Los dictadores aprenden a usar internet

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Para toda dictadura que se precie, el control de la información es vital. Como se ha visto en la Primavera Árabe, las redes sociales se han convertido en herramientas para la movilización democrática. La reacción de los gobiernos autocráticos ha sido cortar el acceso a algunas páginas, como hizo  Túnez con Facebook. Egipto llegó más lejos, desconectando todo el país de la red. Ni ben Alí sigue en Túnez ni Mubarak en Egipto. Siria sin embargo, está haciendo todo lo contrario. En febrero sorprendió a todos levantando la prohibición a YouTube, Twitter y Facebook, que estaba en vigor desde hacía años. ¿Un signo de apertura? No, a partir de ahí se recrudeció la represión: Bachar el Asad, el mandamás de Siria, parece que ha aprendido a usar internet.

Imagen de la web del Ejército Electrónico Sirio. / syrian-es.com

El apagón total ordenado por Hosni Mubarak en enero hizo casi más daño al régimen que a los que se concentraban en la plaza Tahrir. El Asad pertenece a una generación más joven y presidió la Sociedad Siria de Informática, una organización para la promoción de las nuevas tecnologías. Parece que hubiera leído el último libro de Evgeny Morozov. Este profesor bielorruso afincado en EEUU sostiene en su último libro, The Net Delusion: The Dark Side of Internet Freedom, que internet y las redes sociales no provocan revoluciones y si tienen un efecto político es justamente el contrario: ayudan a los dictadores a perpetuar su control.

Sería el caso de Siria. Este país ha sido un enemigo tradicional de internet. La organización Reporteros sin Fronteras (RSF) coloca al país árabe en su lista de enemigos de internet uno año sí y otro también. Las autoridades sirias usan programas fabricados en Occidente para filtrar lo que los sirios pueden o no pueden ver. Sin embargo, en febrero, Facebook, YouTube o Twitter, los servicios señalados por todos como dinamizadores de las protestas en Túnez, Argelia o Egipto, dejaron de ser filtrados. "Esta fue una manera de hacer concesiones sin poner en peligro su posición.  Facebook ya era muy popular en el país y los internautas estaban utilizando herramientas para burlar la censura y acceder a la página", escribe RSF.

Sin embargo, hay otra posibilidad: convertir Facebook en un aliado. La ofensiva de las autoridades sirias en las redes sociales está siendo doble. Por un lado, partidarios sin un supuesto vínculo con el Gobierno crean páginas de apoyo a su líder, por el otro, los fieles llenan los muros de otras páginas de mensajes de apoyo a el Asad. Un reciente informe elaborado por el investigador de las universidades de Toronto y Harvard, Helmi Noman, se centra en la aparición de un Ejército Electrónico Sirio (EES).  Su entrada en acción fue en abril y en Facebook, justo cuando las revueltas se recrudecían en el país. Aunque la empresa estadounidense ha borrado ya decenas de veces la página por violar sus términos de uso, otras tantas veces el EES la ha vuelto a crear.

Los miembros del EES, que dicen ser unos jóvenes que aman a su país, al que piensan defender de forma electrónica, se dedican a lanzar ataques contra páginas web de los  opositores, pero también algunas occidentales. Usando técnicas de hacking, consiguen cambiar la apariencia de las páginas (lo que en la jerga de se llama defacement). Suelen colocar una bandera siria, un mensaje y la imagen de su amado líder. En las redes sociales, su principal arma es llenar los foros y muros de mensajes pro el Asad.

Noman no ha encontrado pruebas incontestables de la vinculación de este grupo con el Gobierno sirio, pero sí algunas pistas en esa dirección. Así, por ejemplo, la página oficial del EES fue registrada el pasado 5 de mayo por la Sociedad Siria de Informática que presidió el Asad. Además, esta alojada en los servidores de su proveedor de servicios.

Siria también habría abierto el acceso a Facebook para que, como si fuera un tarro de miel, poder seguir a los opositores que allí se reúnen. Según denunció recientemente la Fundación Fronteras Electrónicas, el Gobierno sirio estaría intentando hacerse con los datos de acceso de ciudadanos sirios a esta red social. Mediante la falsificación de certificados de seguridad, estaría buscando recolectar las claves. En seguridad informática este ataque se denomina man-in-the-middle.

 

Entre el 3 y el 4 de junio, el Gobierno sirio cortó de forma selectiva el acceso a internet. / renesys.com

El pasado viernes, día de la oración y la jornada más crítica de cada semana, el Gobierno sirio usó el último recurso en esta nueva guerra tecnológica: cortar internet. Pero, a diferencia del apagón total que impuso Mubarak en Egipto, el Asad quería cegar a algunos dejando ver a otros. Gracias al control que tiene del único proveedor de acceso, Syrian Telecom Establishment, bloqueó el acceso a toda la red pero mantuvo la conectividad a los sitios y servidores gubernamentales. La normalidad volvió al llegar el sábado. Habrá que esperar al próximo viernes para ver si las autoridades sirias vuelven a repetir la jugada. Sea como sea, han aprendido que se puede combatir las revueltas mejor con internet que sin ella.

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