los indicadores que miden estas cosas todavía no detecten su importancia. Primero cansados de escucharlo, y ahora casi en el olvido, el nuevo modelo productivo del que tanto hablamos hace poco más de un año para cambiar la dependencia que nuestra economía tenía del ladrillo emergerá de nuevo en el Circo Price los próximos días 15 y 16 de Junio. Más que los importantes ponentes y sus casi seguro interesantes charlas, hay que poner el foco en esos veinte proyectos finalistas de la compentición Opent Talent, y en los que no llegaron hasta esta fase. Sólo la capacidad para tratar de abrirse paso en soledad a través de un camino lleno de baches, salteadores y recodos oscuros, merece, primero, nuestro reconocimiento, y luego una financiación que no debería quedarse sólo en el ganador. Los bancos no tienen que ser los únicos que muestren interés. También a la administración, a través de sus múltiples recursos, llega la oportunidad de seguir encendiendo la chispa de un nuevo motor. El que mueva la economía de nuestro país por derroteros diferentes a los que nos llevaron al pozo, junto a buena parte del mundo que jugaba al peligroso juego del gato y el ratón financiero.